Hola gente bonita. Me imagino que la están pasando bárbaro, demasiado bien, feliz, otros haciendo el delicioso como dicen algunas personas de Facebook, y cierto grupo se deprime por vaya a saber la gente chusma. Les habla su querido amigo, el narrador. Y hoy vengo a contarles una anécdota especial sobre... bueno, Yaroslava.
— ¿Viste a Francisco?
Pero carajo. ¿Cómo me vas a hablar así de la nada cuando estoy por contar una historia?
— ¿Lo viste? ¿A dónde se fue? Me está preocupando.
Ya ya, lleva como media hora separado del grupo pero tampoco se había alejado tanto por lo que sé porque me dijo que se iba a la plaza... er, la que está lejos, en ese barrio peligroso. Bueno sí, vayamos a buscarlo antes de que algo le pase. Tranquila, no te alteres.
— Súbete que ya nos acompañan el amo y su sirvienta.
— Que soy su esclava. Hola Sandy, ¿por qué tanta prisa para arrancar el auto?
— El tonto de Francisco se fue al esquinero, sólo.
Que me des la cámara y que te subas a la puta furgoneta. Ah, no me jodan con mi forma de hablar que no destaco bien en eso, carajo. Oghf... eso, eso dolió... avisa si vas a golpearme así. No no, entendí. Ya nos vamos.
— Sandy, ¿no estamos cerca de las fechas de entrega?
— ¡Sí! ¡Pero qué porquería! ¡La re conferencia tuya, Leonardo!
Bueno, sólo les digo que estamos yendo a ese barrio que es un tanto peligroso porque hay mucha gente que le chupa todo un huevo porque les da igual si se meten en problemas con policías o mafia. Pelan la faja y te hacen sonar. Ah, ya nos estamos adentrando a lo que sería la primera plaza, está a solo unos setecientos metros de donde venimos y de mi lado... a... a unos cuatrocientos metros a la derecha. Imaginen como puedan loco porque esta cosa no quiere registrar como... eh, Sandy dijo algo del primer capítulo pero puedo explicar tranquilo sin que ambas me peguen. Y repito que me redacto para el orto, así que no me vengan a romper las pelotas.— Leo, cierra esa maldita boca. Idiota, estamos buscando a... no dije nada. ¡No jodas Francisco! ¡¿Qué mierdas estás haciendo allá?!
— ¡Hey, gente! Estoy charlando con los pibes, querían saber quiénes consumen mucho así que les dije. ¿No les parece copado que vendan marihuana sin meterle porquería? Por cierto... narrador, ¿por qué te veía tan alterado? Parecía que estabas bardeando.
— ¡Porque eso estaba haciendo, pajero y la re conferencia tuya!
— Oye Francisco, atrapa la jodida cámara.
¡Espera! ¡Que Sandy se me viene encima! ¡No carajo! ¡Que solo estaba charlando con esta gente que me caen re bien! ¡Ah!... eso dolió, ¿sabes?
— Mis amadas personas, ¿cómo les explico la situación? Bueno, aquellos tranzas se cagan de risa porque a Francisco le están dando una linda paliza ya que prometió no volver a este barrio. Es como si no recordara que acá hay un imbécil que lo quiere matar.
Para. Para Sandy, por favor. Hoy me enteré que él se mudó a otra ciudad, por eso vine a pasear tranquilo por acá. ¡Que pares loco!
— ¡No me digas loco! ¡Avisa primero, pedazo de mogólico! Que hace unos días revisé el preservativo y vi que estaba pinchado. ¿La criatura se iba a quedar sin papá?
Eh, je je... gente, soy yo de nuevo, el narrador. Bueno, le quité la cámara porque la verdad era todo un problema porque casi la rompen, de hecho tiene una parte un poco rota, y creo que es el lente... ah, no. Sólo está raspado por una piedra, pero casi ni se nota o eso espero. ¿Y qué les digo de la situación? Francisco se llevó la tremenda sorpresa ya que fue falsa alarma pero como venganza por hacerla preocupar tanto, aunque fue toda una pequeñez que ella le haga eso.
— Narrador... si dice esas cosas... voy a tener que noquearlo.
— Esclava mía, no exageres con nosotros, ¿entendido?
— ¡Entendido, amo! ¡Ah! ¡Pero mira lo rápido que capta el pequeñito!
Pero mira que me voy a quedar para que me torture aquella loca, ni loco la voy a dejar. Me la pueden re chupar, loco. Yo me voy al re carajo. Nos re vimos gente... ugh...
¡Nos hemos encontrado con una linda cámara y con un lindo narrador! Bueno, no es tan lindo porque tiene esas manías suyas, y no le quedan muy bien. ¿Me equivoco, hermanita? Ah, no se preocupen tanto por el narrador, lo estamos llevando a descansar en la parte trasera de la furgoneta aunque está algo pesado. No deberías ser tan gordo, así no atraerás a nadie.
— Claro que no te equivocas, Dominika. Sólo hay un pequeño problema, y es el entusiasmo tuyo. Debiste aplicar más fuerza al detenerlo, así nosotras podríamos volvernos las narradoras si es que él sufría un accidente al romperse el cuello por chocar con tu mano.
— Si quisieras hacer eso pues ni me traías acá con tu hermana, y vos no digas eso que quedas para el orto.
— Huy, el taradito se nos pone agresivito. Creo que necesita un poco de medicina, y nosotras tenemos de la buena a no ser que busques culos grandes y tetas enormes. Ya hemos revisado tu celular, ¿sabías?
— ¿Pero qué mierda le importa eso a la gente? Loco, sólo me están meta joder. Sig...
Cállate que no te quiero escuchar. Tenía que taparte la boca aunque me llenas de tu asquerosa baba, imbécil. Te das cuenta estamos siendo buenas contigo pero vas con tu jodido malhumor a joder este momento. Pero... tenías que ser el narrador, obvio.
— Iba a decir que sigan haciendo esto... eh, bueno. Am... hola Yaroslava, Leonardo, Sandy y... ¿ese es Francisco? ¿No te pasaste un poco al lastimarlo tanto?
— Pero no, he soportado cosas peores. Esto es un regalo, además que me merecía que me reventara la cara. Y volviendo al tema de ustedes tres, los preservativos están en la guantera, de nada. Y ahora nos vamos, suerte con las chicas, narrador.
¿Pero por qué tenían que venir a molestarnos? Enciman se van así como llegaron, sólo vinieron a molestarnos cuando ya estamos enojadas contigo por ser... bueno, no importa. Te vamos a dejar tranquilo, chau.
— ¡Ya! ¡No lo hago más! ¡Me chupa un huevo el orgullo! ¡Loco! No se vayan, no quiero perder la amistad que tengo con ustedes... las quiero.
— Es broma. Ya sabemos que te comportas así por ser medio amargado pero aprecias mucho las poquitas amistades que hiciste, pero solo las verdaderas. Y... ¿y si dejas de aferrarte exageradamente? Que realmente me está doliendo que seas tan bruto.
— Puedo ser bruto de otras formas, ¿les va?
— Domi... estás muy callada, ¿y si le dices algo? Él ya sabe que lo dejamos pero no se anima. Luego se quiere hacer el... como dicen en su jerga, el pelotudo, pero se queda quietito.
— Bueno... si me dejan pues no me culpen si lo hago mal. No tengo experiencia.
Ah, creía que él estaba bromeando ya que no somos "atractivas" según lo que él considera así o al menos eso pensábamos porque fue en serio cuando casi nos tocó, y lo tuvimos que apartar o se iba a pasar. No puedo creer que realmente nos hayamos encogido ante sus ánimos, estuvimos muy mal. Oh, parece que esta cosa vuelve a funcionar como antes... no, ya no. ¿Qué habré tocado?
— Eh... chicas... bueno, la verdad es que me importa lo que piensan pero tampoco tengo porqué meterme mucho. Sólo les voy a decir que las quiero, y muchas gracias por darme un buen momento feliz.
— Pero qué tonto eres, narrador. También te queremos pero ya estamos pasando mucho tiempo acá, ¿nos vamos ya? Y... por favor, te lo pido por favor. No uses tu jerga porque me repugna. Ya se contagió la tía, Sandy, y los otros dos. Incluso nosotras... y es tu culpa.
— Se, seguro que te voy a hacer caso. Dame un momento que lo anoto en mis apuntes de las cosas que me importan una mierda. Ah, cierto que la libreta es invisible porque tampoco me importa, yeah boy.
¿Se piensan que iba a dejar que nos moleste con sus idioteces? Claro que no. Me llamo Dominika Nadezhda Inanov, y soy la única persona que va a controlar esta situación. Así que tú vas a seguir con esa expresión que tienes ahora porque me gusta mucho que te apenes tanto y te pongas colorado mientras mi querida hermanita te cruza los brazos sobre tu cuerpo... y así te quedas sin forma de liberar la tensión que tienes en todo tu pecho. Yo sé que esto te encanta, narrador, y sé que vas a disfrutarlo muchísimo.
— No. No te voy a dejar decir nada. Sé que no es grande ni pequeño, y tan solo faltaba un poquito más para que sea plana. Así que te dejaré chupar mi pezón mientras ella cabalga sobre tu linda y atractiva pelvis, na... narrador. No lo hagas tan fuerte, por favor. Me harás gemir y no quiero eso o afuera me van a escuchar, lo digo en serio. Ya, suficiente de este regalo. Nos vamos.
— ¡No! No se vayan, chicas... que yo recibí mi regalo pero ustedes no recibieron el suyo. Y no me van a rechazar un regalo, ¿no? Van a quedar para el orto.
— ¡Cállate pajero! ¿En serio tenías que usar tu jodido vocabulario? Bien, nos vamos a dejar pero al menos yo no quiero verte. Y sea cual sea tu dichoso regalo... no uses las manos o juro que te voy a patear las bolas.
— Bueno... está bien.
Con permiso, me llevó esta cámara, y gracias por decirme cómo funciona ese otro modo. Así que era esta tecla, ¿no? Bien... vamos a probarla.
En ese momento me di cuenta que comenzó a funcionar lo cual me parecía increíble y fascinante, y me asombraba porque era algo fuera de lo normal. Sabía que esta cámara era especial por lo que comencé a filmar a mis queridas sobrinas que estaban siendo atendidas... bueno, no es necesario decir lo que están haciendo en este momento aunque hay algo que me interesa mucho. Tan solo quiero saber qué es lo que harán ambas con el narrador, pero no puedo meterme en las cosas ajenas cuando se tratan de sentimientos encontrados. Creo que hemos terminado por hoy, mis amores.
PD: Mira chabón. Esto se parece al mensaje final de lo que hace esta gente.
PDD: Eh no toqués la cámara, tarado. Que la chica se da cuenta y nos va a re cagar a palos. Mejor nos vamos a la mierda pero antes le decimos a la gente que vendemos el 100 pero re barato.
PDDD: Ah, esos son los que se llevaron la cámara la otra vez. Encima dejan un mensaje de oferta pero sin poner el precio, qué tiernos...

YOU ARE READING
Sólo... ¿sabes qué? Me da igual.
HumorSe trata de gente grabándose para crear recuerdos que puedan revivir sin la necesidad de frustrarse al no poder conmemorar horas de su vida, aprovechando una cámara en todo momento la cual irá pasando de mano en mano. Una aventura poco común en una...