Capítulo 4: Confusión

87 4 1
                                    

- ¿Mataste al anciano que te apuñaló antes? - preguntó alarmado Chan Seong al comprobar por la sonrisa cínica de la joven que había acertado.

La expresión del joven expresaba decepción, esperaba que en el fondo de su alma, al menos, albergara algo de humanidad. Claramente se había equivocado. Giró la espalda y salió en busca del viejo.

Man Weol borró la sonrisa de antes por una mirada triste, aunque no quisiese admitirlo, ver esa mirada en su rostro, dedicada a ella, la hizo sentirse peor de lo que ya estaba. Ese pensamiento que antes le resultaba normal ahora la entristecía en sobremanera. ¡Qué diablos sucedía con ella!

Chan Seong llegó corriendo a la escena donde sólo encontró un monto de cenizas sin rastros del anciano. El putrefacto olor inundaba sus fosas nasales y al divisar el trozo de cabilla incrustado en la pared detrás de las cenizas dedujo que eran del anciano. ¿Cómo era posible que un humano se desintegrara de esa forma tan antinatural? Debía recordar que ya sus ojos no veían el mundo de la misma forma que antes. Todo podía ser posible.

Aún asombrado por los hechos observaba el arma homicida en la pared. De pronto sintió algo agarrarse de su zapato y el pánico lo inundó. Definitivamente, si un fantasma no lo asesinaba primero, moriría de un infarto al corazón.

Con el impulso del miedo retrocedió, dejando el calzado de cuero en posesión de la mano salida de las cenizas.

Jang Man Weol se acercó y Chan Seong se ocultó tras ella aterrorizado del ente que se desvaneció una vez la chica estuvo frente a este.

- ¿Qué fue eso?- preguntó el chico atemorizado.

- Las cenizas restantes del alma errante que acaba de arder al hallar su final. - respondió imperturbable la joven.

- ¿Era un fantasma?- preguntó esta vez confundido.

- Te dije que muchos de ellos tienden a parecerse a los humanos.- le recordó Man Weol manteniendo la misma expresión.

- Pero me dijiste que no eran peligrosos. - le reclamó.

- Si eres atacado por un fantasma rencoroso podrías terminar siendo asesinado. Debes aprender a diferenciarlos. - dijo riéndose burlonamente del miedo del chico.

- Pero dijiste que es casi imposible diferenciarlos. - protestó como niño pequeño.

- Por eso debes mirar más de cerca y muy atentamente. - le gritó a Chan Seong. Era raro que ella se saliera de sus casillas por algo como eso: ese chico la irritaba en sobremanera.

- Yo me asusto...si miro demasiado cerca. - Lo primero lo dijo gritando para ir disminuyendo el volumen por la vergüenza.

- Entonces sólo muere.- dice en respuesta la chica y se va en dirección opuesta.

No llega a dar ni tres pasos cuando escucha que Chang Seong la llama. Se gira sobre sus talones y presta atención al chico.

- ¿Podrías coger mi zapato por mi?- pregunta apenado el joven agachando la cabeza.

Man Weol lo miró con expresión de incredulidad y enseguida el chico saltó a explicarse.

- Será peligroso para mí si me acerco demasiado. - termina él y la joven solo acertó a reír burlonamente.

- ¿Por qué no empiezas diciéndome "jefa"?- sugiere la joven.

- Tú no eres mi jefa. Te dije que no quiero trabajar en tu hotel. - aclara el chico.

- Supongo que todavía no estás tan asustado. - afirma ella para luego seguir su camino.

Chan Seong la ve alejarse y por alguna razón no quiere quedarse allí solo, quizás por el miedo. Rápidamente corre a tomar el zapato y se aleja del montón de cenizas. Por suerte no le ocurrió nada. Mientras sacude las motas de ceniza del calzado se pone a caminar a la par de la chica que continúa su camino sin prestarle atención.

Hotel Del LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora