c i n c o

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Jeno.


Había pasado un largo periodo de tiempo intentando repasar en mi cabeza las clases y guías que vi antes de bajar a la tierra, pero ninguna de ellas parecía ayudarme a dejar de tenerle miedo al exterior. Esa noche Johnny anunció que saldríamos a convivir con los humanos y a comenzar con nuestra misión como ángeles guardianes, y por alguna razón mi corazón comenzó a bombear sangre sin control algunos, incluso sentí que mi pecho podía reventar en cualquier momento.

Todos parecían entusiasmados menos yo. La ropa me parecía tan incomoda, la manera en la que Taeyong se arreglaba era extraña, incluso cuando me rocearon perfume me puse a estornudar por el peculiar olor.

Sentía celos de Jisung y Jungwoo, ellos parecían tranquilos ante nuestra misión, yo por primera vez experimente lo que llamaban sudor, en mi cuello y mis axilar, incluso mis manos estaban húmedas y eso era extraño.

La noche cayó sobre la ciudad y nosotros estábamos listo para salir, la atmósfera helada causaba que las calles se vieran aun más oscuras, y si yo me llegaba a quejar del frío del paraíso era por que jamá había sentido el de la tierra de los vivos, tan abundante que lo sentía en los poros de mi rostro. 

Cuando la gente comenzó a atravesarse en mi campo de visión me sentí temeroso. Eran exactamente iguales a nosotros, con sonrisas gigantes y mucha habladurías. Las mujeres lucían elegantes con aquellos vestidos cortos y tacones muy altos, sus caras pintadas de tonos sombríos sin dejar de reír, ellos combinaban con el ambiente y yo sentía que ese no era mi lugar.

Nos adentramos a un local donde la musica fuerte casi rompe mis tímpanos al entrar, me sentí en una caja por la cantidad de personas que estaban disfrutando de su noche. Tuve que tomar la mano de Jisung cuando los mayores nos arrastraron hacia adelante del lugar golpeando sin querer a la gente a nuestro alrededor.

—Jisung— Taeyong alzo la voz sobre la música y miró a su hermano con una superioridad que nunca vi en él— Aun eres muy menor para estar en el bar, por eso tu y yo saldremos a comer helado y a vigilar la zona. ¡Ustedes! — Se dirigió a Jungwoo y a mi, me sentí pequeño mientras me hablaba— Estarán aquí esta noche, ya saben que hacer.

Odié tener que soltar a Jisung cuando Taeyong se lo llevó, y me sentí sólo al sentarme en una mesa mientras Johnny nos contaba algo saber el bar. Fue un alivio saber que 40% de las personas a nuestro alrededor eran ángeles trabajando, y me regañe a mi mismo cuando Jungwoo dijo que él lo notó desde que entro al lugar. La noche apenas estaba empezando y yo me sentía súper inseguro, ni siquiera sabía a quien debía cuidar.

Y me comencé a sentir como un devoto, como un ángel que no debía estar junto a los líderes cumpliendo su misión, yo era mas débil que los demás, aunque en el paraíso yo me sentía digno, en la tierra era como una lombriz.

Una linda chica se acercó a nosotros, era mediana de cabello largo y negro, usaba un vestido plateado de lentejuelas que le llegaba hasta la rodilla un maquillaje bastante suave, su sonrisa fue lo que más capto mi atención, dientes blancos y curvatura delicada, parecía un ángel hermoso.

— ¡Irene! — Exclamo Jonh antes de saludarla, ella se vio entusiasmada al estar cerca del mayor.

— ¡Por fin están aquí! Este lugar comenzaba a sentirse solo sin ustedes.

Tomó asiento con nosotros y nos miro con una sonrisa elegante, ella era simplemente hermosa.

— Chicos. Ella es Irene, es uno de nosotros y a estado en la tierra durante mucho tiempo — Explicó nuestro mayor mientras servía un vaso de agua para la recién llegada. También pude ver un destello en ella cuando se dio cuenta que era nuestra primera vez en el servicio, sin embargo decidí quedarme callado para dejarlos hablar— Es una líder muy audaz,  ella fue la que quiso quedarse durante el tiempo que lleva, es muy fuerte.

Paraíso. ⇁ nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora