La venganza de Pitch después de años ha llegado, y no solo. Con su maldad logró obtener aliados nuevos y poderosos.
Reunidos de nuevo los guardianes, el Hombre de la Luna tomó cartas en el asunto reclutando a personas que también había estado observ...
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Los habitantes de corona de refugiaban en el castillo algunos lloraban de la desesperación, y otros estaban en shock. Mientras que la familia real discutía en la habitación real.
—¿Quiénes eran?—preguntaba Rapunzel mientras caminaba de lado a lado.—¡No era normal!—
Rapunzel tenía un sentimiento de cólera.
—¡La mitad del reino está inundado!—Rapunzel salía al balcón.—Y destruido...—ocultó su rostro para empezar a dejar caer algunas lágrimas del nudo que tenía en su garganta.
—Blondie.—Eugene la abrazaba del lado.—Averiguaremos que es lo que está sucediendo.
—Si tan solo las lágrimas pudiera remediar esto.—Rapunzel se dió la vuelta para quedar en el pecho de su esposo.—¡Odio no poder hacer nada al respecto! ¿Que hemos hecho mal Eugene?—ella le miró.
—Punzie, es la naturaleza.—
—No, no lo es, es algo sobrenatural, ¡Jamás de la nada el mar va a crecer intentando ahogar a las personas, Eugene, jamás!—
Eugene suspiró, también estaba molesto por no tener respuestas para su reino.
—¿Que piensas que es?—le preguntó el moreno a su esposa.
Rapunzel soltó un suspiro.
—No lo sé, no lo sé. Nunca he leído nada sobre esto, ¿Que les diré?—
—Ellos entenderán Punz. Saben toda su historia, no se harán los ciegos ante fenómenos de este magnitud.—Eugene la abrazó.—Bajaremos, les diremos la verdad, pero Punz, no estás sola. Lo haremos juntos.—buscó su mano para entrelazarla con la de ella.
—Te amo tanto.—la rubia le besó los labios para luego limpiar sus lágrimas.—Creo que estoy lista...—
Al terminar de hablar con su pueblo los reyes escucharon lo que habían vivido cada uno de ellos, y decidieron ponerlos cómodos en el castillo.
—Eran gigantes rocas, botaban todo en su camino, absolutamente todo.—relataba un pueblerino.
—Yo vi un hombre en el agua.—decía una chica.
—¿Un hombre?—preguntó Eugene arqueando una ceja.
—Sí.—la chica asintió.—Estaba extendiéndome su mano, quería que fuera con él.—
Los reyes se miraron extrañados.
—En casa entró una clase de arena negra, pasó entre todas las paredes para luego salir de casa.—relataba otra señora de edad más avanzada.
—¡Es cierto!, Yo también lo vi.—
Y así se fueron uniendo más personas relatando su historia con esta curiosa arena.
—Tenemos que investigar más a fondo...—le susurró Eugene a Rapunzel.
—Mis reyes.—les habló un teniente.—Tienen visitas.—
