Inconsciencia

83 4 3
                                    

 No puedo dormir, a causa de lo que sucedió en todo este tiempo. No puedo descansar en paz por causa de los pensamientos que rondan en mi mente, aun sin comprender como sucedió todo. Y ni aun el cansancio de mi cuerpo me permite descansar sabiendo que  hay quien vigile nuestra seguridad y alerte del peligro, pero aun así el temor que siento es mayor.
 Todavía puedo recordar ese pequeño tiempo antes de que todo comience, ese tiempo en el cual la vida era más placentera y sin importar los conflictos era una vida maravillosa.
 Antes del incidente, recuerdo, era un miércoles 2 de febrero en el que la familia de mi amigo Gabriel y la mía decidieron que  compartirían vacaciones juntas. A acepción de Gabriel y yo que no nos gusto mucho la idea, y en lugar de eso los dos preferimos pasar las vacaciones en casa, y disfrutar las vacaciones a nuestra manera. Pero como era de saber nuestros padres no estuvieron de acuerdo con nuestra idea, luego de una larga platica los convencimos de que éramos lo suficientemente responsables como para quedarnos solos en casa. Con la condición de que nos cuidemos y portemos bien.
 Y así fue, luego de dos días llego el tiempo de despedir nuestras familias, nos despedimos con fuertes abrazos y besos, dimos el adiós y buen viaje.
Luego de su partida los primeros dos días salimos a pasear, al cine, al zoológico y visitar a nuestros amigos. Lo que más recuerdo de esos días fue que en nuestra visita al zoológico, Gabriel se tropezó con un niño que estaba corriendo y choca con el provocando que se cayera sobre la bosta de elefante, luego de ese incidente fue una gran anécdota para contarla esa misma noche junto a nuestros amigos. Pero lo que no me agrada recordar es lo que paso el día siguiente, tercer día, decidimos solamente quedarnos a dormir en casa de Gabriel jugando videojuegos, cerramos las ventanas y puertas para que nadie viniese a molestar e interrumpir nuestra diversión. Esa misma noche, oímos disparos que provenían de la calle. Luego de unos instantes (sin cesar los disparos) se oían autos que circulaban a gran velocidad, choques y alarmas.
En ese momento Gabriel me dice:
-no te preocupes, de seguro serán pandilleros que se deben disparar entre sí.
-bueno, con tal de que no nos pase nada malo a nosotros está bien.- respondí con poco interés.
-bueno sigamos jugando, no prestes atención a eso.
 Al anochecer todavía se podía oír el mismo escándalo, solo que a diferencia de antes esta vez se oían sirenas. Aun así a pesar de eso nos fuimos a dormir. Creyendo que al amanecer todo terminaría.
 Al amanecer, el día estaba un poco más calmado, no se oía el mismo escándalo que la noche anterior y apenas se oía circulación de vehículos a los lejos. Ese día El y yo nos pasamos el día  entero recordando viejos tiempos, buenas y malas experiencias que tuvimos durante nuestras vidas. Prácticamente tuvimos una charla nostálgica y muy emotiva, la cual tienen todos los mejores amigos.
 Al terminar esta conversación avía notado que extrañamente en los últimos dos días no aviamos salido asía el exterior, al igual que los sonidos escandalosos ya avían  cesado.
  En ese mismo momento a Gabriel se le avía ocurrido ir a visitar a su amiga, Florencia Mendoza, y El me consulta que si no me gustaría acompañarlo; y Yo sin nada mejor en mente le conteste “SI”.
 Mientras nos preparábamos para ir asía la casa de Florencia, notamos que hasta el momento nuestros padres no nos han contactado. Y sin mucho interés a la comunicación con nuestros padres, nos terminamos de prepararnos y Gabriel tomo su mochila para ir asía lo acordado; al estar llegando a la esquina de la casa de Gabriel notamos que en algunas casas estaban dañadas sus puerta y ventanas, y la calle estaba muy silenciosa. Caminando, antes de terminar la cuadra, nos topamos con una persona herida echada en el suelo con las prendas rasgadas, y heridas profundas como de mordidas.          Inmediatamente fui a revisar su pulso mientras Gabriel miraba asía alrededor buscando alguien que pudiera socorrer con nuestra ayuda; sin embargo tuve que pedirle que detenga la búsqueda porque avía confirmado que el sujeto estaba muerto.
Inmediatamente fuimos corriendo a casa para llamar a emergencias. Al llegar, Gabriel se dirige rápidamente así el teléfono; y al tratar de llamar a emergencias nos apárese una grabación diciendo “EN ESTE MOMENTO NO HAY ATENCIÓN AL PUBLICO”.

Jaula DoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora