Eveline observaba desde un arbusto a Mildred que charlaba con Luke, al cabo de unos minutos, Mildred se fue.
— ¿Eveline? —el chico encontró el escondite de la castaña.
Ella asintió levemente con la cabeza.
— ¿Qué haces aquí? —se llevó su cigarrillo a la boca.
— Yo —comenzó a balbucear— Espiaba.
— Siempre lo haces —dijo el rubio— He notado que también espías a los demás.
— Lo siento mucho, pero no puedo evitarlo —se mordió el labio.
Luke sonríe con burla.
— En especial espías a Frances, ¿no? —ella asiente con vergüenza.
— Estoy enamorada de ella —dice mientras sonríe al recordar aquella rubia.
— Aguarda —Luke hace una pausa— ¿Eres gay?
Eveline niega con la cabeza rápidamente.
— Quiero ser ella —dice en un susurro casi audible.
— Su vida no es tan genial —Luke se encogió de hombros.
— Quiero decir que —suelta un suspiro— Me gusta Frances, no Anthea.Luke sonríe mientras juega con el piercing de su labio.
— Me gustas, chica.
Es entonces cuando Eveline siente como su alma danza al ritmo de una canción Folk.