CAPÍTULO 21

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Hadassah

Hace cuatro meses que deje de huir de lo que Nathan me hacía sentir, tengo que aceptar que una vez que conoces al verdadero Nathan te das cuenta de lo encantador que puede ser y sobre todo como novio, no voy a decir que es un dios del sexo pero lo que si puedo decir es que ambos nos hemos compenetrado tanto en lo sexual que cada momento es mágico e irrepetible.
Hay noches en las que él se escapa y acude a mi habitación y hay otras en las que es Ada quien se escapa para ir a dormir junto a mí, día con día me enamoró mas de está familia y ahora se me hace imposible regresar a mi vieja vida tan vacía y más aún con la ausencia de Mike, ya que él era el único que hacia mis días más llevaderos, Zach también era de ayuda pero dudo que si llego a volver podamos volver a ser amigos como una vez lo fuimos.

Ojalá pudiera decir que las pesadillas se han ido pero por lo menos son menos frecuentes, lo que si puedo decir es que gracias a Nathan estoy aprendiendo a entender que nada de lo que sucedió fue mi culpa y tristemente me doy cuenta que al lado de Zach jamás hubiera podido superar la muerte de Mike, cada día soy conciente de que el haber huido de mi boda fue la mejor decisión que pude haber tomado.

Nathan, Ada y yo siempre pasamos los fines de semana juntos, y no es que no nos veamos entre semana y más si vivimos en la misma casa, es más bien que el fin de semana tratamos de salir de casa para convivir únicamente los tres y cuando no podemos salir simplemente nos quedamos en casa viendo un maratón de películas de princesas, creo que ya hasta me se el diálogo de algunas de ellas, la verdad es que de niña nunca fui muy femenina a pesar de que mi mamá se esmeraba en educar a toda una señorita, mi verdadera pasión siempre fueron las motocicletas aún desde pequeña y así fue como termine estudiando ingeniería automotriz, a mi madre casi le daba un ataque cuando le dije la carrera que había elegido pero al final accedió sabiendo que tarde o temprano terminaría casándome con algún hombre rico, me preguntó que pensaría de Nathan.

—¿En qué tanto piensas Chucky?

Niego con la cabeza tratando de dejar a un lado mis pensamientos —nada.

Nathan se sienta a mi lado inspeccionando el trabajo que estoy realizando sobre la motocicleta de uno de nuestros clientes —estoy algo sentido contigo.

Giro mi rostro hacia él y me doy cuenta que el semblante de su rostro es serio e incluso se nota un poco molesto —¿Hice algo mal?

—¿Porqué no me dijiste que este fin de semana es tu cumpleaños? —no puedo evitar sorprenderme de su pregunta porque para ser sincera yo ni siquiera me acordaba— fue Edric el que me dijo.

—La verdad es que con el trabajo que hemos tenido ni siquiera me acordaba.

Nathan me observa fijamente y es como quisiera detectar alguna mentira en lo que dije —mis hermanos me dijeron que les comentaste cuando tú y yo aún decíamos odiarnos —siento un gran alivio al escuchar sus palabras y prometo agradecerles a ese par por no haberles dicho nada más— aún así tenemos cuatro meses saliendo y tú no me habías dicho nada.

—Nunca me lo preguntaste —Nathan abre su boca y la cierra de golpe, por primera vez lo he dejado sin palabras.

—¡Tortolitos! —no puedo evitar sonreír al escuchar a Edric gritarnos en cambio Nathan resopla con cansancio.

—Perdón que los interrumpa pero hay una niña esperando en su escuela a que la recojan.

Nathan se pone de pie de golpe y yo con él, él sale corriendo del taller y noto que Edric me está sonriendo.

—¿Qué hora es realmente?

—Tiene suficiente tiempo para llegar por ella y renegar mientras espera unos veinte minutos más en lo que sale mi sobrina.

Tierna ligereza (Saga #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora