Hadrian Salazar Riddle - Harry Potter Fanfiction || Traducción.

Capítulo 26

 La siguiente vez que Hadrian vio a la Muerte fue un encuentro bastante extraño. 

 Estaba durmiendo tranquilamente, soñando con torturar a Dumbledore, cuando fue despertado por un extraño cosquilleo en su rostro. A Hadrian no le gustaba que interrumpieran su sueño, así que abrió sus ojos para ver a la Muerte flotando sobre él. 

─¡Qué demonios! ─gritó Hadrian al caer de la cama. La Muerte lo miró desde la cama, sonriendo con diversión.

─Hola.

─¡¿Qué haces!? ─preguntó Hadrian, fulminante.

─Bueno, iba a decirte que conseguí la varita del malvavisco peludo; pero estabas dormido y me pareciste absolutamente adorable, así que, en su lugar, decidí mirarte. ─respondió la Muerte, luciendo seria.

─Mira, solo-- Espera, ¿Malvavisco?

─Sí, malvavisco, porque está vestido de blanco, e incluso su cabello es blanco. ─dijo la Muerte. Hadrian lo miró asombrado.

─¿No se supone que eres la Muerte? Esperaba que fueras más serio, ya que has vivido desde siempre.

─Bueno sí. He vivido tanto tiempo que tengo que encontrar la diversión de alguna manera. ─respondió. Hadrian sacudió su cabeza, preguntándose si estaba soñando. 

─Mira, ¿Puedes darme la varita ahora? ─pregunto extendiendo su mano.

─Mm, no.

─¿Qué? ¿Por qué no? ─exclamó.

─Simplemente me tomé la molestia de seducir a Lady Hogwarts para que me dejara entrar a la oficina del Malvavisco, y déjame decir que no me gustan las mujeres para nada. ─explicó la Muerte, luciendo disgustado mientras hablaba de Hogwarts. 

─¿Entonces, qué quieres que haga? ─Hadrian suspiró, solo queriendo la varita.

─Quiero poder quedarme contigo cuando quiera. Ninguna queja, solo compañía. ─la Muerte sonrió. Hadrian suspiró una vez más y asintió antes de tomar la varita. 

 No tenía idea en qué se había metido. 

...

 Los primeros días estuvieron bien, ya que la Muerte tenía que aclarar cosas en la "Tierra muerta" o como sea. A Hadrian sinceramente no le importaba. Pero se volvió loco cuando la Muerte decidió aparecer cuando desayunaba con su padre. 

 Tom es el tipo de persona que maldice primero y luego hace preguntas, pero realmente eso no funcionó, porque las maldiciones pasaban a través de la Muerte. 

─¡Hola padre de Hadrian! ¡Soy el compañero de su hijo! ─saludó la Muerte, antes de sentarte y tomar un trozo de tocino. 

─¿Hadrian? ─Tom le preguntó a su hijo.

─No te molestes. Es una historia muy larga y prefiero no explicarla. Todo lo que necesitas saber es que no lastimará a nadie. Bueno, eso no tiene mucho sentido. Él --

─Soy la Muerte. ─dijo serio, interrumpiendo a Hadrian. 

 Por un momento, hubo silencio, antes de que Tom finalmente se sentara y solo mirara mientras Hadrian terminaba el desayuno y la Muerte comía su tocino. 

─Estaré en mi habitación. ─dijo Hadrian después de terminar la comida. Tom asintió sin dejar de mirar. Encogiéndose de hombros, Hadrian se dirigió a su habitación con la Muerte detrás de él.

...

 El día pasó con Hadrian leyendo y hablando ocasionalmente con Draka, y la Muerte mirándolo como acosador. 

 A veces se volvía incomodo, porque la Muerte no quería alejarse de Hadrian, así que eso significaba usar el baño con un pervertido que lo miraba. Tampoco es que hubiera algo que hacer, los hechizos y la magia lo atravesaban, y Hadrian era más pequeño que la Muerte, lo que significaba que no podía expulsarlo. Intentar eso había divertido a la Muerte, Hadrian descubrió eso la primera vez que lo intentó. 

─Mira, acepté dejar que me sigas por todas partes, pero eso no se aplica en el baño. ─declaró, agravado.

─Dijiste que podía quedarme contigo cuando quisiera. Quiero hacerlo ahora. ─respondió la Muerte, sin moverse de la puerta. 

 Hadrian sacó su varita y lanzó una maldición. En lugar de hacer que sus intestinos se llenen de gusanos, lo atravesó directamente y golpeó la pared al otro lado de la habitación. 

─Eso no funciona en mí. ─se burló la Muerte. Hadrian recurrió a la magia sin varita, tratando de obligarlo a salir. Tampoco funcionó. 

─¡Wow! ¡Creo sentir algo! Oh, espera, fue un inexistente viento. ─dijo sarcástico la Muerte. 

 Harto de sus burlas, Hadrian se lanzó, intentando derribarle. La Muerte no se esperaba eso, y terminó con Hadrian sobre él. Sonriendo, lo giró, quedando él sobre Hadrian y mirándole, le gustaba esa posición. 

─¡Quítate de encima! ─gruñó Hadrian.

─No creo que lo haga. ─la Muerte susurró en su oído. Sintió como el niño se estremecía debajo de él, tratando de no sucumbir a las hormonas que ardían dentro de él─ Creo que te gusta, ¿Eh? 

─Baja...te... ─Hadrian jadeó, y entonces, la Muerte estaba repentinamente de pie en el baño, mirándolo divertido.

─¿No vas a usar el baño?