La joven de cabellos castaños caminaba sin parar.
No se detuvo ni un segundo para revisar su alrededor, estaba tan concentrada en sus pensamientos que la seguridad de que se dirigía a casa era inmensa.Una calle más transitada hizo que cayera en cuenta de que se adentraba más en la cuidad en vez de dirigirse a los suburbios.
Se desesperó al darse cuenta de que no podía llamar a nadie, la matarían seguramente.
TN solía ser una chica muy independiente, aunque solía equivocarse muy a menudo, eso causando la necesidad de compañía y amigos....
Seokjin por otra parte, se despedida de sus amigos mientras estos lo intentaban convencer para que se quedara un poco más.
Se negó ante la oferta de parte de Namjoon para ir a dejarlo a casa, él estaba borracho, aunque quisiera ser amable, no podía conducir.
Después de informarles que se quedaría en su departamento, salió de casa con un abrazo de Alex y con el aviso de que mas tarde llovería, que condujera con cuidado.
Subió a su auto dirigiéndose a su departamento.La verdad era que no estaba cansado, y el ambiente era muy bueno, como siempre; pero su cabeza estaba en otra parte.
Incluso creía estar alucinando al ver a los lejos en la calle a una chica caminando bajo la lluvia, y creyendo que se trataba de su linda TN.—Alto... ¡¿Que mier...?!—entrecerro los ojos dándose cuenta de que no estaba equivocado y no era su mente la que jugaba con él.
Él conocía ese culo y ese caminar.
Deteniendo el auto a un costado de la chica bajando la ventana para hablarle.
—Sube ¿qué haces aquí?.
Ella abrazaba su cuerpo cubriéndose del escandaloso frío de diciembre, en ese momento prefería la nieve a la humeda y fría lluvia.
—Oh... ¡Hola!—dijo como si nada con una sonrisa grande agitando su mano.—No es nada, solo... salí a dar una vuelta, ya sabes, caminar... caminar es bueno, si.—siguió avanzando haciendo que el mayor la siguiera y tocara el claxon del auto para llamar su atención.—Carajo.—murmuró.
—Vamos, sube al auto, no quiero tener que cargarte. Vamos, linda.
"Me dijo linda..." parpadeó un para de veces llenando su pecho de aire calmando sus nervios.
—¡Dios santo!—Jin abrió la puerta saliendo del coche y cargandolo para meterla en el asiento del copiloto.
¿Qué podía decir? Estaba tan borracha que no pudo ni intentar soltarse.
Así que suspirando cansada se dejó acomodar cerrando los ojos con verguenza, hasta que sintió un roce en su pecho abriendo los ojos con asombro por los nervios, notando por primera vez la vista que tenía.
Una camisa blanca de mangas largas las cuales se doblaban; imaginaba que lo había hecho para conducir más cómodamente. Echando un vistazo a su abdomen noto su cuerpo esbelto y la linda y envolvente forma en la que esa camisa blanca mojada llamaba su atención.Mordió sus labios y sonrió embobada.
—¡Lo siento!—exclamó el mayor observando sus ojos con vergüenza.
—Tranquilo, no estés paranoico, para nada me molesta.
Él tragó saliva peinando hacia atrás su cabello. ¿Acaso una niña lo había puesto nervioso?
Tomando el volante condujo, ella lo observó un momento notando lo tenso que estaba y la forma en la que se concentraba en el camino.
—Llevame a casa, ¿sí?
Él negó.
—Si vamos a casa tu hermano va a castigarte, probablemente le diga a tus padres, y no quiero que te castiguen. Tu no lo querrías, pero parece que te tomaste todo el alcohol de la nación así que estoy seguro de que no piensas claramente.
Tenía razón, pero la terquedad no la dejaba en paz.
—¡Entonces me hubieras dejado llegar a casa sola!
Tomando aire la observo un segundo incrédulo de lo mal agradecida que se escuchaba.
—Estabas como a diez kilómetros de tu casa... ¡Ibas en dirección contraria! Créeme; jamás ibas a llegar.—negando siguió concentrado en el camino sin observarla.
...
El silencio era incomodo, tanto que se escuchaban uno al otro cada que pasaban saliva, sus respiración eran pesadas, trataban de controlarlas.
—Los siento.
Ella lo observó con una ceja alzada ladeando la cabeza.
—Lo siento por tocar tus pechos...
Eso la sorprendió ¿seguía pensado en aquel roce insignificante? Si era insignificante para ella que era la enamorada ¿porque no para él?
Una vela de esperanza se encendió en su pecho.—Eres una niña y no es correcto, el simple hecho de que estés en mi auto a las dos de la mañana vestida "así" no es correcto. Lo lamento.
Aquella pequeña vela fue apagada con un balde de agua con hielos.
Soltando un golpe en su muslo bufó.—¡No soy una niña, Kim Seokjin! Carajo... si eso ibas a decir mejor te hubieras quedado callado.
Él se sonrojó estacionando el auto y bajando para abrir su puerta pues estaba muy ebria y seguramente tendría que ayudarla a caminar.
La chica se adelantó abriendo la puerta, empujando al mayor un poco jugando enojada sosteniéndose del coche al bajar por el mareo gracias a la gran cantidad de alchohol que corría por su sangre en ese momento.
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El Amigo De Mi Hermano {Kim SeokJin} (EDITANDO)
Lãng mạn𝓔𝓝 𝓔𝓓𝓘𝓒𝓘𝓞𝓝 -Hoy es la noche de tu vida~-citó de forma arrogante colocandose entre los gruesos muslos de la menor, apretando con delicadeza estos- Nota de autora: Si ya leyeron la historia les pido que la vuelvan a leer a medida edito los ca...