-¿Jhen?
Ante su mirada desconcertada aproveche y con las pocas fuerzas me pare y cerré la puerta dejándolo encerrado. El gritó y empezó a golpear la puerta. Con esfuerzo puse la tabla para evitar que salga y me caí al suelo cuando golpeó muy fuerte.
-¡Jhen!-gritó golpeando-¡Jhen! ¿Qué carajos? ¡Jhen! ¡Qué estás haciendo!
-Lo siento Damien pero...
-Jhen-jadeó-¿Qué vas a hacer?
-Yo...voy a solucionar esto.
-¿Qué? ¿Jhen? ¿D-de que hablas?-su voz rota me estremeció, solo una vez la uso de esa manera y fue hace años. Cuando le dije que me iba a ir para siempre-¿Jhen? Cariño...
-No puedo dejar que Annabelle pase por esto.
Las alarmas parecieron sonar en su cabeza por que empezó a golpear de nuevo.
-¡Jhen! ¡Dime que no vas a hacer una locura!
-Lo siento...
-Jhen-susurro en voz baja-Déjame salir y podre ayudarte.
-No, yo hice esto. Ahora debo remediarlo.
-¡Jhen espera!-gritó no pudiendo salir-¡Jhen! ¡Joder!
-Lo siento-susurre sabiendo que él lo oiría.
Y de verdad lo hacía, yo había causado esto. Yo debía solucionarlo.
-Damien...seguro que me odiaras por esto pero tengo que hacerlo, no quiero que nada malo te pase. T-te amo. S-siempre lo hice, incluso cuando dije que te odiaba, era una mentira porque solo pensaba en lo lindo que eras y en lo detestable que era no poder besarte.
-Jhen...
-Lo siento-susurre alejándome.
-¡Jhen! ¡Jhen! ¡Joder sácame de aquí! ¡Por favor Jhen, no cometas una locura!
Me costó montón no regresar y consolarlo pero no podía hacerlo. Debía seguir con el plan. Por suerte no deje que mi corazón se ablandara porque minutos después Pséftis llego.
-Vaya, veo que lo has conseguido-se río-¿Qué tal te va el encierro Damien? Seguro estas calientito ahí.
-Basta-gruñí-has la parte de tu trato.
-Como gustes. Aquí tienes, una rosa blanca.
-Gracias dije tomándola-ella se empezó a acercar a la casa y cuando estaba por abrir la puerta la llame haciendo que se volteara.
-¿Qué?
Le di una sonrisa mientras me encogía de hombros.
-Tengo una pregunta para ti. ¿Cuándo tiempo creíste que tardaría en recordar tu traición? ¿Creíste que siempre la olvidaría?-me reí-no no lo hice, tu misma lo dijiste una vez, soy especial y adivina...eso se aplica aquí.
-¿Jhen? ¿De que estas hablando?
-¿Sabes por qué te puse Pséftis?-ella negó-Porque eso significa mentirosa. Me mentiste, tú causaste esto. Solo querías utilizarme pero no te funciono ¿verdad? Al despertar no te recordé y te bloquee de mis recuerdos. Y como mi mente era fuerte no podía verte, ahora que se debilitó lo pude hacer.
-Jhen ¿Qué haces?-pregunto al ver mi mano en puño brillando con luz-Te arrepentirás.
-Naha, no lo creó-me reí para luego dar pasos largos hacia ella-te veré en el infierno Pséftis.