Llegada

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MEREDITH

Delineo delicadamente las curvas de su sonrisa. Remojo el pincel una y otra vez hasta terminar la pintura. Veo a Paulina hacer distintos gestos de disgusto cuando le doy zanahoria y sonrío porque a mí tampoco me gusta. Dejo el dibujo sobre la mesa para que seque. Además de ser mi pasatiempo, es mi trabajo. Selena no merece que le dé un regalo de bienvenida, pero es mi hermana y quiero que se sienta a gusto cuando vuelva. Sé que va a recordar a William cuando llegue y más cuando mire a su hija.

Le doy un poco de jugo y mientras, recuerdo a William y a su hermano.

¿Cómo lo lograron matar? ¿Selena habrá superado todo estando lejos y sola?

Decido dejar de pensar y salir a tomar aire fresco. En una funda hecho comida y leche para Paulina. La abrigo bien para que no le dé frío, hago lo mismo conmigo y salimos. Recuerdo mi cuchilla, regreso por ella. El bosque queda a unos 10 minutos caminando. Mamá sale en la tarde de trabajar, Selena llegará en cualquier momento y yo tengo todo el día con Paulina. Paso por la plaza y saludo a las personas que allí se encuentran. Las personas creen que Paulina es mi hija porque nunca vieron a Selena embarazada. Mamá se encargó de que no saliera por esos nueve meses. Los únicos que lo saben son el coronel Portero y Vladimir porque a través de ellos pudo viajar.

- ¡Meredith!

Me detengo y volteo. Vladimir a paso acelerado se acerca con una sonrisa.

-Buenos días Vladimir.

-Buenos días, hola Paulina.

Le toca la manito y vuelve a mirarme.

- ¿A dónde vas?

-Al bosque, hace mucho que no paso por allí.

-No deberías ir sola, es peligroso.

-Si no tienes nada que hacer, puedes acompañarnos.

Automáticamente sonríe. 

-Con mucho gusto.

-¿Quieres que cargue a Paulina para que descanses?

-Gracias, pesa mucho. 

Se la paso y el la pega a su hombro. 

- ¿Hoy llega Selena? 

-Sí, quiero verla y que vea a su hija.

- ¿Tu madre como está?

-Bien creo, no hablamos mucho, solo lo necesario.

- ¿Por qué?

-Es una mujer muy fría, no sé si es por todo lo que ha tenido que pasar.

-Yo extraño a la mía.

- ¿No te gustaría volver?

-Solo para visitarla. Quiero construir mi vida aquí.

Nos miramos por unos segundos antes de llegar al bosque.

-Es la primera vez que piso este lugar.

-Es hermoso, pero desde que paso lo que paso en el pueblo, solo muy pocos se acercan.

- ¿Fue aquí que paso todo?

-No, fue cerca de la plaza, pero aquí encontraron el cuerpo de uno de los hermanos Smith.

- ¿Los llegaste a conocer?

Estiramos una manta y nos sentamos bajo un hermoso árbol. Amo demasiado la naturaleza.

-La verdad es que sí. 

Recuerdo la última mirada de Smith y la opresión se pasea por mi pecho.

CorrompidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora