Sin sonido se encontraba,
No podía escuchar a su gemela,
Pero es que su cuerpo no se movía...
Sentía sus brazos y piernas hechas trizas.Su mente se balanceaba en un parapente
De esos que volaban altísimo y asustaban a la gente.
En el estado de incertidumbre... aquí, bajo la tela verde,
No podía recordar cómo se sentía estar frente a otros seres.Por fin pudo aterrizar en la grama, y entró a su habitación.
Pero las paredes se cayeron y las estrellas volvieron todo incierto,
Ahora solo sentía el pecho abierto, de ombligo a cuello
Borboteando sangre por todo el suelo del techo.De la línea vertical se derramaba líquido espeso.
Daba miedo tocarlo
Porque podía hacerse fuego si se le miraba demasiado.
Ella le había enseñado a no tocar lo que tenía adentro."Duele cuando intentas sacarlo.
Mejor déjalo donde se encuentra encerrado".Y del cielo bajaron los que no quería ver,
Del suelo emergieron los que temía ser...
Convertirse en un monstruo sangriento sin fe
O enfrentarse a un alien que leía la mente muy bien.Pero no tuvo tiempo para reaccionar.
Los dos la tomaron de las manos... pensó que la obligarían a saltar.
Solo la llevaron a la orilla, donde yacía un cuerpo bocarriba
Con la cabeza partida y los ojos como perlas blanquecinas."Era tiempo de despegarlas a las dos".
Pero ellos no comprendían lo que era sentir amor.
"No vives de sus recuerdos. Ella está abajo y solo es un cuerpo".
Solo es un cuerpo. Vacío. Sin recuerdos. Vacío. Solo un cuerpo.Un cuerpo sin nadie dentro.
Un cuerpo que ya veía ardiendo cuando la sangre se escurrió por el alero.
La chispa estalló.
Y todo el mundo se marchó.Se dio cuenta que estaba sola arriba,
Le quedaban sólo monstruos y pesadillas,
Y la llama ardiendo de la única persona que no volvería.
Dejándola a ella con estas lágrimas que no salían.Porque dolía... era de noche, y dolía.
Era de noche, y en la mañana sus padres no encontrarían a su otra hija.
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Monstruos en el techo
PoetryEsta es la historia de dos pequeñas que tenían monstruos en sus cabezas. Copyright. Todos los Derechos Reservados Ovejas al vacío; © 2015.