Pues no entiendo que más esperaban de mi...
Todo se volvió tan opaco y tan gris, no se cuando comencé a seguir a la persona de cabello largo como el mio y que tenía mi rostro, era yo, sin duda era yo pero parecía tan lejana a la misma vez.
Contenía una mirada llena de melancolía que hasta a mi propio ser llegaba ese dolor, todo este problema fue por su culpa, termine en la nada por su responsabilidad, era ella quien estaba moviendo los hilos desde el principio, desde que me envió al sengoku.
En algún lugar del espacio tiempo nos encontrábamos, yo con mis brazos cruzados y ella mirando en el centro de un templo, justo en el mismo centro un espejo gigante el cual podía ver lo que ella quisiese en cualquier jodido momento del día.
Toda mi existencia fue parte de su absurdo plan, termine siendo un peón que atrajo la destrucción a 2 lugares diferentes.
Ella hizo que sea así, su control mental va mucho más alla de mi poder con la fuerza bruta, no se porque presiento que puedo vencerla pero al mirarla con esos ojos siento que se me rompe mi alma.
¿Fue tan triste lo que le paso para que tenga esa mirada llena de agonía y dolor?
¿Buscaba venganza?
...
Me veía yo también a través de la reluciente construcción que parecía ser hecha de un cristal de múltiples colores, estaba hecha una mierda literalmente.
No me reconocía en el reflejo, no era yo y no es como si tuviera la opción de ser una persona diferente, siento que perdí mi tiempo, perdí el valioso tiempo.
Perdí tiempo cayendo en el amor de alguien que no era destinado para mi, luchando y enloqueciendo solo porque nunca había sentido que el amor era tan dulce , sentí que estaría sola para siempre y los celos absurdos me invadieron dejando una estela de caos y decepción.
Decepciono a todos ... inclusive a mi difunto padre, lo siento, fui egoísta, nunca supe quien ni como fue que falleciste en realidad, deje muchos huecos en mi propia historia y me siento arrepentida, quiera volver el tiempo atrás y redimir todo.
Inuyasha, si tan solo supieras que todo lo que hice no fue un simple capricho mío, te entregue todo de mi porque no sabia como mantenerte a mi lado.
Eres bobo e Inocente, tan ingenuo pero valiente, tan estúpido y tan estúpidamente atrayente, quiero volver y lo necesito.
No soy quien quería ser en aquella historia, necesito estar a tu lado y luchar de manera justa contra mi adversaria que es Kagome, ver al final con quien tenias más afinidad, aunque yo ya sabia de por si que ella siempre fue tu alma gemela.
Habría sido divertido haber ganado de manera justa y saber que te enamoraste de mi en realidad y no por el mini encantamiento que esta mal nacida que esta en frente mío provocaba cuando lo necesitaba.
Entonces solo queda una cosa que hacer, apreté mis puños con fuerza e invoque una daga la cual sostuve fuertemente en todo momento pero de alguna forma quede helada, ella yacía arrodillada en frente del espejo.
Me miraba con el rabillo del ojo con un asco y rabia, se levanto soltando un largo suspiro para luego girarse con rápidamente y atrapar mi cuello con fuerza, cortando la respiración y haciendo lo crujir.
—No lo haz entendido ¿verdad? Por más que quieras, regresar, por más que tengas tantos anhelos estar a su lado nunca podrás porque... yo también le amó, el me recordara y me amara.—rió en voz baja la muy psicópata y cínica, admito que cuando estaba fuera de si daba miedo, su mirada estaba en blanco completamente.— Cuando todo esto acabe volverás a mi, no habrá rastro de tu inmunda existencia pero si quieres desaparecer antes avísame encantada de volverte a ser una conmigo.— su sonrisa era turbia por lo que simplemente me mantuve al margen esperando a que terminara de hablar, sin embargo todo quedo en silencio luego de esa frase.
Me lanzo lejos dejándome con ciertos huesos rotos, con dificultad intente acomodar mi cuerpo pero apareció de repente presionando con fuerza mi caja torácica, no tenía sonrisa alguna, solo sus ojos que parecían un vacío en forma de espiral.
—Hace mucho tiempo existió una joven chica que amaba secretamente al hanyou de la aldea, la pobre niña sufría, no solo económicamente sino también por la falta de atención de sus padres quieres a parte de ser unos pobres actuaban de manera quisquillosa con ella exigiendo le más y más, dañando lo poco que quedaba de su mente con palabras que parecían cuchillos atravesando su mente inocente. La joven pequeña tenía al peli plateado como su mejor amigo , eso alegraba a la princesa Izayoi, su hijo no era rechazado por ella sino que más bien era valorado, una razón más para seguir luchando pero los años pasan y la gente muere, la princesa murió, el hanyou fue expulsado de la aldea por lo que la joven pequeña que ahora era una adolescente nunca pudo confesarse ante el, simplemente había desapareció del mapa, cuando le volvió a encontrar se topo con la sorpresa de que una zorra mal nacida a quien inútilmente le entregaron la shikon no tama, su trabajo de protectora fallo por lo que sello al peli plateado en un gran árbol, por suerte murió esa sacerdotisa pero quedo ella con sus ilusiones rotas... Morí sin decirle cuanto le amaba y que no me interesaba si el era aceptado o no, Morí y desaproveche todo, deje ir mi vida esperando a que despierte... necesito traerlo de vuelta a mí.— finalizo con un nudo en la garganta pero su tono sonaba realmente roto.
Aun así después de esa historia, no sentí empatía por ella, queria acabarla pero aun no era el momento ni el lugar, debía ganarme su confianza para apuñalarle por la espalda y ser libre con el, antes de que la otra bruja aparezca y tambien se enamore de Inuyasha.
El debe ser mío, debo tener una vida con el, debo hacerlo.
En esta y la próxima vida.
...
En las colinas un poco más alejado de la aldea de la señora Kaede se encontraba una chica sonriente con un cabello recogido en una coleta ayudando a el mundo, un brillo en sus ojos un destello celeste atravesó su mirar, la bruja celeste había despertado.