Capítulo 18

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Hernán salió temprano esa mañana, había pensado durante la noche si realmente era una buena idea reunirse con Maximiliano y había concluido que no tenía nada que perder; dejó a Andrei despierto, terminando de preparar las cosas para su escapada aún más emocionado que la noche anterior, había dormido con menos sobresaltos que las otras noches y aunque se había levantado en medio de la madrugada a comprobar que la puerta estuviese cerrada, la mayor parte del tiempo había estado tranquilo. Quería prolongar esa tranquilidad, que sus noches fuesen de descanso, de amor, de seguridad y esperaba que cuando volviese de su reunión pudiese dejarlo un poco más cerca de eso.

Había salido con un poco más de antelación porque la conversación sobre el compromiso lo había dejado pensando en aquello como no hacía hace tiempo, era algo que estaba en su futuro, no tenía fecha ni sabía que tan cercano o lejano estaba de ocurrir, pero siempre lo hacía sonreír el pensarlo y en ese momento iba a aceptar todas las sonrisas, no importaba que tan en el futuro fuesen a concretarse.

Se detuvo en la misma joyería en la que había comprado el anillo para Andrei y pidió una copia exacta, esta vez a su medida porque la idea de alguna vez poder lucirlos era demasiado hermosa, y se había dirigido al café a encontrarse con Maximiliano.

Cuando llegó al lugar él ya estaba ahí, vestido para ir a trabajar y con una gran bufanda a pesar de que no estaba tan frío como para necesitar una, se veía ansioso, golpeteando con su pie contra el suelo y revisando su celular constantemente como si esperara una llamada, y también mirando alrededor, como si buscara a alguien. Le produjo una sensación extraña que hiciera aquello porque lo hizo sentir identificado, llevaba semanas mirando entre las multitudes por alguna señal de Martín, con mucha más atención los últimos días lo que terminó de convencerlo de que había tomado la decisión correcta, probablemente Maximiliano estaba asustado de la misma persona.

Tampoco le iba a conceder el ser una víctima más, porque no lo era, se había puesto en esa posición por su decisión, porque había buscado disfrutar de cualquier tipo de daño que pudiese hacerle a Andrei sin ensuciarse realmente las manos y aunque no se alegraba de que hubise sido utilizado de esa manera, tampoco iba a sentir lástima por él. 

- Ya estoy aquí - le dijo Hernán sentándose frente a él, con la expresión severa y esperando a que hablara - ¿qué es esa información tan importante que tenías para mí?

- ¿No quieres un café?

- No vine a socializar, si no tienes nada que decir me voy, no puedo estar perdiendo mi tiempo contigo.

- Sólo quería diluir un poco la tensión, no es agradable hablar de esto... Martín fue a mi departamento anoche, me amenazó... me dijo que me alejara de Andrei porque era suyo y lo "cuidaría" de cualquiera que quisiera meterse entre ellos.

- ¿Por qué cree que quieres meterte entre Andrei y él?

- Se enteró de lo que pasó hace años y ardió en celos.

- ¿Él no sabía? ¿no le contaste como lo acosaste de la manera más baja? - le dijo Hernán sarcásticamente, no dudaba de que había dejado esa información fuera deliberadamente y quizás habían pasado demasiados años pero para él jamás dejaría ser importante.

- Desde el inicio supe que lo que sentía por Andrei no era normal, de alguna manera lo entendí, pero los extremos a los que llegó...

- No me estás diciendo nada nuevo, ¿para eso me hiciste venir?

Maximiliano tomó aire, desatando el nudo de su bufanda y abriendo el primer botón de su camisa para mostrarle las marcas en su cuello, era un gran hematoma que cruzaba de un extremo a otro, como si hubiese sido presionado un objeto largo y sólido, quizás un brazo, podía imaginar a Martín haciendo eso.

Sin restricciones #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora