El Amigo De Mi Hermano {Kim SeokJin} (EDITANDO)

Capitulo 4

Seokjin me tenía muy nerviosa, y aunque en realidad no lo aparentaba, los tragos estaban haciendo de las suyas.
Poco sentido tenían las cosas que decía en ese momento, y aunque consciente me hubiera colgado de un puente al soltar tales tonterías, estaba ebria y sin filtro alguno.

...

Ya en la casa del mayor, la joven permanecía de pie enmedio de la sala, el silencio comenzó a resonar en sus oidos, hasta que el hombre aclaro su mente para hablarle.

—Ya vengo.—se dirigió hacia el pasillo a un costado de la sala y luego de un par de minutos regreso con un par de prendas en la mano.—Te traje ropa. Si gustas puedes ir a... cambiarte o bañarte. Como gustes, linda.—la joven, quien apretaba sus manos bastante apenada por la situación, solo asintió.

Entró al baño de Jin, el aroma de él estaba por todas partes en la casa: la sala, su habitación, su baño.
¿Era solo su cabeza o incluso podría sentir su presencia? Era encantador el ambiente, solo tenía que olvidar la embarazosa situación para disfrutarlo.

Y aunque su intención era meterse al baño, ducharse y salir, se distrajo con la cantidad de productos que tenía el chico en su baño. Una pequeña risa amable se escapó de sus labios mientras pensaba en él, era un detalle que desnudaba una pequela parte de su personalidad.

Salió del baño con una toalla envolviendo su cuerpo, le gustaba la habitación del chico, se veía cómoda y ordenadaz bastante pulcra y olía a... fresco.

Todo bien hasta que un pequeño suspiro se escapó de los labios de ambos al ver uno frente al otro. TN estaba cruzando justo al frente de la puerta cuando esta se abrió.

—¡¿Qué haces?!—exclamo la castaña quien torpe había puesto la toalla alrededor de su cuerpo de una forma tan vaga viéndose si pie bajo el trozo de tela.

—¡Es mi habitación!—exclamo el ajeno quien rápido cerró la puerta sin verla.

TN soltó un pesado suspiró sentándose en la cama viendo el techo el cual tenía pegadas unas estrellas transparentes "Seguro brillan en la noche..." pensó.

Rascó su cabello bastante estresada tratando de comportarse normal. ¿Porqué carajos había entrado así? ¿Acaso no sabía que se estaba bañando?

...

Luego de vestirse, TN salió de la habitación con su ropa mojada en mano.

—Dame eso.—Jin tomó sus prendas con amabilidad y las llevo a una habitación la cual ella suponía que era la lavandería.

—Seokjin...—susurró para llamar su atención.—Gracias.—el mayor la volteo a ver mientras cerraba la puerta.—Yo... yo no...

—No pienses en eso ya, solo... Cuídate. No eres tan grande como para andar en esas fiestas ni tan pequeña como para entender que correa peligro en este estado. Imagína que yo no hubiera sido yo. Cualquier te sube a un auto y desapareces. Yo te creo muy inteligente, no me hagas cambiar de parecer, te lo ruego.—eso dolió. La menor bajo la mirada un segundo tomando aire. Relamió sus labios y observó de nuevo al hombre solo asintiendo.

—Si. Si, tienes razón, tengo que ser responsable y lo que hice fue... una tontería—casi lo susurró sin poder verlo.

Seokjin tomó sus manos y la llevó al sofá.

—TN, no entiendes lo especial que eres para mí, eres... Me importas, y mucho, solo te pido quemó hagas éstas cosas. Quiero cuidarte pero no puedo hacer más que aconsejarte—sus largos dedos rozaron de forma dulce su mejillas estaban cerca, tan cerca que podía sentir el dulce olor a cerveza en el aliento del mayoez tan cerca que su perfume inmundo su nariz cegando su mente.—Eres una niña.

Pero no le dió tiempo de pensar claramente cuando tomó la mano ajena y subió en su regazo.

Tomó asiento en sus piernas y acaricio sus hombros.

—TN... e-espera~.

—Me gustas... me gustas mucho, Kim Seokjin. Tu mirada, tu aroma, tu risa... tu bella sonrisa, tus ojitos, tus labios, tu piel tu... tu todo, me encantas, Kim Seokjin. Me importa poco si me dices que soy una niña, puedes repetirmelo una y otra vez y eso no cambia mis sentimientos por ti ni lo debilita, te lo aseguro.—aquello fue tan repentino que el mayor solo se quedó a escuchar sus torpes palabras las cuales se arrastraban en su lengua cada que las pronunciaba gracias al alcohol.

—No... ¿Qué? Bajate por favor, TN, yo no puedo permitir es...—pero su hablar fue interrumpido por los pomposos labios en un ilusionado beso.