Voten y comenten...
Laura
Termino de organizar los documentos pendientes para la reunión que tengo en unas horas. Mi jefe y yo tuvimos que viajar, odio hacerlo de un momento a otro y más tener que dejar a mis hermanas y a Pedro que ha estado delicado de salud.
Definitivamente ayer no fue mi día. Primero, esa estúpida reunión donde un idiota se creía el rey del mundo.
Todo empezó cuando llegamos a la reunión en el restaurante. Mi jefe y yo entramos y me sorprendí de encontrar tres hombres realmente apuestos esperando por nosotros. Bueno por mi jefe.
Yo solo conocía a uno de los tres caballeros y cuando mi jefe me presentó a los otros dos, uno de ellos amablemente respondió a mi saludo estrechando mi mano, pero el otro cretino me dejó con la mano extendida, ni siquiera se presentó, solo me miró de arriba abajo y se sentó a mirar su celular.
Moría de rabia pero no le quise dar importancia y me concentré en la reunión con los otros dos y mi jefe.
Pero por más que quería dejar de pensar en él, no podía. Había algo que me atraía, como un imán.
Poco a poco me fui sintiendo más nerviosa, más intranquila hasta el punto que pedía permiso a cada rato para ir al baño y poder despejarme.
Sentía su mirada por todo mi cuerpo, como si fuera un lobo hambriento por su presa.
Mis manos sudaban. Mis piernas se contraían. Sentía hasta mi ropa interior empapada, no sabía que pasaba hasta que no aguanté más y me quedé un largo rato en el baño hasta que recibí la llamada de Juana.
Salí disparada, le dije a mi jefe mi situación y ella me dio libre. Solo me recordó del viaje del otro día.
Me despedí de los hombres y me sorprendí al no encontrar aquel sujeto. No le di importancia y salí hacia el hospital.
Ahora me encuentro en otra ciudad. Por más alejada que esté, no dejo de pensar ese rubio de ojos azules y mirada penetrante.
Clara
Al escuchar esa palabra mi corazón se agitó con fuerza. Lo primero que hice fue buscar con mi mirada al chico oscuro.
¿Dónde estará?
Cuando caímos de la moto lo vi salir con su familia pero no lo vi ingresar. Me desilusionó no encontrarlo.
Cuando mi hermana se fue por el pasillo vi como la mujer consolaba a su hijo y le decía que tuviera paciencia. Se me encogió el corazón al ver su rostro de tristeza y salir de la casa.
Esto no iba a ser fácil. No por Sarah, mi mente viaja a Laura. Ella se opondrá a todo.
Me disculpo de todos y salgo de la casa con la esperanza de encontrarlo pero son nulos. Lo que me sorprende es ver al chico mate de mi hermana dar unas órdenes a unos hombres y subir la moto de mi hermana a la parte de atrás de una grúa.
Vaya mierda. Esto será épico, mejor me voy antes que mi hermana se dé cuenta y se forme la tercera guerra mundial.
Salgo caminando por las calles de mi barrio. Desde que tengo uso de razón vivimos en este lugar. Es un lugar tranquilo y todos nos conocemos.
Saludo a unos vecinos y antes de llegar a mi edificio siento un escalofrío y como si alguien me estuviera siguiendo.
Mi corazón empieza a latir con fuerza a cada paso que doy es como si esa persona también estuviera cerca. Tomo aire y con disimulo saco el gas pimienta que me ha regalado Laura. Tomo fuerza y volteo empuñando mi mano lista para expulsar el gas y me sorprende ver al chico oscuro delante de mí.
ESTÁS LEYENDO
La mia metà (Mi mitad)
Short StoryDicen que para cada persona hay una mitad. Un hilo rojo que los une. Un alma gemela. Tu otra mitad. Dicen que cuando Dios creó las almas, las creó en par. Que por cada vida que pasarán podías correr con la suerte de encontrar tu otra mitad y que...