Capitulo 6

205 21 3
                                    

La fiesta había acabado

Osvaldo: -Nos vamos?-

Angelica: -Si, cuando tú digas-

Subieron al coche y el arrancó, iban en el camino que iba a casa de Angelica hasta que Osvaldo se desvió de la ruta.

Angelica: -Osvaldo pero este no es el camino a mi casa-

Osvaldo: -Y quien dijo que íbamos a tu casa?-

Ella lo vio con una cara de traviesa pero ella trataba de simular indignación.

Angelica: -Entonces? A donde vamos?-

Osvaldo: -Ya veras-

Llegaron a un edificio muy alto

Osvaldo: -Es aquí-

Angelica: -Donde estamos?-

Osvaldo: -Tú solo sígueme-

Ella así lo hizo, lo siguió hasta el elevador y cuando llegaron al piso el se dirigió a una puerta y la abrió.

Angelica: -Es tu apartamento verdad?-

Osvaldo: -Si, claro que este es mi apartamento Sherlock Holmes-

Angelica: -Y pretendes que entre?-

Osvaldo: -Pues si-

Angelica: -Y si me niego que?-

Osvaldo: -Pues te obligo a entrar-

Angelica: - Jaja no me digas, no te atreves-

El fue hacia ella y la cargó dirigiéndose al cuarto, cerró la puerta. La acostó en el sofá de la sala entre risas y gritos.

Como eres Osvaldo jajaja- dijo Angelica entre risas y carcajadas
Cuando se acabaron las risas hubo un silencio incómodo y Angelica lo rompió diciendo:

Angelica: -Bueno y entonces para que me trajiste aquí?-

Osvaldo: -No te lo imaginas?-

Ella prefirió no contestar.

Osvaldo: -Bueno té traje porque quiero hablar contigo-

Angelica: -Pensé que ya nos habíamos dicho todo-

Osvaldo: -Pues pensaste mal, porque yo todavía tengo mucho que decir y... mucho que hacer-

Se quedaron mirando y cada vez estaban más cerca uno del otro, estaban a punto de besarse pero Angelica se quitó. Se paró del sillón bruscamente y dijo:
Angelica: -No, no es correcto-
Osvaldo la tomó del brazo jalándola hacia él y la tomó de las manos, luego de la cintura hasta la espalda, como abrazándola y apretándola a su pecho.
Ella trataba de resistirse a las ganas de besarlo y él lo único que trataba era que cediera a ellas. Sus frentes estaban juntas, ambos miraban hacia abajo hasta que ella alzó la mirada y las ganas de besarse aumentaban cada vez más intensas, sus corazones latían con rapidez, su piel estaba erizada, la adrenalina subía de nivel hasta que no pudieron más y se besaron. Un beso de pasión, de amor y de entrega, un beso de dulzura y desesperación, un beso que habían añorado por tanto tiempo. Se besaron con la intensidad del fuego y con la fuerza de un volcán. Se besaron, se acariciaron y se separaron.
Ella agarró sus cosas y se fue, en el pasillo el trato de detenerla pero fue inútil. Angelica entró al elevador y cuando las puertas se estaban cerrando ella dijo:
-Gracias-

La consecuencia de mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora