Capítulo 1

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Tsubasa Ozora se encontraba andando en auto por la rambla junto con su mejor amigo Ryo Ishizaki. Era una hermosa noche estrellada y con cero posibilidad de lloviznas. Estaban en una "noche de chicos", por así decirlo.
Ishizaki sacó de su mochila un paquete de papas fritas, sus favoritas en todo el mundo. Sacó una del paquete y se la comió. Le pasó el paquete a Tsubasa y éste sacó una papa.

—Muchas gracias, Ishizaki— agradeció el joven azabache.

—¿Están deliciosas, no?

—Amo las papas fritas—dijo sacando la lengua.

—Yo también— dijo entre risas—, pero si comemos papas fritas todo el tiempo, nos puede pasar algo terrible…

—Pssh, nah, no le hagas caso a lo que cree la gente— dijo haciendo un ademán con la mano, restándole importancia a lo que su amigo le estaba advirtiendo.

—Oye, ¿ese es el Tsubasa que conozco? ¿El que ganó el tri-campeonato hace cinco años?— preguntó entre risas.

—Ahora soy una persona que está pasando un lindo rato junto a su mejor amigo. Nada del otro mundo.

—¡Así se habla, campeón!— pasó un brazo por sus hombros con fuerza.

—¡Ishizaki, estoy conduciendo!— dijo moviendo el volante de un lado al otro.

—¡Aaaaaaaaaaaaah!

Se bajaron en la playa y caminaron a la orilla del mar. La luna brillaba sobre el agua cristalina. Era algo digno de ver.

—Es muy hermoso— dijo el de orbes azules.

—Sí... Necesito fumar un pucho— saca de su bolsillo un encendedor y un cigarro.

—Es oficial: No eres el mismo Tsubasa de hace cinco años— dijo cruzándose de brazos y levantando una ceja.

—Hay que salir de la zona de confort, Ishizaki— lo enciende y le da una pitada a su cigarro—. ¿Quieres?— se lo estira.

—No, gracias. Estoy bien— hizo un ademán con la mano.

—Pues tú te lo pierdes— le da una calada al cigarro.

—Me gustó esta salida, Tsubasa— dijo Ishizaki.

—¿Enserio?

—Así es. Es divertido hacer estas cosas contigo, aunque algunas un poco riesgozas— señala el cigarro.

—Nah— le da otra pitada.

—A lo que voy es que es divertido salir contigo de esta forma— dijo con una sonrisa.

—Muchas gracias, Ishizaki. ¿Nos sacamos una foto con la luna?— dijo sacando su celular.

—Oh sí— saca unos lentes oscuros de su mochila—. Vamos a darle— dijo riendo, y ambos se sacaron una selfie lunar con los lentes.

—Quedó genial— dijo el azabache.

—Sí. Bueno, ¿nos vamos?

—Sí— estaban apunto de irse, cuando de repente el joven azabache empezó a sentir que le faltaba el aire. No podía respirar.

—¿Tsu-tsubasa?— su amigo estaba preocupado.

—S-sí…— de repente sintió ganas de vomitar. Dejó salir un vómito lleno de sangre en la arena.

—¡Tsubasa!— corrió hacia él—¡¿Qué pasa?!

—E-estoy bien…— se desmayó.

—¡Tsubasaaaaa!

𝗘𝗟 𝗖𝗔́𝗡𝗖𝗘𝗥 𝗡𝗢 𝗔𝗥𝗥𝗨𝗜𝗡𝗔𝗥𝗔́ 𝗡𝗨𝗘𝗦𝗧𝗥𝗢 𝗔𝗠𝗢𝗥 ❱ 𝗖𝗧 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora