Donde todo empieza y acaba a la vez.

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-Está oscureciendo.

-Tori, todo estará bien, aguanta un poco. Por favor..- Dijo aferrándola a sus brazos. La temperatura fría de el cuerpo de aquella chica la hacia temblar. Pero no de frío. Tenia miedo. Y una lagrima negra rodó por sus mejillas.

-Oscurece...- Sus ojos se entornaron en esa frase. Ya no miraba a Jade. No estaba mirando a nadie, solo estaba allí. Su rostro pálido, sus manos heladas, sus ojos opacos.

-NO! POR FAVOR! MÍRAME! TORI NO!... no te vayas. No estaré bien si te vas, por favor no me dejes.-Dijo mientras tomaba sus manos dentro de las suyas. - Beck, ¡¿Puedes por favor acelerar el maldito auto de una vez?!

El auto empezó a moverse más rápido, y así mismo el corazón de Jade se aceleraba. Mientras que el de Tori iba cada vez más lento, se volvía imperceptible. Como si ya no estuviera allí. Tal vez no lo estaba. Tal vez yacía en otra parte. En otro lugar donde podía verse a sí misma, inerte, en los brazos de la persona que amaba, con su vestido blanco inundado en un color carmín. 

Un mes antes, a mediados de febrero...
*Jade's pov*

-Existen al menos 322,378 razones por las cuales un conejo no saldría en una escena dramática en la que una pareja rompe, Sikowitz.

-Dame solamente una. Todo el mundo ama los conejos, y jamás los vi en una obra de teatro así.- Dijo el hombre mientras sorbía de un coco que habia sacado de su maleta minutos antes.- Además, parte del arte de la actuación, es improvisar, y asumir riesgos. Y el que no quieras hacerlo pone en duda tu profesionalismo. 

-¿Mi profesionalismo? ¿En serio?, la obra va estrenarse frente a todo Hollywood Arts y usted quiere que yo salga con un conejo.- Dije furiosa, no sabia como hacerlo entrar en razón, y que no me pusiera en ridiculo. 

-Te veré el lunes, y más te vale conseguir un conejo.- Se marchó dejando el solitario coco en medio de la habitación.

Salí del salón de clases, y me dispuse a caminar por el pasillo hacia la cafetería, estaba enojada y me sentía ansiosa, como con ganas de golpear algo, o alguien, o cortar algo. No lo sé.

En eso, Robi se acercó a mi. No de manera intencional, realmente. Estaba demasiado concentrado en su teléfono, tanto que no vio que estaba enfrente.

-¿Eres idiota o que te pasa?- le dije mientras el me miraba con miedo.

-No... solo, estaba concentrado, es todo. Lo lamento.- Se tensó al instante, como si se sintiera atrapado. 

-¿Concentrado en qué?- Enarqué una ceja. 

-Tinder, estaba buscando a alguien para salir esta noche, es el cumpleaños de mi abue, y ella... no sé, no quiero estar solo allí.

-Querrás decir Grindr.- Me reí.- Además, ¿tu cabello y tus gafas no te consiguen ya las suficientes chicas raras?. Tinder es algo así como un mar de desesperación. 

-No lo es, mucha gente esta ahí. Es normal. Incluso Tori lo usa.- Su respuesta me sorprendió, ¿Por que Vega estaría en una aplicación para vírgenes y desesperadas?

-Tiene sentido, ambos son patéticos.- Seguí mi camino hacia la cafetería, mientras pensaba en lo que acababa de ocurrir.¿Vega? ¿Tinder?, ¿Que se supone que busca ella allí?

Caminé hacia la cafetería rápidamente, y en el carro de comidas pedí un sándwich cubano, que es algo así como una sándwich tradicional de toda la vida pero con maíz y salsas en medio. Delicioso. Y justo cuando iba a sentarme en una de las mesas, apareció. Como si me faltara al respeto leyendo mis pensamientos. Mi madre solía decirlo, que si piensas en el diablo, se te aparece, y ahí estaba Vega, radiante, con poco maquillaje y como si literalmente el cielo la hubiese vomitado hasta aquí. Ugh. 

-Jade, ¿Como estás?- Dijo mientras sonreía, ¿Por que sonríe todo el día? ¿No se le entumen los cachetes?

-¿Que te importa Vega?, Y, ¿Que haces aquí? ¿No deberías estar en clases con Cat aún?-Dije sin mirarla, y ella sonrió.

-Debería... 

-¿Te estás volviendo una rebelde o algo así? Por que no te queda.

-No- Se sonrojó- Es solo por hoy, tengo algo que hacer...

-¿Hacer el qué? ¿Robar un banco? Apostaría este sándwich a que un ladrón de bancos no se pondría tan misterioso si un policía le pregunta. Hay que ser muy presuntuosa, Vega. 

-No soy presuntuosa, solo estoy nerviosa. Tengo una cita, con una chico que conocí en Tinder.- Al oír esto mi piel palideció, debí verme como un muerto considerando lo blanca que soy, ¿Quien era? y ¿Por qué? ¿Acaso no sabe que ahí los chicos son un idiotas?. Debería ir junto con Tori al despacho de Sikowitz. Ella es definitivamente un conejo, un conejo estúpido metiéndose a la boca del lobo. 

-¿Tienes miedo de que el photoshop en tus fotos lo desilusione cuando te vea? Es inevitable, Sinjin causaría mejor impresión. 

-Mejor me voy, no estás ayudando en nada- Empezó a recojer sus cosas inclinándose y dejándome una vista totalmente celestial.

-Nunca dije que iba a hacerlo.-Le dije levantándome de mi sitio, y cogiendo mi mochila. Sin embargo no me retiré del lugar, quería ver quien era el supuesto galán de Vega. 




El cielo es el lugar donde estás tú.Where stories live. Discover now