Bates y lamparas
¿Por qué se dirige hacia aquí con el bate? ¿El psicópata que entró en mi casa me siguió? Reviso mis costados rápidamente pero no hay nadie.
Estando a centímetros del chico caigo en cuenta de que yo soy la que irrumpió en su casa, él debe pensar que soy una sociópata. ¡Pero no! El psicópata esta en el apartamento de enfrente.
¿No pudo haber encontrado una maldita lampara como yo?
Cuando el chico esta lo suficientemente cerca de mi lo abrazo con todas mis fuerzas y trato de explicar que hay un loco en mi apartamento. ¡Nescesito ayuda y la necesito ya!
Él, sorprendido ya no parece querer atacarme, en realidad ahora tiene una mirada confundida, al ver eso yo entiendo que estamos a centímetros de distancia y el solo piensa que soy una loca que entro a su departamento a las 5 de la mañana. Uppss... genial Alex, genial la mejor manera de conocer a tus vecinos. Siento como el calor empieza a subir a mis mejillas.
Me separo de él lo mas rápido que puedo. No hay tiempo para un momento incomodo porque escuchamos el llanto de alguien al otro lado de la puerta en la que estoy acorralada por su cuerpo. No puedo evitar sentirme intimidada por su altura, aprovecho la posición en la que estamos y abro la puerta antes de cruzar palabra con el chico que, ahora que no tiene intenciones de dejarme inconsciente con el bate, parece muy guapo.
Es mucho más alto que yo, aunque aceptemoslo eso no es un gran logro, tiene pelo negro que solo hace que resalten más sus ojos azules.
Cof, cof, vuelve a la realidad Alex, cof, cof.
Cuando la puerta esta completamente abierta nos permite ver a la chica del departamento E, la chica enamorada del amor, ella lleva puesto un vestido de fiesta que le queda muy bien pero este es opacado por todo su maquillaje corrido por el llanto.
En su mano tenia su celular lo que me recordó: ¡Llama a la policía Alex hay alguien no deseado en tu casa!
—Addilyn se que no estas en tu mejor momento pero tengo que llamar a la policía. — Grité.
Como si esas fueran las palabras mágicas ella paro su desesperado llanto y me miro todavía con los ojos llorosos.
—Dejé de escuchar desde que me llamaste Addilyn mi nombre es Adeley.— Dijo hipando en un llanto extraño. — Y por si no te diste cuenta no estoy muy de humor para digamos... Nada.
Le conté como pude tratando de no sonar como una desquiciada lo que había pasado.
Cuando terminé ella ya no lloraba ni tenia los ojos vidriosos estaba bastante bien de ánimos como para reírse de mí.
—A la prima de un amigo de mi hermano-—empezó a contar ella—le paso algo parecido, después de ver una película de terror le pareció que había visto a alguien en su casa y que le habían robado pero nada de eso paso... aunque ahora esta en un grupo de ayuda por el alcohol o por drogas, ya no lo recuerdo bien.
—¡Te estoy diciendo que alguien se metió en mi departamento!
—Y yo te estoy diciendo que no te creo.
Yo estaba apunto de un colapso nervioso por el tiempo que había desperdiciado con una chica que no parecía entender que alguien estaba en mi departamento en este momento.
Y entonces se me ocurrió una idea.—Perfecto, si no hay nadie en mi departamento no te molestaría acompañarme ¿no?
El chico que estaba atento a todo lo que decíamos habló por primera vez-Yo voy con ustedes, llevo el bate por si acaso.-
—Pff seguro no es nada podemos ir solas— Dijo Adeley.
Entonces dentro de el apartamento del chico se oyó un ruido por lo que después de mirarnos extendió la mano con la que sostenía el bate entregandoselo a mi vecina.
—Si algo sucede griten e iré corriendo.
Adeley tomo el bate al mismo tiempo que rodaba los ojos y se encamino a mi puerta.
Y así fue como tuvimos la maravillosa idea de entrar a la sala donde había un posible asesino.
¿Alex que aprendiste de una película de terror de más de dos horas? Nada, absolutamente nada.
Adeley no respondió solo se dirigió a mi departamento cuando entramos lo primero que a Adeley se le ocurrió hacer fue:
—Hola...¿Hay alguien?- Esta chica nunca en su vida vio una película de terror o quiere que le claven un cuchillo.
Por un minuto más o menos todo permaneció en silencio.
—Ves, te lo dije no hay nadie.
Un instante después de que ella terminara de pronunciar esas palabras escuchamos el sonido de vidrio rompiéndose justo a nuestras espaldas.
Adeley o Addilyn ya no recuerdo, grito tan fuerte que compenso que yo no gritara, yo estaba inmóvil por el susto.
Alguien empezó a llorar y como si estuviéramos sincronizadas las dos nos giramos para quedar frente a un niño de aproximadamente 5 o 6 años.
—Pe- Perdón, perdón, yo n-no q-quería asusta-arlas p-pero- Ya no entendí nada de lo que dijo después por el llanto, me partía el corazón ver a un niño tan tierno llorando por lo que por impulso me agaché y lo envolví con mis brazos.
El niño trato de frenar su llanto y como le dio la voz preguntó —¿No estas enojada? ¿No vas a gritar? —dijo sorbiendo su nariz.
ESTÁS LEYENDO
Roommates
Roman d'amourAlex tiene 18 años y vive junto con toda su familia de siete personas. ¡Si! Escuchaste bien, siete. Ella por fin convence a su familia de que es lo suficientemente madura como para vivir sola y tener la tan ansiada libertad. Pero los problemas se ha...