Strawberry Flavor 🍓 GuanHo

🍓 d o s

Lai Kuanlin no podía creerlo en ese momento, sabía que lo estaba haciendo mal, que lo había hecho mal al besar al chico que le gustaba, sí, le gustaba Seonho, ese chico que parecía tan profundo e interesante, se ponía a ver sus cuadernos o pintar y dibujar cosas relacionadas con las fresas, Kuanlin no entendía bien los gustos del chico, alguien que se obsesionaba con una fruta, podían decir algunos. Siempre fue algo curioso para él, recordaba el primer día de clases que había visto a Yoo Seonho, tenía su uniforme completo aunque no parecía estar muy limpio, parecía que tenía algunas manchas en las mangas, pero nunca supuso que gustar de alguien como él era algo que iba pasar, sin embargo Seonho nunca se había atraíado de Kuanlin, apenas lo había vistl cerca de él había soltado unas cuantas risas, por la ingenuidad tal vez de pensar que era del grupo que se burlaban de él, que lo aislaban más de lo que ya estaban, pero había dejado de ser divertido cuando le dio ese repentino beso, repentinamente había sentido los labios del mayor contra los suyos, se lo había pensado, se lo había pensado varias veces estando sentado en la cama de su habitación, era tan extraño, pero su reacción fue inmediata y fría ¿Acaso se había equivocado?, mientras que Kuanlin no paraba de pensar en eso, en el roce de sus labios el cual si había dejado ese agradable sabor a fresa, le gustaba tanto que volvería a besarle, volvería a juntarse a él, pero luego las palabras del menor hicieron que en algo doliera.

"Ya no es divertido... Ahora da asco, vete."

¿Cómo debería reaccionar ante eso? Estaba muy mal que se prepcupara por eso siendo que Jihoon le había advertido la forma en que podía ser Seonho, y era tan curioso a la vez, que podía volverse extraño querer aún estar cerca de él aunque fuese así de "agresivo", porque simplemente no dejaba de gustarle, pero Kuanlin... Kuanlin tenía sentimientos sensibles, tenía un corazón sensible y frágil, no aparentaba eso, pero así era él, un chico frágil el cual quería estar con alguien en especial, quien se había atrevido a hablarle, algo que no muchos se atreven a hacer con sus crushes, pero Kuanlin quería ser valiente. Así que de cualquier manera iría a la escuela hoy, no importaba lo burla que sería a causa de Seonho, porque de seguro ahora estaría bastante avergonzado de verlo en horas libres, eso era bastante seguro, ya no sería cápaz de mirarlo con facilidad a la cara, pero aún así no iba a dejar que le afectase, quería ser fuerte, ser fuerte frente al chico fresita de su salón.

— Besé a Seonho.

— ¡¿Que hiciste qué?! —Exclamó Jihoon al enterarse y escuchar de las palabras de Kuanlin, no podía creer lo atrevido que había sido su amigo.— ¿No pudiste haberlo pensado mejor? Ser más inteligente, por ejemplo.

— Tus palabras me ofenden —Musitó, realmente pensaba que lo había hecho mal, pero no quería escuchar a Kuanlin reprochandole.— Sólo quería saborear sus labios, pero... Creo que me equivoqué.

Entonces al regresar a su salón estaba allí Seonho, en el último puesto, no hacía nada mejor que otra vez pintar dibujos de fresas, lo suyo era una obsesión, era realmente retorcido que alguien pensara todo el día en una fruta, lo comentaban los estudiantes y eso era lo que pensaban ellos, Kuanlin avergonzado no se atrevía a acercarse más, parecía que nada más había que hacer ahora, era obvio que al chico de ojitos adormilados no le importaba en absoluto.

— Me contaron que el niño fresita te rechaz...

— Shh —Dijo en forma de silencio interrumpiendo a Sungwoon, sabía que Jihoon se lo contaría, lo sabía y era algo tan obvio que podía pasar y pasaría.— No quiero que escuche.

Sungwoon sólo soltó una risita traviesa, sabía que ellos no sabían profundamente de sus sentimientos, no le comprendían, Kuanlin el inentendido, era dolido por lo que había hecho mal e improvisado para hablar con Seonho, tal vez era un error, un grave error, pero una vez más se acercó al chico porque había decidido disculparse con él, lo que decía Jihoon al principio podía ser cierto, puede que tenga novia, lo que hizo fue algo desubicado, caminando y caminando hasta el lugar en donde se encontraba, por dentro se preguntaba si muchas personas habrían visto ese beso, aunque no haya sido en una parte muy visible y a Lai Kuanlin le importara lo más mínimo. Su chico ideal en una banca mirando a su alrededor lo que no era ningún estudiante, pero ahí estaba él, su cuerpo se veía tan dócil, al igual que su angelical rostro.

— Seonho... Perdón por lo de ayer —Dijo casi sin mirarle a la cara parado frente él.

— Ay niño raro, ahora sí te pasas —Volvió a soltar una risita, Seonho se lo tomaba mucho menos en serio de lo que el mayor pensaba.— ¿Ya te dije que eres bien raro? Primero me besas y luego te arrepientes —Había una pequeña sonrisa en él mientras miraba al chico.

— ¿No estás enojado conmigo? —Dijo asombrado por su reacción.— Pero yo... Yo te hice...

— A ver nene, yo me molesté pero... Nada del otro mundo, ¿Te le tiras a cualquiera o qué? —Ladeó su cabeza moviendo sus pies colgando de la banca.— Sigues y seguirás siendo un raro.

— Es que... ¡Me gustas mucho Yoo Seonho! —Dijo con un poco más de fuerza, debía hacerlo, estaba sonrosado por eso, por lo que había dicho aunque nadie le había escuchado en ese momento más que el menor.

— ¿Qué? Nene, es que... Yo no soy gay —Dijo levantandose del lugar algo inquieto por lo que escuchó.— Y mi intención no fue ofenderte después del beso pero... ¿Cómo querías que reaccionara? —Alzó levemente los hombros, sus palabras tenían liviandad.

— Pero... Quería que supieras que me gustan, y esos labios sabor fresa son...

— Ah, ¿Te refieres a esto? —Sacó el labial de su bolsillo del chaquetón, se los mostró de un poco más cerca acercandolo a su rostro.— Esto, lo puedes conseguir en cualquier tienda barata donde venden cualquier porquería, no es nada especial.

Kuanlin estaba confundido, aunque sí sabía que eso era debido al labial, pero aún así él quería a Seonho y no al labial.

— Lo siento pero no es por... Por el labial, eres tú —Dijo, quería que Seonho captara de verdad sus sentimientos, pero al parecer no lo lograba, sólo le vería como un niño "raro".

— Ash... Qué latoso te pones, seamos amigos, quiero saber de ti —Dijo sin ninguna timidez.— Siempre he estado solo y no hablo con nadie pero... ¿Por qué no podrías ser una excepción ahora?

Ahora se encontraba otra duda en la cabeza de Kuanlin. ¿Los labios de Seonho sabrían igual sin el labial?