CAPÍTULO 18

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Hadassah

—Edric en ese entonces estaba en el último año de preparatoria mientras que yo estaba en mi primer año de la universidad, Edric me invitó a una fiesta de su escuela y ahí la conocí, esa noche la pasamos muy bien así que le pedí su número, comenzamos a salir de vez en cuando sin ser novios y así pasaron siete meses, solo Edric sabe que durante esos meses solo fuimos amigos con derecho y ahora tú —hace una pausa y suspira— cuando menos me di cuenta ya estaba enamorado de ella y quería ser el único para ella así que le pedí que fuéramos novios y ella acepto —Nathan se ríe silenciosamente— fue entonces que me enteré que apenas iba a cumplir diecisiete años y Edric nunca me mencionó nada, recuerdo que cuando ella finalmente cumplió los dieciocho me sentí libre, siempre estuve aterrado con la idea de ser arrestado por salir con una menor de edad.

—¿Entonces duraron mucho tiempo?

Él asiente con la cabeza —si, duramos siendo novios más de tres años y en ese tiempo yo le ayude a que persiguiera su sueño —la manera en que lo dice es como si le molestará— ella quería ser modelo, así que le pagué clases, la ayude pagando sus viajes para sus castings y así —Nathan parece molesto y nuevamente guarda silencio unos segundos antes de continuar— un día estaba de viaje rumbo a Monterrey con mis hermanos cuando me mandó un mensaje diciéndome que estaba embarazada, los días que no estuve cerca de ella fueron un infierno para mí pero mi hermano Dorek nos había pedido ayuda, cuando llegue aquí y fui a su casa ella claramente me dijo que no estaba preparada para ser madre, no te voy a mentir Chucky, estaba aterrado ante la idea de ser padre pero no iba a permitir que Melissa abortara a nuestro bebé —Nathan observa de manera melancólica a Ada y algo me dice que lo siguiente que me dirá me va a doler— le hice ver a Melissa que la apoyaría y que siempre estaría para ella pero al parecer eso no fue suficiente para ella —Nathan cierra sus ojos y aprieta sus manos en forma de puño— Ada solo tenía unas horas de nacida cuando ella nos abandono —él abre sus ojos y puedo ver como aún le duele la perdida de la mujer que amó.

—Lamento tu perdida, debió ser muy difícil para ti.

Nathan frunce el ceño y parece confundido —ella no murió.

Y ahora la confundida soy yo —pero acabas de decir que ...—entonces lo entiendo, la mamá de Ada la abandonó pero que culpa tenía ella para que desde el primer día su madre la rechazará de tal forma, siento un nudo en mi estómago al darme cuenta de todo y no puedo evitar abrazar más fuerte a Ada a mi cuerpo, siento como las lágrimas comienzan a correr por mi rostro y es que está niña se ha ganado mi corazón y no entiendo cómo pudo esa mujer irse así nada más y dejar a tan hermosa niña.

—No llores hermosa.

—Lo siento, pero es que ¿Cómo pudo?

Natgan niega con la cabeza —Melissa siempre fue egoísta y desgraciadamente me di cuenta de eso muy tarde, mis hermanos nunca la quisieron pero siempre respetaron mi relación, a veces pienso que me hubiera gustado que ellos me hubieran abierto los ojos pero luego me arrepiento de mis pensamientos ya que si las cosas no hubieran sucedido de esa manera yo no tendría a Ada conmigo.

Sigo aferrando el cuerpecito de Ada como si de esa manera pudiera protegerla —tienes razón en eso y no imagino lo difícil que fue para ti.

Nathan se acerca a nosotras y se recuesta sobre su brazo y encuentra la manera de abrazarnos a las dos —por favor ya no llores y mejor descansa.

Le hago caso y cierro mis ojos para ver si de esa manera logro contener el llanto y para que él no pueda ver lo mucho que me duele saber sobre esa mujer y de como lo daño a él, ya que ahora entiendo su comportamiento y no es para menos la mujer a la que amaba los dejo y por lo que veo es que ella ya nunca volvió aparecer en sus vidas.

A la mañana siguiente Ada sigue dormida en mis brazos y no puedo evitar besar su cabecita, cuando levanto la mirada Nathan está observandome fijamente y después de unos segundos me sonríe.

