capítulo 2

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Sarah

Mierda. No sé cómo pude tirar ese espejo. Bueno sí, eso me pasa por estar buscando mi móvil con una mano y maniobrando con la otra.

Aunque pude deleitar con aquel bombón.

¡Dios! ¡Estaba divino!

Ese hombre hace fantasear a cualquiera, definitivamente acabo de encontrar uno de los personajes de mis amados libros.

Suspiro y sigo mi camino.

Mi hermana dice que debo poner más los pies sobre la tierra y dejar de fantasear tanto. Para ella el amor no existe, dice que eso es un invento del hombre para doblegar a la mujer.

Si. Mi hermana es feminista y lucha por el derecho de la mujer.

Si no fuera porque hace un tiempo estuvo comprometida, diría que es lesbiana. Pero jamás la he visto con alguna mujer en forma íntima.

Somos tres hermanas. Cada una muy diferente a la otra.

Nuestros padres fallecieron cuando éramos pequeños y gracias a unos vecinos que cuidaron de nosotros, el asunto social no nos pudo separar. Cuando mi hermana llegó a su mayoría de edad quedó con nuestra custodia y nos fuimos a vivir a parte, pero siempre pendiente de Pedro y Juana. Una pareja mexicana que nos cuidaron.

Ellos seguían con nuestro cuidado mientras mi hermana estudiaba y trabajaba, y así pudimos tener una vida estable sin apuros. Aunque con el vacío de nuestros padres.

Mi hermana es un poco... como decirlo. Es la reina del drama, odia a los hombres y siempre nos anda imponiendo que jamás creamos en ellos. Según mi querida hermana, los hombres solo nos desean para que seamos sus juguetes sexuales, sus sirvientas, sus incubadoras, su sumisa y que se creen nuestros dueños, que jamás pero jamás creamos en ellos.

Por esa razón yo no he podido tener novio. Ni siquiera he dado el primer beso porque mi hermana me ha llenado de temor hacia ellos.

Soy una romántica empedernida. Vivo mis fantasías tras los libros, jamás en la realidad. Eso me duele porque quiero conocer al amor, sentirlo, vivirlo, pero soy una cobarde.

Llego al restaurante donde trabajo y me pongo a hacer mi labor. Algún día me enamoraré sin importar que después tenga que sufrir.

Laura

Salgo de mi oficina y me preparo mentalmente mientras espero el elevador.

Tengo una reunión con mi jefe y unos inversionistas y odio eso. Siempre que voy a ese tipo de reuniones me encuentro con hombres que creen que están de cacería y que yo soy su presa. Pobres idiotas.

Más de una vez me he metido en problemas porque he tenido que darles un bofetón a esos idiotas. Menos mal que mi jefe nunca me ha llamado la atención por estos episodios, al contrario ella aprovecha esa situación para sacar beneficio a su empresa.

La verdad es que no me importa que ella se aproveche, al contrario me encanta ver como esos hombres se doblegan a ella, una mujer.

Hace unos años estuve enamorada. Era una estúpida que creía en los hombres. Que ingenua fui. Estuvo desde secundaria siendo su novia. Me volví su sirvienta, su sumisa.

Cuando estaba en la universidad, ya teníamos planes de matrimonio. Creía que siendo una mujer perfecta para él nunca me engañaría. Permití que el controlara mi vida. Como vestía, mis amigos, hasta con mis hermanas. Permití de todo solo por creer que él me amaba. Había una cosa que no habíamos hecho, sexo.

La mia metà (Mi mitad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora