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El sol estaba a punto de decir adiós a la tierra dejando que su pequeña amiga, la Luna, continuara la noble tarea de dar luz a los habitantes del planeta.

Las siguientes actividades eran en su mayoria protagonizados por los fans. El de hebras platinadas quería preguntarle al otro si se quedarian, pero este habló primero.

-Tal vez sea hora de irnos, ya estuvimos mucho tiempo aquí- le sugirió el azabache amablemente.

De camino a la salida Katsuki seguía con su celular, notaba que trataba de ocultarme algo. Lo cual no le agradaba.

Lo sabía porque, de querer usar su celular normalmente, lo agarraría con una mano; no con dos como lo hacía en ese momento

Otra repentina llamada alarmó su rostro, haciendo lo posible por atenderla de inmediato.

- Si, si. Ajá, nos vemos. Sí. - colgó y volteó con Viktor viendo la duda en su rostro.

- M-mi hermana -contestó nervioso. -Bueno, ¿vamos a cenar?

—ლლ—

Mientras caminaban por las impecables calles de la ciudad Yuuri se veia más ansioso de lo normal. Viktor se impacientaba. ¿Algo malo había pasado? Y si era así ¿A quien? ¿Su familia? ¿Makkachin? Alarmando estuvo a punto de preguntarle pero este se adelantó en hablarle.

— ¿Vitya?...

— Mande — Yuuri titubió al notar una leve molestia en su voz.

— Es que — sonrió nervioso llevando su mirada a donde sea menos en los ojos contrarios. Su sonrisa tambien guardaba un poco de emoción, ya era hora de revelarle lo que con tanto esmero había preparado, su sorpresa. - perdón por comportarme asi, se que soy malo ocultando cosas pero pensé que sería lo mejor...

Viktor mantenia su entrecejo levemente fruncido tratando de no anticipar sucesos negativos, esperando a que su esposo se explicara.

Te saldrán más arrugas si sigues con ese mal gesto, Nikiforov. — soltó una voz grave no muy lejos de ellos, proviniente de un apuesto sujeto de rubia cabellera y acento extranjero.

Ambos patinadores voltearon sorprendidos a dónde provenía la voz.

— ¡¿Chris?! — exclamó el ruso extrañado pero feliz de ver a su amigo.

— Lo siento mucho, Yuuri. No podiamos esperarlos más y me pidieron que los buscara. — se justificó el suizo sin perder su actitud coqueta.

El mayor de los tres miró a su sucesivo en edad y luego a su esposo, quien también le observaba con un poco de pánico, sonrojandose al hacer contacto visual, echándose enseguida a sus brazos, aferrándose de su torso.

— Lo que pasa es que no estabas muy convencido de las vacaciones aqui en Tokio y ya casi es tu cumpleaños y sabía que pasaríamos la mayoría del día en la convención. A ti no te gusta del todo así que pensé que sería bueno si podías festejar viendo a tus cercanos porque no es justo que yo me divierta y tú no-

[ se estaba confesando totalmente pegado a él y ocultando la cabeza en su pecho ]

    Bueno arreglé para que pudiéramos cenar todos juntos y pensé que sería más divertido si era una sorpresa pero soy muy malo con eso y sé que te preocupe... espero no estés molesto. —La velocidad con la que hablaba junto a su dicción eran dignas de admirarse.

Katsuki miró con ojos cristalizados a su amado esperando que no se encontrará molesto por hacer cosas a su espalda.

— Oh, Yuuri~ — exclamó con una sonrisa, estaba totalmente conmovido por el detalle y por la actitud de su pareja.

A veces sus pequeñas inseguridades lo volvian bastante tierno, pero prefería ayudarlo a superarlas en vez de ser quién las provocara.

Acunó su precioso rostro entre sus pálidas y largas manos, observando el lindo sonrojo que cubría sus mejillas. Yuuri Katsuki era la persona más hermosa a sus ojos.

— Es imposible que me enoje contigo por algo así ¿Cómo pudiste pensar eso? — río suave para luego dejar un casto beso en su frente. — Me haces el hombre más feliz.

El azabache prontamente correspondió el sentir ajeno con un abrazo.

— Los demás los esperan, tortolos. — Giacometti habló de nuevo, cortando su romántica escena y haciéndolos continuar su camino al restaurante.

Viktor río y Yuuri le acompañó en la acción, tomándose de la mano hasta llegar a su destino: un lujoso y exclusivo restaurante de comida tradicional japonesa. La reservación la había hecho con un mes de anticipación, logrando conseguir un privado con espacio para diez personas.

— ლ —

- ¡Ustedes dos! ¡Tardaron años! - "saludó" algo bastante irritado el veinteañero ruso.

Vestía de una chaqueta negra de cuero en conjunto con una camisa de resaque del mismo color que dejaba ver el detallado tatuaje que poseía, un tigre que cubría parte de su pectoral izquierdo.

— Los estuvimos esperando para ordenar, tiene hambre — específicó el kazajo a su lado.

En frente de ellos se encontraba Phichit, quien miraba divertido al menor de todos.

— ¡Yuri Prisetki sonrojado! ¡Tengo que capturar esto! - el tailandés agregó sacando de inmediato su celular.

— Phichit, ¡no te atrevas! —le apuntó con un palillo con voz y lenguaje corporal amenazante. Parecía dispuesto a subirse a la mesa y confiscar el celular.

— Di Tokio!! ~~

— ¡¡No!! ¡Sueltame! ¡Picchit te metiste con la persona equivocada! ¡Borra eso!— Otabek le sostenía firmemente evitando que se soltara a golpes con el moreno. La cena aún no iniciaba y no dejaría que sucediera una tragedia.
[...]

Después de muchas copas la cena iba de maravilla entre risas, anécdotas, gritos, vino y grandiosa comida; Mila había invitado a Sala, Yurio ahora platicaba tranquilamente con Phichit y Viktor, inclusive Chris les había interpretado parte de su rutina especial de navidad para sus fan: "all I want for Christmas" de Mariah Carey.

— Disculpen.. —  hizo sonar su copa para que los demás le pusieran atención. Orbes celeste se posaron curiosos sobre el japonés.

—Quiero hacer un brindis. Por esta nuestra reunión, por nosotros y por el patinaje artístico; que me dió alas para superarme a mi mismo, me permitió conocerlos a todos y, en especial, conocer a la persona que me roba el aliento todo los dias, Viktor. ¡Brindis!

— ¡Brindis!








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Aquí la coreografía que Christophe les presentó a los chicos ;)

Vacaciones En Tokio [Viktuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora