19. El Salón.

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No, chamo, la guarimba se prendió. El post que todo el mundo pedía, añoraba, soñaba, deseaba, protestaba, moría, vivía, dormía, comía, tomaba, entre otras acciones sin sentido. Y vengo yo de lo más vergataria a decirles que no se me ocurren taaantas cosas como yo esperaba. Lo único que les digo, es que va a estar corto por falta de imaginación.

Bien, es tan extraño saber el objetivo de un salón, o sea, un cuarto de 4 paredes pintadas como si realmente estuvieramos internados en un colegio de enfermos. Aunque, pensándolo bien, no hay mucha diferencia. Cerámicas en el suelo que, sin importar el tipo de cerámica, siempre va a estar lleno de basura de sacapuntas -la cual ha delatado a alumnos flojos-. Pupitres que por más ordenados que parezcan, siempre van a terminar mal ordenados, y por supuesto, rayados con liquid-paper, marcadores de todos los colores diseñando una PERFECTA caligrafía diciendo "Yusneikel estuvo aquí" o "Te amo, Yuslina. Att: xxxxxx", cabiendo destacar lo rotos y torcidos que están. La mesa del profesor rayada con marcadores por los alumnos jalabolas y en la silla del mismo, con un pene dibujado en todo el centro de ella. La pizarra más rota por los bordes, mientras a los costados se escriben puras mariqueritas. Las paredes, al igual que el techo, con marca de las zuela de zapatos. Las ventanas rotas. El aire de los años 1950, que suena y prende cuando le venga en gana, haciendo una dpequeña interrupción al profesor en su clase. Las paredes, aparte de estar decoradas con zuelas, también están decoradas con carteleras donde están las efemerides que a nadie le importa y los enchufes que sólo uno de 15 funciona. Aparte de estar rayadas con la chuleta del exámen, pero no es nada. Todo esto, es la perfecta descripción de un salón venezolano. Más hermoso que conseguirse 50 bolos en la calle.

Bien, ahora vamos a la parte de los individuos. Se dividen en 2:

Los profesores:

Okay, TODOS. TENEMOS. UN. PROFESOR. QUE. ODIAMOS. MÁS. QUE. A. UNA. MOSCA. Y no mientan, porque saben que es verdad.

O sea, si no tienes un profesor(a) barrigon(a), entonces no es un colegio venezolano. Y entonces, lo más probable es que sea el más amargado de todos. Es horrible.

Bueno, hay unos que dan hasta ganas de dormir. Y luego cuando miras a tu al rededor no eres la única persona así.

Hay que admitir que sí hay clases chéveres, y tal vez sea tu materia favorita, o tu profesor favorito. Todo es válido, pero ahí siempre, SIEMPRE, tiene que haber un profesor que te saque los ovarios por cosas injustas.

• Los alumnos:

Ay, no. Los alumnos son los peores (y no es que yo sea una mal alumna), pero me he dado cuenta que por más colegios a los que te cambies, siempre vas a tener a los mismos amigos, sólo que con diferentes caras. Así es la cosa.

El bochinchero que siempre hecha chistes, al que le encanta ser el centro de atención.

El callado que parece que no vivie, si no para mirar. Y pareciera que tuviera autismo, mrk.

El complice del bochinchero, ay, no.

El adicto a los videojuegos que se la pasa toda la clase jugando algún estúpido juego en su teléfono. O peor, minecraft.

El jalabolas, que se sienta al lado del profesor y es el único que lo hace reír.

La alumna sifrina, que conoce a todo el mundo, pero no sabe que todo el mundo habla mal de ella.

Las perritas falderas, uhm, perdón, cómplices de la sifrina, que se la tiran de farándula.

El inteligente, que se sienta al final.

El chévere, que es buena gente y toda la vaina.

El bruto que parece que le van a repetir el año, pero nunca lo hace.

Típico de un Venezolano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora