Stone Road || k.t.h+j.j.k☁️

☁️Capitulo 9

Decir que no estoy nervioso, sería mentir descaradamente. Se supone que hoy es el día en el cual me confieso ante Jungkook, porque, vamos, todos sabemos que estoy perdidamente enamorado de ese pequeño con sonrisa jodidamente tierna, y con ojitos brillosos y curiosos.

Bostecé por quinta vez en la mañana.

Revisé una vez más mi teléfono, vi un rato mis redes y por último vi mis mensajes, y me di cuenta que tenía uno de Jungkook desde ayer en la tarde.

Jungkook había sido breve y directo, me había pedido salir en la noche.

Bien, ahora estoy el quintuple de nervioso, joder. Vamos a tomarnos un minuto para apreciar la belleza de Jungkook, aunque hasta un milenio sería insuficiente para destacar todas las virtudes del menor.

Jungkook, chico tierno, atento y tan tímido que hace enternecer a cualquiera. Alto, con una amplia gama de colores al vestir. Un día se viste con colores pasteles, que lo hacen ver tan tierno, y al otro se viste con colores fríos y oscuros, haciéndolo ver misterioso e interesante. Amante de la fotografía, y danza, dandole escalofríos al que lo vea moverse con facilidad y agilidad al ritmo de la música. Voz angelical, que me hace sentir en el mismísimo cielo, y con unos labios color cereza, ni muy gruesos ni muy finos, perfectos.
Un ángel, irreal, tan hermoso que cuesta creer. Ese, es Jeon Jungkook, un ser artístico que irradia talento por doquier.

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Jungkook me miraba con curiosidad en su semblante divertido.

—Hola— Saludó el menor con suavidad.

—Hola— Contesté rápidamente.

Un silencio incómodo se instaló de inmediato entre nosotros.

—Eh, Hyung. Mh, le tengo una sorpresa.

—Oh, ¿en serio?— Pregunté sorprendido. —No era necesario— Solté una pequeña risa.

—Se que le gusta mucho coleccionar piedritas. Un día lo vi arrodillado a un lado de la salida del instituto— Se tomó un segundo para luego proseguir. —En ese momento, no éramos tan cercanos como ahora, y si le soy sincero, no entendía del todo que estaba haciendo.— Soltó una pequeña risa, y me miró. Conectamos miradas por algunos segundos, si no es que por horas.

—Lo sé, puede parecer algo extraño— Rasqué mi nuca con algo de vergüenza.

—No lo es, es normal. Cada uno tiene su forma de divertirse, o desestresarse. La suya me parece única, Hyung.

—Gracias, Jungkookie.

Me quedo mirando los lindos ojitos del menor que tengo delante. En qué forma me declaro, pero, que no suene tan...tan, desesperado. Mis ojos se mueven de arriba hacia abajo, de aquí para allá, sin parar, tratando de fijar mi atención en una cosa que no sea Jungkook, algo muy complicado la verdad. Opto por mirar el suelo, lo normal. Después de unos segundos en silencio por parte de ambos, subo mi mirada con un poco de incomodidad, y como esperaba, di con la atención del ahora pelinegro.

—Kookie, me gustas, y mucho.