Alec
No podía dejar de ver a mi jefa, es preciosa, joven, amigable y come como nunca he visto comer a nadie, y por más mal que suene, mucho menos a una mujer.
-Eres increíble, Ann.-dice después de haberse engullido varios platillos.
-Gracias, señorita. Pero como más despacio por favor.-pide, casi ruega mi hermana preocupada por nuestra jefa.
-No te preocupes, es que debo comer, pero...-no termino su frase por ver la variedad de postres que eran colocados frente a ella. Sus ojos brillan al ver tanto chocolate, no puedo evitar sonreír.
Mi hermana estaba parada frente a la mesa explicando cada platillo, mientras que con mi padre estábamos a un costado sentados comiendo, pero lentamente.
-Oh por Dios.-grita mi hermana haciendo que Elizabeth deje de mirar los postres y la mire a Annie.- ¿Estas embarazada?
No sé porque, pero comencé a toser, no puede ser que este embarazada, si es así significa que tiene un esposo o por lo menos un novio. Pero Annie dijo que...dijo que nadie sabía y papá dijo mantiene muy privada su vida privada.
Mi padre se puso de pie, en su rostro había una enorme sonrisa y estaba al borde de llorar por la alegría.
-NO. ¿Qué cosas dices? Pobre niño, me da pena mi futuro hijo. ¿Qué clase de madre seré? Fumo, bebo, me gusta salir a divertirme, viajar, tener sexo todos los días y sobre todo, trabajar mucho, tanto que no tengo tiempo para novios.-dice colocando tres postres frente a ella.
Estoy feliz y no entiendo porque, todo lo que dijo es muy personal y sobre todo no me gusto el saber que tiene sexo todos los días, pero no hay novio.
-Señorita, disculpe a mi hija. Estoy seguro que cuando se enamore de verdad y decida formar una familia usted será la mejor madre del planeta.-dice mi padre
-Gracias, señor Black, viniendo de usted significa mucho. Y me hizo recordar a mi abuelo, ese hombre me tendió una trampa el fin de semana. ¿Tienen tiempo? Quiero comer todo esto y contarles un poco de mí, serán mis empleados más cercanos, bueno el señor Black ya lo es y espero que sus hijos también lo sean.-dice y al terminar se le escapa un gemido por el mousse de chocolate que acaba de probar.
Ese delicioso sonido hizo despertar a mi amigo, que momento más inoportuno para querer despertar.
-A mí me encantaría quedarme pero debo vigilar a los obreros, usted sabe cómo son si no estoy ahí.-dice mi padre.
-Es verdad, le pido disculpas por robarle su tiempo y es libre de irse.-me sorprende el respeto con el que trata a mi padre siendo ella la jefa y papá solo un empleado.
-No tiene nada por que disculparse y le agradezco lo que hace por mí y mi familia.-dice acercándose a la puerta.
-Nu jue nodo.-contesta y no pudimos evitar reímos parece una niña que no puede dejar de comer, para la persona que no entendió, dijo "No fue nada" solo que no lo pronunció bien por el brownie de chocolate blanco que está degustando.
Mi padre se fue y con mi hermana no sabemos cómo comportarnos, él es quien conoce mejor a esta hermosa señorita.
-Ann, toma asiento. ¿A qué hora debes ir por Paige?-al preguntar por mi sobrina me sorprende.
-Emmm...a las 16 pero queda en el otro lado de la ciudad y...
-No te preocupes, yo te llevo así conozco a la hermosa Paige y te digo/muestro donde vivo, te presento con el encargado así puedes entrar cuando yo no esté y después de cenar, pizzas, las dejo en su casa, prometo que antes de las 9 de la noche ya estarás en tu casa.-dice Eli con tristeza en sus ojo, porque ya no hay postres.
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Jefa, te deseo.
RomanceUna noche de copas, un asistente sexy, celos y el mismo departamento. ¿Qué podría salir mal? No es continuación, ni secuela de Deseo prohibido. Esta historia ocurre al mismo tiempo y junto a Deseo prohibido son antecesoras de curvas.