—Buenos días Chucky.

Este hombre no tiene remedio —sabes perfectamente bien como me llamo.

Su sonrisa se amplía —Chucky es el muñeco diabólico y tú para mí eres como él, diabólicamente tentadora.

No puedo evitar sonrojarme —ella es un ángel papá —dice la pequeña con voz torpe mientras se separa de mí y comienza a tallar sus ojos— ¿También dormiste con nosotras?

Nathan abre sus ojos ante la sorpresa de saberse descubierto por su hija, lo gracioso es verlo balbucear sin saber que decir.

—Tu papi vino a ver cómo amaneciste.

—Muy bien —la pequeña le sonríe a su padre mostrando sus dientes— mi angel me cuidó la noche.

Nathan se levanta de la cama y le pide los brazos a Ada para llevarla a cambiar y aprovecho de su ausencia para asearme y recoger mi cama, una vez que está limpia mi habitación salgo y bajo las escaleras para ir a la cocina y ayudar a preparar el desayuno.

Después de que todos desayunamos cada uno se fue a realizar sus actividades. En esta ocasión solo somos Sebastián y yo trabajando en el taller, Nathan y Ada salieron en su cita mensual de padre e hija, cada día me sorprende más y me doy cuenta que no puedo seguir huyendo de lo que me hace sentir y ahora que conozco su pasado entiendo más su comportamiento y su manera de ser, lo realmente sorprendente es que quiero seguir conociéndolo más.

Por la tarde me dirijo a la playa junto a Blondie, ambas nos sentamos en la arena esperando a que llegue ese momento tan mágico que me encantas ver desde que estoy viviendo aquí, algo místico tiene el atardecer de este lugar, no se que es pero se con certeza que me hace sentir en paz con cada uno de sus colores irrepetibles, uno días hay tonalidades naranjas, otros días el violeta adorna el cielo y otros simplemente se combinan los colores creando una hermosa obra de arte.

Blondie y yo permanecemos sentadas en la playa hasta que el sol se oculta por completo, me pongo de pie y sacudo la arena de mi pantalón, Blondie se incorpora sobre sus patas y  está en espera a que yo decida volver a la casa, me doy la vuelta y me sorprendo al ver a Edric parado, sus manos están dentro de sus bolsillos de sus pantalones deportivos, me sonríe y se acerca a mí.

—¿Y Nadia?

—Ya se marcho —saca una de sus manos y acaricia la cabeza de Blondie —no estarás evitando a mi hermano otra vez.

Niego con mi cabeza —solo quería ver el atardecer y ¿Tú?

—También me gusta ver el atardecer —algo en él parece distinto de hecho no está su característica alegría— me recuerda a alguien que quiero mucho.

—Nadia y tú hacen una linda pareja.

Edric me sonríe pero esa sombra de nostalgia opaca su hermosa sonrisa —somos solo amigos y nunca seremos más que eso.

—Pareces triste.

Asiente con su cabeza —te cuento un secreto —me observa esperando mi respuesta por lo que asiento con la cabeza— hoy es el cumpleaños de la mujer que se robó mi corazón desde que era un adolescente.

No puedo evitar sorprenderme ya que Edric no parece de ese tipo de personas, parece más bien de los hombres que nunca han caído por amor pero me doy cuenta que es todo lo contrario ya que su semblante es sombrío y esa aura de tristeza alrededor de él dice mucho.

—Tal vez un día te cuente más de ella.

—Me encantará escuchar esa historia.

Da un gran suspiro mientras cierra sus ojos y cuando los abre me doy cuenta que ahí está el Edric que conozco, de pronto ya no hay más tristeza —estoy algo cansado, te veo mañana iré a descansar.

—Que descanses.

—Gracias preciosa.

Edric se da la vuelta y lo observo caminar rumbo a su casa, espero que un día pueda estar con esa persona o que logre olvidarla y pueda volverse a enamorar.
Camino hacia la casa y en el camino me encuentro con Nathan, me sonríe y yo le devuelvo el gesto, camino hacia él lentamente sintiendo cada vez latir más mi corazón, es como si el ya hubiera tomado la decisión que a mi mente tanto le costó.

Tierna ligereza (Saga #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora