La luna brillaba con su máximo esplendor en el cielo de Seúl siendo testigo de lo que sucedía en el jardín del Hotel del Luna.
Jang Man Weol observaba con la mirada perdida al marchito y seco árbol al que estaba atada su vida por un lazo invisible. El anciano gerente estaba a su lado un paso por detrás, esperando las palabras de la chica a la que había servido toda su vida.
-¿Esto está vivo o muerto? No ha crecido una sola flor o siquiera una hoja desde hace más de un milenio. ¿Significa eso que está muerto?- se preguntó en voz alta Man Weol divagando en los recuerdos de su última conversación con Chan Seong. El chico le había preguntado qué era ella, si aún tenía la oportunidad de cruzar las puertas hacia la otra vida o si estás ya estaban cerradas y por eso vagaba en el plano mortal.
Esas palabras le dieron mucho en que pensar y la duda la atormentaba. ¿Qué demonios hacia? Ese era su castigo: vagar. Era el enorme precio que debía pagar por su insensatez. Al parecer un milenio atada a tal destino sin rumbo la hicieron olvidar su culpa. Se sintió egoísta por su fugaz pensamiento de volver a empezar como alguien distinto, libre, sin culpa.
- Todavía está vivo. Una vez dijiste que este árbol es como tu segundo yo.- intervino el anciano sabiamente con profundo respeto.
- Entonces...¿podemos decir que estoy viva?- preguntó la chica con ironía, su forma más común de ocultar el dolor a ojos de los demás, aunque no de ella misma.
- Te preparé una botella de champán. ¿Quieres un poco ahora?- agregó el hombre para desviar el tema de la conversación no deseando echar sal en la herida, aún profunda, de la joven.
- Claro, pero no quiero solo la botella, quiero la caja entera. -aclaró la chica al salir de su trance reflectivo. La bebida era una buena forma de distraerse. Era uno de los caprichos que se permitía en su insípida vida.
Una presencia inundó el ambiente. La única que lo notó fue Man Weol y al sentirlo, una sonrisa de diversión se le dibujó en el rostro.
- Alguien está aquí. Es un invitado muy especial. Debería darle la bienvenida. - dijo feliz y se marchó del jardín en dirección a la recepción.
Con una discreta sonrisa se posicionó frente a la entrada del hotel para darle la bienvenida. Un enorme tigre apareció frente a las escaleras de la entrada y la observó. Sin embargo, no subió los escalones y siguió caminando alejándose del hotel para extrañeza de la joven.- Señora ¿Eso no era un tigre?- preguntó el recepcionista curioso a la chica.
- Es peligroso que el alma de una criatura sagrada vague de esa forma.- anunció preocupada por el hecho.
- ¿Lo echaste?- preguntó burlón con respecto a su mal carácter.
- Deberías hacer mejor tu trabajo. ¿Por qué no viniste a recibir al invitado?- Lo regañó de mal humor la chica.
- He estado 60 años en este trabajo y nunca he visto a un tigre como invitado. - dijo riéndose el guapo recepcionista.
- Has tu trabajo correctamente. Millones de fantasmas quieren trabajar aquí para permanecer en el Reino de la vida. Si tienes quejas solo sube en un autobús a la otra vida. No te voy a detener.- le advirtió Man Weol con su típica actitud de hierro.
- Involucré a Ku Chan Seong porque soy malo en mi trabajo, ya sabes. No soy muy competente pero tengo mucha suerte.- se excusó el chico riendo.
- ¿Moriste joven porque tienes tanta suerte?- se burló la chica pasando de largo al joven recepcionista.
- ¡¡Dios!! Ella es tan mala.- se quejó el chico riendo para no llorar.- Señora, trabajaré más duro, por favor. - comenzó a rogar mientras corría para alcanzarla.

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Hotel Del Luna
FantasíaJang Man Weol es una chica que en su pasado mató a mucha gente guiada por el deseo de venganza. En busca de un lugar donde llevar a descansar las almas de sus compañeros muertos llega a un sitio en medio de la nada donde una de las diosas del destin...