"Es como sacar un conejo de una chistera"

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Tres menos cuarto. Han pasado cuarenta y cinco minutos desde que Vega se retiró de la cafetería y se dirigió al estacionamiento del Hollywood Arts, y allí está, sentada en la acera, sola, esperando por el supuesto "galán". No va a llegar, es imposible que llegue, ya viene más de media hora tarde. Si es que viene. 

Me siento en unos escalones con una vista perfecta hacia donde está Vega y saco mi teléfono, Beck me había escrito desde esta mañana pero no tenía ganas de contestarle. La noche anterior se enojó cuando me negué a asistir a cenar con el, Vega y André, pero es que no me apetecía. Y el ya no es mi novio, no puede obligarme a estar allí. Beck es un buen chico, pero yo ya no siento lo mismo por el, mis pensamientos se pierden en alguien más a menudo, y no iba a dañarlo mintiéndole cuando no siento lo mismo... 

No respondí, no quiero, le tengo mucho aprecio como para volver con el y hacerle daño

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No respondí, no quiero, le tengo mucho aprecio como para volver con el y hacerle daño. Hablaré con el mañana, y le pediré que me ayude a encontrar un conejo mientras le explico lo que me pasa... Es lo mejor. Ese imbécil no se merece nada malo.

Un Maserati Grancabrio rojo se estaciona justo al frente de Vega, y presiento que es su ciber galán apareciendo cuarenta minutos tarde en su caballo platinado. Lo sé por que la muy idiota se levanta de un brinco en dirección a el auto mientras juguetea con su cabello, más nerviosa que coqueta. La puerta del Maserati se abre y de su interior sale algo que me enmudece totalmente. Sobre el asfalto  se posa un tacón de diez centímetros color caoba, que acompañan a unas esbeltas piernas cubiertas con un vestido rojo escarlata a juego con sus zapatos. Es una chica de piel blanca, alta y con su pelo rojizo ondulado que le llega hasta las caderas.

*Tori's Pov*

Sentada en la acera me siento demasiado pequeña,  como una niña que espera a que sus padres la recojan del kinder, o una adolescente esperando fuera del campo de fútbol por su novio. Es algo extraño, normalmente no estoy tan nerviosa y hoy simplemente soy incapaz de dejar mis manos quietas, he molestado tanto mis uñas en los últimos veinte minutos que una de ellas está por romperse. Se supone que quedaríamos a las tres de la tarde y sin embargo, salí media hora antes a esperar por ella. En parte por que la clase de técnica vocal se volvía repetitiva. Y en parte por que estaba demasiado nerviosa como para quedarme allí sentada. Además, hablar con Jade no me ayudó mucho, ¿En serio considera que soy tan fea?. Ugh. Mi uña se rompió. Genial.

Miro hacia adelante y se dirige hacia mi un coche rojo descapotable bastante bonito, perfectamente pulido y encerado, como sí recién saliera del almacén. Al abrirse la puerta un tacón caoba se posa sobre el asfalto, seguido por un vestido escarlata ceñido a la cintura de la joven que salía por la puerta del conductor. Me levante de golpe intentando peinar mi cabello todo lo que pudiese y ella se acercó a mí. 

-Señorita Vega, un placer verle- Dijo y su sonrisa adornada con un fuerte labial rojo apareció en escena. Se veía como el diablo, si el diablo fuera la imagen perfecta de sensualidad.

-Hola...Cheryl, ¿Verdad?- Claro que era ella, ¿como no iba a serlo? Soy idiota.

-¿Lo dudas? Solo hay una en este mundo, no es difícil, cariño.- Sus palabras eran duras pero a diferencia de Jade, Cheryl compensaba su tenacidad con una sonrisa contagiosa, y  una mirada suave. Jade solo era dura. Tenaz. Como si la vida jugara en su contra. 

-Te ves increíble- Le dije y su sonrisa se amplio nuevamente hacia mí

-Es por que lo soy...-Guiñó un ojo-Pero, no hablemos de mí, te ves mejor en persona. ¿O te arreglaste para mí?

-Tal vez solo me desarreglé en el momento en que me tomé las fotos, ¿No crees? es una posibilidad.

-No lo había pensado así, suena bien para mí, ahora... Victoria, ¿Quieres mostrarme el lugar, o prefieres que te lleve a algún otro lado, cariño?-Se acercó a mí y mis piernas flaquearon un poco.

-No, deja...que te muestre el lugar-Cojí su mano, sin saber como, sin saber por qué.

-Esta bien, solo deja los lugares oscuros para el final del recorrido-Dicho esto, mis mejillas enrojecieron. Ella es tan... ¿Como decirlo? es ella. Y eso es lo que más me intimida. 

Nos alejamos del auto rojo en dirección a las aulas de clase que estaban cerca de donde yacía mi casillero, tenía que dejar un par de cosas allí primero. Sin embargo mientras caminábamos sentía como si todo el mundo nos mirara. Indudablemente la pelirroja estaba acostumbrada, ella seguía mi caminar con un paso firme, despreocupaba, incluso podría asegurar que la atención le sentaba bien, creo que es el tipo de cosas que le gustan, ser el centro de atención. 

-Cheryl..- Me giré hacia ella - Mis amigos... no les he dicho que estoy interesada en las chicas.

-Ah, ¿lo estás?

-Sí, ¿no? Pensé que lo sabías... ¿No estás aquí por eso?

-Yo no soy una chica, Victoria. Soy Cheryl Blossom- Rió- No tienes que estar interesada en las chicas para estar interesada en mí. El único requisito es respirar. - Volvió a reír-Pero esta bien, no haré nada que tus amigos perciban como inadecuado. No hablaré por ti. Puede que te eches sola al agua, después de todo sigues sosteniendo mi mano.-Enarcó una ceja y volví a sonrojarme.

-¿Tu mano? ¿Yo? ¿No será al revés? No pareces estar molesta con nuestras manos, así que no se si soy realmente yo la que te tiene aferrada a mí.- Enarqué una ceja también, que sea bonita no puede ponerme nerviosa. No voy a seguir sintiéndome como una niñita. Además debía acostumbrarme a este tipo de situaciones si iba a seguir saliendo con ella. Es como sacar un conejo de una chistera, se oye difícil pero es sencillo, solo hay que pillarle el truco. 





El cielo es el lugar donde estás tú.Where stories live. Discover now