Yo te vi morir

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La habitación es roja y no porque esté pintada de ese color. Sangre por todos lados, en la cama, en el suelo, en mis manos y ropa. Miro alrededor y veo un cuerpo temblando. Me acerco y de lo más profundo de mi garganta sale un grito ahogado. Smith tiembla sin parar, lo tomo en mis brazos y sus ojos se oscurecen. Sus ojos cambian pareciendo de un animal y me toma por los brazos lastimándome.

-Él volverá Wilson.

Abro mis ojos y respiro repetidas veces para calmar mi corazón. Malditas pesadillas, se sienten tan reales. Me siento sobre la cama en la que me encuentro y observo la habitación. Todo permanece a oscuras y solo la luz de una vela alumbra. Recuerdo a Selena, recuerdo todo y me doy cuenta de que no fue un sueño.

- ¿Cómo te sientes?

Me sobresalto y observo la silueta de un hombre recostado en el umbral de la puerta. Esos ojos, conozco eso ojos. Él camina hacia mí y cuando logro ver su rostro, trato de correrme en la cama.

- ¡No, no, yo. . . yo te vi morir!

Él se detiene al pie de la cama y sonríe de lado.

-A veces la vida te regala segundas oportunidades.

-Estoy loca, estoy imaginando todo. ¡Por Dios!

Mis manos tiemblan.

-Loca siempre has sido, pero nada es imaginado.

Lo miro mal y el ríe. Ni siquiera me conoce. No es posible que esté vivo. Sus ojos recaen sobre mi pecho. Recuerdo que estoy prácticamente desnuda. Me apresuro a taparme y veo como sonríe. 

-Debes comer un poco.

Toma de una mesa un plato lleno de lo que parece ser sopa y se acerca cautelosamente. Me trato de alejar más, pero Smith no me lo permite.

-Tranquila Wilson. 

-Tengo nombre. 

-No me gusta tu nombre. 

Miro a todos lados buscando mi cuchilla y no la encuentro.

-Te la daré cuando termines de comer.

- ¿Ahora también lees mentes?

Sonríe y me acerco hasta tomar el plato. Se sienta frente a mí en una silla de madera y no quita sus ojos de mí.

- ¿Cómo es que estas vivo?

-Come y luego hablamos.

-Smith, yo te vi morir.

En forma de susurro y con mis ojos cristalinos, le comento la peor pesadilla que viví y él me mira con dudas.

-También pensé que había muerto. Sentía frío y mucho dolor. La mordida fue tan profunda que falto poco para morir. El corazón me dejo de latir, lo pude sentir. Estuve unas 8 horas sin reaccionar, pero con solo un par de golpes en mi pecho, medicamento y cuidados, volví.

-No tiene sentido.

Sonríe.

-Para alguien mundano, no.

Lo observo con miedo y entonces lo entiendo, el no murió. Él se convirtió en lo que su hermano era.

-Eres. . .

Asiente en silencio.

-Cuando abrí mis ojos, quien estaba allí era William. No recordaba muy bien. Ya no estábamos en el apartamento, estábamos en nuestra casa.

Alza sus manos pretendiendo decir que ésta es su casa.

-Cuando miré a mi hermano entendí todo, supe que todo cambiaría.

CorrompidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora