Todo se vuelve negro

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En la lejanía, escucho el llanto de Paulina. Me levanto y la veo en los brazos de mi madre. Entro al baño y salgo en busca de un buen café. Mi madre ya lo ha preparado, así que simplemente lo endulzo a mi gusto. Me siento en la mesa y siento su mirada. Selena aparece y se sienta a mi lado abrazándome.

-Quisiera tener un día de hermanas. A menos de que tengas algo que hacer.

-Hasta ahora, nada que hacer.

Sonríe y se pone de pie.

-Me voy a cambiar de ropa.

Asiento y la sigo.

-Selena y yo saldremos un rato.

Mi madre asiente sin mirarme. Camino a mi habitación y me cambio de ropa. Conozco a Selena y sé que va querer ir a un lago. Tomo la cuchilla y las llaves, camino a la cocina y en una funda hecho lo que necesitamos. Voy hacia mi madre y le doy un beso en la frente a mi pequeña.

-Adiós.

Ella no contesta. Selena sale y se despide de las dos. Bajamos al carro y lo enciendo.

- ¿A dónde quieres ir?

- ¿Qué tal al lago a las afueras del pueblo?

Muy predecible hermanita.

-Bien, vamos.

El lago queda a media hora del pueblo. Hay muchos otros, pero ese en especial siempre ha sido el favorito de Selena desde que nos mudamos. Mientras recorremos , ella me cuenta de lo maravilloso que fue su estadía en Irlanda y que desea volver.

- ¿Dejarías todo y te irías? ¿Así nada más?

Se tensa y sé que lo que va a decir no me agradara.

-Mamá quiere que me vaya. Dice que es lo mejor para mí.

- ¿Es lo que tu deseas?

-Pues sí, pero quiero que estés tú.

No contesto y enciendo la radio.

- ¿Mered?

-No dañemos el viaje Selena. Vamos a disfrutar el día como en los viejos tiempos.

Ella me sonríe apenada.

-Como en los viejos tiempos.

Disfrutamos de cantar juntas y recibir el viento que nos golpea, cuanto mas subo la velocidad. Llegamos al lugar, bajamos del carro y caminamos hacia el agua. Una pareja juega dentro del lago. Sonrío, espero algún día tener mi propia historia.

- ¿Qué tal si caminamos un poco antes de entrar e interrumpirlos?

Selena sonríe y asiente mientras caminamos por la orilla

-No recuerdo este lugar así.

Miro alrededor. Es cierto, la naturaleza parece haber crecido y cambiado.

-Tampoco yo.

Selena desaparece entre los arbustos y la sigo. Al otro lado hay una enorme casa de un solo piso, pero bastante grande.

-Jamás la había visto.

-Ni yo, ¿crees que viva alguien?

Me mira curiosa y da un paso. La detengo por el brazo y me mira con una sonrisa.

-Ni muerta te dejaré entrar.

Ella suspira frustrada y vuelve por donde veníamos. Le doy una última mirada a la casa, tiene una luz encendida, debe haber alguien. Decido volver y me acerco a Selena quien se ha quitado su traje y en ropa interior se mete al lago. La pareja ya no está, así que decido hacer lo mismo.

CorrompidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora