POKÉMON: Repercusión

PRÓLOGO

Amarga traición
-El comienzo-

En una isla desconocida se aprecia la figura de un joven de 16 años en muy malas condiciones, el cabello a la altura de los hombros y muy desarreglada, la ropa echa un desastre que mas parecieran unos trapos viejos, el brillo que alguna vez hubo en sus ojos ya no estaba lo único que se veía era simplemente un vacío mirando el amanecer.

Simplemente nada solo un vacío sin fin, este joven es Ash ketchum o lo era, antes lo era ahora es un nadie.

- Pika - un Pikachu salió de unos arbustos.

- Pika - volvió a decir tratando de animar a su entrenador.

- que es lo que pasa, porque estás aquí - dijo el con una voz fría y neutra.

- Pika pi - volvió a decir el roedor.

- yo solo estoy aquí pensando - dijo el entrenador.

- Pika pi - dijo el roedor.

- tienes razón no pensar más en el pasado, vamos tenemos muchas cosas que hacer - dijo levantándose del suelo y mirando a su alrededor, viendo la isla, un lugar tranquilo a lo lejos se podía ver a otros Pokémons despertando - bien primero hay que ir a por alimentos - dijo para luego dirigirse a una cueva seguido por su Pikachu, al entrar se puede ver que envés de cueva más parecía un cuarto no por fuera solo por dentro, una cama o más bien unos cuántos manteles que utiliza para dormir un colchón y unos cuantos materiales, agarró una caña de pescar y salio con rumbo hacia el lago que había en la isla, miro a su alrededor una isla no tan grande ni pequeña.

Al llegar se sentó y se preparó para empezar a pescar pero cuando logró picar uno la caña se rompió.

- puta mierda - fue lo único que dijo con un tono de enojo.

- Pikachu - dijo el roedor desánimodo por lo ocurrido.

- vamos, tendremos que hacer algo para pescar y no morir de hambre - dijo para levantarse y volver a la cueva.

Al llegar vio una lanza que hace tiempo hizo la tomo y volvió al lago para pescar, ya era medio día y lo que pescó lo metió en una cubeta dentro de la cueva.

- bien ahora vamos por algunas frutas - se calló y volvió a hablar - se me avía olvidado que estamos en una isla sin arboles, bien pues vamos por la bayas que plantamos - dijo y saliendo del lugar e ir en busca de las bayas que avía plantado, al encontrarlas recogió un poco comió algunas y escupió las semillas y las agarró y la enteró para que crezcan y dirigió la palma de su mano hacia el suelo donde avía plantando las semillas, y con un aura azul hizo crecer las bayas, volvió a la cueva y vio a sus otros Pokémons esperándolo estos eran un Charizard, un Lucario, un Greninja, un Infernape y una Gardevoir.

- bien primero vamos a comer luego a entrenar - a lo cual estos asintieron con la cabeza.

Después de haber comido se pusieron a entrenar, todos se esforzaron en su entrenamiento, también entreno su control de aura o mejor dicho practicaba porque el ya la domina a la perfección, en seis años de entrenamiento que tubo en un lugar muy tenebroso donde nadie había estado ningún hombre el logro hacerse muy fuerte el y sus Pokémons.

En aquel lugar donde el sol permanece durante seis meses, y los otros seis no un lugar muy frío peor que el monte plateado, estuvo entrenando por cuatro años y medio en aquel lugar antes de llegar a la isla.