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Hoseok se preguntó en una de las incontables veces mientras se dirigía a toda velocidad a la casa de Dae, ¿sí tan solo podría ser el mismo Chen que Yoongi mencionaba?. Quería creer que la posibilidad fuera tan mínima y solo lo quería seguir dudando porque aquel hombre había sido un muy buen amigo.

Perp poco después la furia junto con la tristeza que sacaba por todo su ser solo le hacía perder la paciencia. Si era él quien tenía a Yoongi lo haría sufrir tanto, que su mente incluso deducía las miles de maneras en las que podría hacerle daño a Dae.  Incontables lagrimas saliendo de sus ojos.  Sabía también que Jungkook venía tras él, cuidandole mientras el conducía a toda velocidad.

Cuando por fin estaba en la casa de Dae, se estacionó sin cuidado, dejando el auto mal posicionado, salió del auto, se dirigió a la casa frente a él. Tocó con efusividad y sin control, respiro lo más profundo que pudo, quería no perder la cordura, pero no sabia si podría ser posible.

Una mujer salió. Era la esposa de Dae, tenía puesto un vestido holgado y uno de sus hijos venía tras ella.

-¡oh! Hoseok, pasa… -le dijo viendo al amigo de su esposo  con semblante molesto.

-¿Y Dae?

-¿qué?, creí que estaba de viaje por el trabajo.

-¿no esta aquí?

-No… ¿qué pasa, Hoseok? -con preocupación preguntó de nuevo la mujer.

-Nada… amm… -dudo en decirle, pero desistió - nada… me podrías llamar cuando el este aquí ¿si?

-Si, yo lo haré. -dijo decidida.

-Bien. -Hoseok dio un asentimiento de cabeza…

-Hoseok… -llamó la mujer cuando Hoseok disponía a salir. -¿pasa algo malo?

-Nos vemos luego Hwasa…

Hoseok cerró la puerta tras suyo, dejando a Hwasa con la intriga del que estaba pasando.     Dae no estaba en su casa, Hoseok podía confiar en Hwasa, la mujer era buena y sin duda también una grandiosa madre, lamentaba la situación, lamentaba que su esposo fuera una escoria.





Yoongi despertó con los ojos hinchados y rastros de lágrimas en su carita. Vio el suelo y fijo su vista en la sangre que estaba por demás. Le dolía todo su cuerpecito, le hacía sentir triste y desolado estar en esa habitación.

Con anterioridad, la mayoría del tiempo la pasaba encerrado ahí, no conocía mucho de todo como ahora después de haber estado con Hoseok.

Con mucho esfuerzo se levantó del lugar y empezó a caminar al baño, una ducha estaría bien después de todo lo que había sucedido un solo día.
Cuando termino de limpiarse, se puso uno de los trapos viejos que habían ahí, cabe decir que era lo que usaba antes y no se quejaba. Pero ahora deseaba con todo su ser las cálidas prendas que Hoseok le regalaba con tanto cariño; que él era feliz de sobremanera con aquello.  Se sentó en la cama, viendo sus manos tratando de esparcir el temblor que estas tenían.  Yoongi seguía asustado y los recuerdos de la noche pasada le hacían doler su cabeza.

Se alarmó cuando escuchó la puerta ser abierta, pero más asombro le causó ver a un chico, quizá un par de años mayor que él, vestido casi en la misma forma. Era doncell porque su aspecto lo hacía saber, el otro chico le vio igual con gran asombro que sus orbes se abrieron en demasía al percatarse del pequeño blanquecino sentado como un niño abandonado a la orilla de aquel colchón viejo.

El desconocido entró y cerró la puerta poniendo seguro, camino hasta estar frente a Yoongi y con un poco de temor le habló.

-hola… -dijo en un audible susurro.

-Hola… -Yoongi también se dirigió de la misma manera.

-¿cómo te llamas?

-Yoongi… ¿y tu?

-Baekhyun~

-mmmm, -asintió Yoongi 

-¿a ti también te trajo ese hombre?

-Si…

-¿cuántos años tienes?

-17…

-Yo tengo 19…

Yoongi le vio por unos segundos más y luego agachó su cabecita. Baek era alto y delgado, su cabello era rubio y su rostro sin duda parecía hecho por los dioses de la belleza. Aunque Yoongi notó algunos moretones que estaban desapareciendo, el joven aún llegaba a verse muy apuesto.  El mayor se sentó a su lado y se quedaron en silencio por mucho tiempo.

Baekhyun había sido escondido en otra parte de la casa mientras Yoongi estaba siendo el invitado de Chen, el hombre no quería que se vieran, pero Baek era muy curioso y se dio cuenta de todo lo que había pasado, lloró escondido escuchando como aquel hombre le había pegado al pobre doncell, y se sintió mal por no poder hacer nada para defenderlo también.

Los dos eran víctimas, una había sufrido por más tiempo que la otra, pero sin duda los maltratos y abusos eran los mismos para ambos.


Café con Canela (HopeGa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora