Sarah
Llego a mi casa y voy directo a mi habitación. Ni siquiera tengo apetito y solo me doy un baño y me tiro a mi cama para tratar de dormir.
Por más que lo intento es imposible conciliar el sueño. No dejo de pensar en sus labios, en su cuerpo.
Es como si cuerpo estuviera pidiendo a gritos que me vaya con él y me haga suya.
Mierda. Golpeo la almohada de frustración, no sé cuánto tiempo pasa hasta que por fin quedo dormida.
Sueño con sus besos, sueño que me hace el amor imaginable mente. No sé qué me pasa, lo quiero, lo necesito.
Mis sueños húmedos van cambiando ahora sueño con que él me deja.
Grito para que no me deje. Lloro por su ausencia y no soporto este dolor que me embriaga por su ausencia.
Me levanto diciendo su nombre. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que estoy en mi habitación.
Fue una pesadilla. Me digo.
Sin poder dormir más me levanto y voy al baño.
Estoy bañada en sudor. Mis ojos lucen tristes y unas enormes ojeras marcan mi rostro. Suspiro y decido darme un baño.
Me tomo mi tiempo en la ducha y cuando salgo ya ha amanecido. Me visto y salgo de mi cuarto.
Sin saber qué hacer y más que no tengo clases decido preparar el desayuno para mi hermano y yo. Al poco tiempo veo salir mi hermana de su habitación y luce igual que yo.
Su mirada triste, con ojeras.
— ¿No pudiste dormir?— Niega con su cabeza.
—Yo tampoco — Suspiro y me siento delante de ella.
— ¿Es por lo de La mía metá?— Pregunta y yo asiento.
—Parece absurdo todo esto— Digo toando la taza de café.
—Yo sí creo— Levanto mi mirada y la observo.
— ¿Enserio?— Mi hermana me sonríe y asiente.
—Creo que todo en esta vida puede pasar— Dice — ¿Qué piensas hacer?— Pregunta.
—No lo sé — Encojo mis hombros —Puede que vaya a visitar a la señora de ayer—
— ¿Dónde tu suegra?— Pregunta con burla.
—No es mi suegra— Digo y mi hermana enarca su ceja —Todavía no lo es— Ruedo los ojos.
— ¿Puedo acompañarte?— Asiento y se levanta con una sonrisa — Iré alistarme — Dice dándose la vuelta para ir a su habitación.
— Primero organicemos la casa, aún es temprano para ir a molestar — Mi hermana asiente y ambas empezamos a dejar todo listo.
Después de dos horas vamos en camino hacia la casa de los padres del bombón. Solo espero que él no esté. Primero quiero aclarar las cosas con su madre antes de tomar una decisión.
Llegamos a una hermosa mansión en medio de la naturaleza. Es realmente hermoso este lugar.
Somos anunciadas y llevadas hacia la parte de atrás de la casa donde nos sorprende un hermoso jardín. Mi hermana y yo estamos con la boca abierta. Un camino en piedras, pasando por un riachuelo hasta llegar a un hermoso quiosco blanco donde se encuentra la madre de Marcelo. Ella nos saluda y nos hace señas para que nos acerquemos.
Mi hermana y yo nos acercamos, ella se encuentra con otra mujer mayor y ambas nos saluda con un efusivo abrazo y beso en nuestras mejillas. Nos presenta a la otra mujer y es Doroty, la madre de su esposo Antonio.
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La mia metà (Mi mitad)
Short StoryDicen que para cada persona hay una mitad. Un hilo rojo que los une. Un alma gemela. Tu otra mitad. Dicen que cuando Dios creó las almas, las creó en par. Que por cada vida que pasarán podías correr con la suerte de encontrar tu otra mitad y que...