Coffee and Cozy
Desperté esta vez lo hice con tiempo de sobra para ir a trabajar por lo que después de varios días por fin pude desayunar. Es uno de esos días en los que simplemente te sientes feliz y no sabes cual es la razón. Tengo el presentimiento de que buenas cosas van a pasar hoy ¿Por qué? Ni idea.
Terminé de desayunar y empece a buscar en el periódico algún otro trabajo. Si bien había recuperado el puesto en Coffee and Cozy gracias a Max era bastante evidente de que solo así no iba a llegar a pagar el alquiler. Luego de ver algunos puestos y marcar los que me parecían mejores opciones casi se hacia la hora en la que empezaba mi turno y no quería arriesgarme por lo que salí para allá.
Llegué al lugar y al parecer me tocaba compartir el turno con Jass quien fue la primer persona que vi al entrar. -Que suerte que llegaste, pensé que te habíamos perdido- dice ella antes de abrazarme- Yo estaba bastante sorprendida de que ella me abrazase, nos llevábamos bien pero esto no lo esperaba.- Necesito que me ayudes- dice separándose de mí- Yo le doy una mirada confundida. La pregunta implícita se responde sola cuando un Max con su delantal cubierto de lo que creo que es café sale de la cocina. -Ayúdame por favor, él es un desastre- dice Jass lo suficientemente bajo como para que solo yo lo oiga.
-Creo que se rompió otra vez- Dijo Max aun mirando la puerta de la cocina temiendo que otra cosa fuese a explotar. Cuando finalmente cambia la mirada a nuestra dirección deja la mirada fija en la mía y me sonríe con complicidad. Yo no se como responder a eso por lo que luego de devolverle la sonrisa desvió mi mirada sabiendo que estoy considerablemente sonrojada.
Trató de que Jass no lo vea porque se que con Max ya es inevitable. - Bien, yo ayudo a Max en la cocina y tú Jass entregas los pedidos- Digo mirando a Jass. Los dos asienten sincoronizadamente y mientras que Jass va a tomar el pedido de unos clientes que acababan de llegar Max y yo entramos en la cocina.
Esto si que es un desastre. Hay café por todas las paredes. Miro a Max acusatoriamente. Él ríe y luego besa mi frente. ¿Qué el luego hace que? Me quedo inmóvil.
-No creí que nadie fuese capaz de estar tan rojo. ¿Alex? ¿Alex? Por favor no me digas que también te rompí a ti.- Yo agitó mi cabeza y le digo- Tenemos que limpiar esto antes de que llegue satanás. El me sonríe- Antes de que llegue ¿Quién?- Ya lo arruiné - Perdón yo quiero decir Nancy, y-yo tu madre.
Después de que el ríe siento todos mis nervios desaparecer- Tranquila creo que el apodo le va bien.
Al cabo de un tiempo el día de trabajo transcurre con completa normalidad sin contar un par de miradas y sonrisas cómplices entre nosotros. Jass y yo le explicamos a Max lo que debe hacer. A pesar de que al principio confundía la cafetera con la licuadora asimilaba todo lo que lo decíamos con bastante rapidez.
Al terminar el turno de los tres Jass desaparece al instante diciendo que tiene cosas que hacer. Dejándonos a Max y a mí solos. ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué hago? No tengo ni idea de que decirle por lo que supuse que debería irme ya. Pero justo cuando estaba a pocos centímetros de la puerta sentí como alguien me tomaba del brazo. Giré hacia atrás y veo a Max.
-¿Tratando de escapar?-Y-Yo, yo- Que alguien me recuerde ¿Como se respiraba?. -Mira te hice esto dice mostrándome un licuado. Yo... Perdón te ¿molesto? Seguro tienes que ir a algún lado.
-En realidad solo volvía a mi casa.- respondo yo. -Claro, disfruta del batido en el camino.- dice para luego girarse y ir a donde sea que esté yendo.
Por alguna razón no quiero que nos separemos y sé que si lo pienso demasiado no voy a poder hacerlo.- Max te gustaría acompañarme- digo tan rápido que ni siquiera yo me entiendo, mucho menos él que ya estaba de espaldas y a un poco de distancia.
Dándolo por perdido me giro en dirección a mi hogar y alcanzo a dar unos pasos. Alguien sujeta mi mano y yo levanto mi mano libre con el batido para atacar al desgraciado que quiere robarme. -Espera, Espera, claro que te acompaño- Solo era Max. ¿Solo? ¡¿Solo?! ¡Era Max! Sí me había escuchado. Tristemente él suelta mi mano. - Entonces... ¿Hacia donde?- Me pregunta. - Por allá, digo yo señalandole el camino. Seguimos el camino y como él no toma mi mano yo tomo la suya el sonríe mirando hacia adelante.
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Dedicado a Yami01af
Primer comentario ♡♡
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Roommates
RomanceAlex tiene 18 años y vive junto con toda su familia de siete personas. ¡Si! Escuchaste bien, siete. Ella por fin convence a su familia de que es lo suficientemente madura como para vivir sola y tener la tan ansiada libertad. Pero los problemas se ha...