Capítulo 12

453 50 28
                                    

- Llegas más temprano de lo que esperé, aún no pido la comida - le dijo Javiera haciendo pasar a Andrei al interior del departamento.

El castaño se veía agitado, preocupado, aunque eso no era extraño desde que había vuelto a Santiago, primero por haberse reencontrado con Hernán y con todos los sentimientos que tenía por él y que se había esforzado por mantener en lo profundo de sí, y ahora por no poder sacarse a Martín de encima, porque Javiera estaba al tanto de lo insistente que estaba siendo y había estado para escuchar cada vez que Andrei se había querido desahogar cuando había comenzado a ver lo profundo de sus manipulaciones. No había oído ni una palabra de él en todo el fin de semana y verlo llegar de esa manera había logrado preocuparla y poner a trabajar su cabeza, porque ya no tenía ni una pizca de simpatía por Martín y estaba segura que nada bueno podía venir de él.

- ¿Estás bien?

- No... - le respondió Andrei dejándose caer sobre el sofá - acabo de discutir con Martín, apareció en la oficina pidiéndome otra oportunidad.

- ¿Otra vez? ¿en qué idioma hay que hablarle? - Javiera lo acompañó, asqueada con la actitud de Martín - tienes que mandarlo a la cresta, nada de tratarlo con cuidado, no se lo merece.

- Lo hice, le dije que no lo quería, le reclamé lo que hizo conmigo y se molestó tanto... lo eché de la oficina y le dije que no volviera a buscarme.

- ¿Crees que lo haga?

- No lo sé... - le respondió con un suspiro pesado, sosteniéndose la cabeza agotado por la situación - eso espero... ¿Me puedo quedar aquí esta noche?

 - Por supuesto que sí pero me estás asustando, ¿qué no me estás diciendo?

- Creo que Martín me está acechando... - le dijo haciendo que Javiera se pusiera pálida y lo quedara mirando fijamente por varios segundos, analizando sus palabras para confirmar que lo que escuchaba era real - las cosas se mueven en mi departamento, una noche sentí que la puerta se abría mientras dormía y además de mi, sólo él tiene llaves, dejó su copia cuando se fue pero eso no quiere decir que no tenga otra...

- ¿Me estás hueviando? está enfermo... ¿por qué no haz hecho algo al respecto?

- Porque no tengo pruebas, que mi perfume aparezca en otro cajón o mi camisa esté desdoblada no significa nada, son sólo sospechas... voy a cambiar la cerradura, es todo lo que puedo hacer por ahora.

- Claro que no, vas a cambiar esa cerradura y te ves a venir a vivir aquí, eso es lo que harás, no puedo creer que esté tan loco... - le dijo sosteniéndose la cabeza demasiado impresionada - ¿en qué momento se transformó en esto? ¿cómo no lo vimos?

- Porque mintió muy bien... cuando estábamos en Valparaíso era todo mi apoyo, no tenía a nadie más que él y era tan pasivo, pero ahora tiene unos cambios de humor que me dan miedo, hoy me gritó que no podía no quererlo...

- No, de ninguna manera te dejaré volver a ese departamento, y eres abogado, haz algo para evitar que se te vuelva a acercar.

- Esas cosas no son tan simples, menos teniendo tan pocas pruebas...

- Tienes dinero y eres un abogado importante, puedes hacer algo.

- Espero que no vuelva... - le dijo acongojado - quería verte para hablar algo totalmente diferente y ya arruiné la noche...

- No... ese estúpido loco no va a arruinarnos nada, iba a pedir nuestro sushi favorito, tanto que nos va dolor el estómago - le respondió abrazándolo y dejando un beso en su sien - te oías tan animado cuando me llamaste, ¿qué querías contarme? ¿es algo del trabajo? ¿lograste algo increíble otra vez?

Sin restricciones #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora