Un par de trastes

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Jade's Pov

Ingresé a Hollywood Arts, con mi chaqueta negra de cuero puesta, y una blusa escotada de encaje debajo de ella. Abrí el cierre de la chaqueta dejando ver la blusa. Necesitaba encontrar a Vega, necesitara que me viera. No iba a permitir que Masserati me arrebatara la oportunidad de probar que Vega puede llegar a sentir algo por mí. No digo que vaya a corresponderla, pero ¿De que sirve ser a chica más sexy de la escuela si había gente que no caía? 

Aunque primero tenía que organizar lo que Vega provocaba en mí. ¿Me parecía atractiva? Sí. ¿Quería besarla? Sí. ¿Me gustaba? Me atraía, no sé si es lo mismo. ¿Estaba enamorada? No, eso no va a pasar. 

Seguí caminando por el pasillo mientras veía cómo la gente me miraba, les gustaba, eso estaba claro, y mi desinterés hacia ellos me salía tan natural como respirar. Esperemos que mi capacidad de actuar fluyera de la misma manera...

Tenía un plan, estaba clarísimo en mi cabeza. Inventaría una excusa para salir corriendo por el pasillo cuando Vega estuviera por allí y la encerraría en el armario del conserje. Sencillo, práctico y clásico. No podía fallar.

Estaba esperando al fondo del pasillo a que Vega caminara directo hacía la salida , mi corazón temblaba dentro de mi chaqueta de cuero, y mis manos se sentían frías probablemente a causa de los nervios que sentía. Fué entonces cuando la ví. Se acercaba entre los casilleros mientras miraba su teléfono, y tenía sus audífonos puestos. Estaba a pedir de boca, distraída y sola. ¿Es que nunca leyó caperucita roja esta mujer? 

Salí corriendo hacia ella justo cuando estaba a unos cinco pasos del cuarto del conserje, no tuve que decir gran cosa para arrastrarla conmigo adentro del sitio, ya que, con los audífonos puestos, realmente podría haber actuado mejor que Victoria Ruffo y ella no se habría inmutado. De su boca salió un pequeño gritito de niña pequeña a causa de la sorpresa, la miré a los ojos seriamente y tapé su boca para que no pudiera hacer otro sonido. 

-Cállate, Vega-Le dije-No es para tanto.-Relajé la mano que tenía en sus labios, para dejarla hablar.
-¿Que se supone que hacemos aquí, Jade?
-Jugar a las escondidas, Vega.-Puse mis ojos en blanco-¿No ves lo contenta que me veo? Créeme, tampoco me agrada la idea de estar aquí contigo.
-Entonces...vuelvo a mi pregunta, ¿Que hago yo aquí?
-Esperando a que Lane termine su turno, y tenga que irse a casa.
-¿Que hiciste ahora? 
-Eso no te incumbe, ¿O sí?
-Normalmente te diría que no, pero visto que me arrastraste a todo esto, siento decirte que necesito más detalles. 
-Le dije a Cat que si Lane me preguntaba, le dijera que yo estaba contigo ayudándote con alguna patética escena de esas que haces.
-Tienes una bonita forma de hablar de los demás, ¿Te lo han dicho? Tu madre debería estar orgullosa-Para ser una mosquita muerta, Vega tenía un sarcasmo afilado.
-Créeme, lo está.

Vale, la tengo justo donde la necesito. ¿Que sigue ahora?, Voltee a mirar a Vega y la ví sacando de su bolso una carpeta azul mediana con calcomanías de estrellas que iban a juego, quiero suponer, con su casillero. Se dispuso a leer algunas de las hojas que tenía dentro de la carpeta, sin mirarme. Así que decidí divertirme un poco con ella, me puse mis audífonos en alto volumen para simular que no la escuchaba, me quité la chaqueta del todo mientras ella no me miraba, y recosté mi espalda en el apagador del minúsculo cuarto, dejándonos totalmente a oscuras. 

-¿Jade?-Preguntó en un susurro, pero seguí "inmersa en la música". A pesar de que solo uno de mis audífonos funcionaba, y la escuchaba perfectamente.-Jade, podrías volver a prender la luz, no es gracioso.
-...
-Jade- susurró un poco más alto, yo seguía simulando no escucharla.
-...
-Maldita sea- Susurró una ultima vez, y escuche como ponía la carpeta en el piso y se dirigía hacia mí.

De un momento a otro, sentía como las manos de Vega, recorrían la pared en busca del apagador, sus movimientos eran torpes por lo cual constantemente le daba golpes pequeños a la pared. De repente sentí como su pequeña mano se detuvo en mis caderas, y me inclino hacia adelante para pasar la otra mano detrás de mí y encontrar el apagador. 

-Aquí está- la oí susurrar medio segundo antes de que la luz volviera al pequeño espacio. 

Cuando la luz volvió, quise grabar su cara de sorpresa al ver la posición en la que estábamos, nuestros cuerpos estaban muy cerca y una de sus manos aun sostenía mi cadera. Sus ojos recorrieron desde mi cadera hasta mis pechos y vi como su piel se tornaba de un color rojizo. Cuando recobró la compostura, subió la mirada hasta encontrarse con mis ojos. Sonreí. 

-Estás muy colorada, Vega, ¿Que pasa? ¿acaso es que te gusta lo que ves?-Le dije con una mirada más seria. 
-No, yo solo... estaba buscando el apagador-Se aclaró la garganta-por que alguna malcriada se recostó en el sin darse cuenta. ¿Se te van las luces tan seguido como para no darte cuenta de que nos habías dejado totalmente a oscuras?
-No. Pensé que tu lo habías hecho, quien sabe con que intención. Después de todo cuando volviste a encenderla, mágicamente tenías  tus manos sobre mí, ¿algo que decir al respecto, Vega?
-Si no hubieras apagado las luces, no habría sucedido. 
-Ah, ¿no?-Tomé su mano derecha y la puse en mi cadera de nuevo y me acerque a ella lentamente, como si fuera a besarla, a lo que ella no movió ni un musculo. Mi cara se acercaba a la suya, y justo cuando estaba muy cerca de su boca me desvié hacía su oído.-Estoy segura de que Lane ya terminó su turno.-Al decir esto, agarré mi chaqueta en un rápido moviento y salí del cuarto, mientras veía la imagen de una congelada Vega quedarse sola en la minúscula habitación. 

Tori's Pov

Me quedé helada por un momento, ¿que había sido eso?. En el momento en el que el cuerpo de Jade se acerco tanto al mio mi interior empezó a arder, no podía dejar de mirar como sus labios carnosos se acercaban a mí, y cuando pasaron de largo simplemente volví a la realidad. Pero, ¿cual era la realidad? ¿Que quería lograr Jade con eso?.

Salí del armario y me dirijí a la cafetería para comer algo en los veinte minutos de almuerzo que quedaban. Pedí una lasagna pequeña y me senté a comerla mirando a mi teléfono para verificar si Cheryl me había escrito, pero no había nada. Supongo que estaría en su escuela también. Termine mi comida y camine despacio hacia el salón donde me esperaba Sikowitz y sus cocos.


El cielo es el lugar donde estás tú.Where stories live. Discover now