DOS

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2.- “Ella era la buena y él el que la maltrataba”

—Me tiene mal— exhaló el humo del porro echando la cabeza para atrás recargandola en el respaldo del sofá.

Mateo se encontraba en una situación un tanto incomoda platicandole a su mejor amigo y a Mauro sobre la chica.

—Habla con ella, decile boludo, nada logras fumando mientras aquella no sabe ni quien sos— habló Camilo.

—¿Que puedo hacer? Tiene wacho—

—Su novio es alto pajero, lo conocí en un boliche es alto gato, quitasela Mateo— lo aconsejó su amigo Mauro.

—No, ni en pedo Mateo— negó Camilo ante la propuesta de Mauro. —Habla con ella, que sé yo, acercate un poco a ella, la Mari siempre hace joda los fines hay que ir mas seguido— sugirió ahora Camilo.

—Honda, llevan seis meses y medio ¿Cuanto más podrán durar?— habló otra vez Camilo.

—Vivís a un lado de ella loco, te la podes encontrar cualquier día en el ascensor— se desespero Mauro.

—Tranca, mañana voy a la fiesta de Maria, y ustedes van conmigo, trató de acercarme a ella y ya esta, si veo que me da bola insisto y si no pues ni modo wacho que sea feliz con su novio corta— habló con sierta desilusión Mateo.

—Intentalo varias veces, no siempre van a caer a la primera, gato— habló Camilo y los tres rieron.

Y es que era así, Mateo pensaba que tirarle a alguien era fácil, sus conquistas solo eran de una noche y la mayoría caía muy fácil.

[...]

Ya era viernes, Mateo y sus dos amigos se encontraban en el apartamento de Maria quien compartía piso con la chica que le volaba la cabeza a Mateo.

No podría creer que justo le tenía que atraer alguien con novio, habiendo tantas chicas ¿Justamente tenía que ser ella? Pero es que era inevitable todo de ella le encantaba, su cuerpo delgado pero bien desarrollado, sus ojos claros con esas largas pestañas que probablemente eran postizas pero eso era lo de menos, sus labios gruesos, su cabello largo y rizado y ese color de piel que probablemente era lo que más le gustaba de ella.

—Ve y hablale— le susurró su mejor amigo en su oído mientras ambos miraban como la chica se iba a la cocina.

Mateo se levanto del sofá y camino hasta ese lugar, vio a la chica tratando de abrir una botella de agua pero no podía.

—Deja, te ayudo— le quitó la botella de las manos y se la abrió.

—Gracias— habló bajito y le dio un sorbo a la botella con agua.

—Sofia ¿Verdad?— preguntó un poco tímido Mateo, no sabía como comenzar la platica con ella.

—Sí Mateo— afirmó la chica diciendo su nombre, el chico se sorprendió al ver que se lo sabía. —No es difícil acordarme de ti, vives a un lado y eres buen amigo de María— se encogió de hombros.

—Ya veo— habló un poco desilusionado el chico.

—Y lo de la noche pasada no se me olvida— sonrió la chica y Mateo nuevamente se sorprendió.

—Perdón, ese día— trató de disculparse.

—No me molestó, pero seguramente le dices eso a todas ¿No?—

Mateo iba a responder pero entró aquel chico, el novio de la chica interrumpiendo su plática.

—¿Y este que hace aquí?— habló de mala gana viendo al rapero.

—Tengo más derecho de estar aquí que vos— dijo Mateo retándolo con la mirada.

—¿A sí pendejo? ¿Crees que soy imbécil y no me di cuenta que te queres chamuyar a mi novia?— lo empujó levemente por el pecho, Mateo miró las manos del chico en su pecho con desprecio y levantó una ceja.

¡Vaya este chico es un tóxico! Pensó Mateo, iba a responder pero Sofia se lo impidió.

—Mateo, no— le suplicó. —Ve con los demás— Mateo hizo caso y camino para salir del lugar.

—¿Y VOS? SABES QUE TE QUERE CHAMUYAR ESE CHABON Y LE DAS ENTRADA ¡SOS INCREÍBLE!— escuchó Mateo como le grito a Sofia antes de salir de la cocina.

Se sentó en un sofá analizando la situación que había vivido hace unos minutos, no podía dejar que aquel chico la tratará así, Sofia era una chica tímida y sensible posiblemente por eso no decía nada, o temía mucho de él.

—BAILA BOLUDO— le grito Maria para que se levantara del sofá.

Mateo le hizo caso y comenzó a bailar con su amiga al ritmo de la música.

—Amigo, Sofia esta por terminar con ese tarado, necesito que actives con ella— dijo Maria a su oído mientras bailaban.

—Es un tóxico de mierda Mari—

—Ya sé, pero la tarada esa dice que lo quiere pero yo siento que van a terminar pronto, es alta cornuda la sofi— la miró sorprendida

—Decile vos, así terminan más rápido loco— Maria negó.

—Que se de cuenta, ya he peleado bastante con ella por ese pendejo y siempre termina creyendole a él, no valdría la pena—

4 Meses ; TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora