Prologo

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Eran cerca de las 4 de la tarde y franco Bastián se encontraba sentado en su sillón de cuero en la sala de su lujosa casa (herencia de sus padres), junto a el se encontraba James Parch mirándolo con una sonrisa divertida tomando de su vaso de wiski. Franco lo miro arqueando una ceja y luego rodo los ojos sonando su vaso contra la mesa de cristal, james casi se atraganta y lo mira con los ojos abiertos de la sorpresa.

­–oye hermano calma– dijo james dejando el vaso también en la mesa miro a ambos lados y luego sonrio –no es para tanto– añadió colocando una mano en el hombro del otro.

–como que no es para tanto– dijo franco quitan la mano de su amigo levantándose del sofá caminando a unos cuantos paso miro al ventanal –soy uno de los millonarios mas jóvenes que existen y a nadie parece importarle– añadió cerrando los ojos soltando un suspiro derrotado, james también suspiro negando.

–y eso que importa tienes más vida que nadie...los famosos por sus riquezas naturalmente son corruptos, una cuerda de mafiosos– volvió a decir tratando de tranquilizar a su amigo. Franco se volteo con una gran sonrisa.

–eso es! – grito franco asustando a james el cual dio un brinco –tienes toda la razón eso es lo que me falta– añadió mas calmado buscando su celular en los bolsillos de un saco que estaba en la mesa. James lo miro extrañado.

–¿me explicas? porque no entiendo nada– pidió james rascando su cabello rubio viendo como la sonrisa de su amigo crecía.

–¿es enserio? – pregunto franco a su amigo deteniendo la búsqueda, james se encogio de hombros y franco rodo los ojos encontrando por fin su celular –me refiero a lo de ser un mafioso– james abrió los ojos como platos mientras franco marcaba un numero en su teléfono –marco...si, te veo afuera en unos 5minutos...bien– dijo franco por teléfono mientras james tomaba el contenido de su vaso como si de agua se tratara.

–y bien como te convertirás en mafioso drogas?...armas?...o que? – pregunto algo ido james cerrando los ojos soltando un largo suspiro.

–bueno en realidad no lo se creo que un poco de todo, aunque no me gusta lo de las drogas pero para eso contratare gente– respondio franco escogiéndose de hombros, james abrió la boca para decir algo –si vas a preguntarme como lo are, la verdad no lo se– lo interrumpio franco james cerro la boca sin embargo la volvió a abrir.

–yo se con quien puedes hablar, y con esto no quiero decir que yo hablara con esa persona, es decir, si... pero no por lo que tu crees– dejo de manera rápido james retorciendo sus dedos con nerviosismo, franco enarco una de sus cejas y miro extrañado a su amigo, este tomo aire y lo solto lentamente –ve a esta dirección y pregunta por "el diablo" el resolverá todos tus problemas– añadió james entregándole una tarjeta a franco el cual la tomo asombrado –no preguntes y confía... y no me jusgues cuando estes hay lo entenderas– sin mas james tomo sus llaves y salio del lugar.

Franco miro la tarjeta con una sonrisa, tomo su celular y su saco saliendo de la casa (mansion) y camino hasta la escaleras bajándolas lentamente al pie de estas lo esperaba un lujoso auto deportivo, un hombre mayor que franco pero no tanto como de unos 29años bajo de el lado del piloto y le ofreció las llaves a franco el cual las tomo con una sonrisa entrando al auto condujo por las calles de los Ángeles, california cerca del barrio de Hollywood hasta llegar a un edificio (todo negro) lleno de hombres de traje y mujeres con cabello de diferentes colores.

Al entrar se diriguio a la recepcionista la cual vestía con una camisa verde y una falda de tubo blanca mientras que su cabello era de un rosa chicle con mechas moradas. A franco esto le parecio una convinacion muy extraña sobre todo teniendo en cuenta a todos los hombre con trajes elegantes en su mayoría azul marino y gris casi blanco. La reseccionista lo miro y sonrio amablemente.

–Buenas tardes, bienvenido a las oficinas de ayuda humanitaria, El Ángel Caído– anuncio la chica en tono amable y dulce, franco sonrio de lado sacándole un sonrrojo a la chica. Franco era un joven de piel morena, ojos castaños, cabello negro ondulado y corto, de espalda ancha y de musculos marcados, y rasgos faciales definidos haciendo lo atractivo. –que se le ofrece? – pregunto un poco cohibida de recepcionista.

–vine porque necesito hablar con, el diablo...–dijo franco un poco incomodo al pronunciar la ultima palabra, la chica enseguida se puso seria y luego tecleo algo en el ordenador casi que en seguida cuatro tipos con trajes azul marino liderados por un quinto integrante con traje negro y gafas del mismo color salieron del ascensor y caminaron hasta quedar frente a franco.

–señor temdra que serguirnos, por aqui– dijo el de traje negro señalando los ascensores, franco trago y algo asustado camino a los ascensores junto al de traje negro seguidos por los otros cuatro.

Una ves en el ascensor ninguno dijo nada subieron a la 3ra planta y caminaron por un largo pasillo el de traje abrió una de las puertas dejando al descubirerto a otra chica con vestimenta extraña solo que esta llevaba el cabello morado en un gran moño, una camisa manga larga de hombros caidos rosa chillon y unos pantalones negros un poco acampanados al final y tacones del mismo color. Franco enarco una ceja y mira al tipo junto a él, el cual se mantiene inexpresivo igual que todos los hombres que había visto hasta ahora.

–Lola...el señor quiere ver al diablo...– dijo el de traje y la chica levanto la mirada con una gran sonrisa y tomo un teléfono marcando unos segundos después asintió colgó, franco se sorprendio por este acto.

–listo ya lo atenderá asi que pasen– dijo la tal lola de manera amable y dulce como la otra chica de la recepción, el de traje negro asintió dándole una mirada a los demás los cuales dieron una vuelta y salieron del lugar, lola abrió la puerta y junto al del traje le hicieron señas de que entrara, el lo hizo.

Tras el entro el del traje y lola cerro la puerta, la habitación era grande y oscura como todo el edificio. Había dos grandes bibliotecas un sillón donde se sento el de traje y justo frante a el un escritorio con una laptop, un libre, una copa con vino y paper y pluma, tras el escritorio una gran silla jiratoria que estaba de espalda a la puerta y por ende a el también, frente había una silla negra, roja y dorada. Franco se sento miro al de traje el cual miraba su celular inexpresivo.

–mmmm....–murmuro mirando al tipo del traje y este lo miro y con los ojos le hizo seña de que mirara al frente y moviendo sus labios le indico que hablara, este asintió y miro al frente –ehhh...señor diablo, un amigo me dijo que si necesitaba ayuda para lograr mis sueños debía hablar con usted y pues yo...–hablo rápidamente hasta que vio como la silla se movia y alguien se aclaraba la garganta.

–primero es señora...aunque no, prefiero señorita del diablo– anuncio la voz dulce pero maliciosa de una mujer, se da la vuelta en la silla dejando al descubierto a una hermosa mujer –y segundo, creo que entre tú y yo no debería de ser necesario estas formalidades no lo crees franco– añadió sonriendo de lado franco abrió la boca y los ojos de la sorpresa.

–el diablo es mujer?... – dijo desconcertadofranco –no espera...peor eres tu!... –añadió tirándose atrás en la silla, lamujer rodo los ojos soltando una risita negando lentamente con la cabeza.

Mi amiga, un Diablo "El trato"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora