Black Cat [Re-Born]

Hermandad Gatuna

¡Hola, joven lector! Si estás leyendo esto, espero que estés listo o lista.

Jason se había preparado siguiendo como referencia el diario de su padre. Nicholas escribió que usaba una máscara para cubrir su rostro y no ser reconocido, además mencionó que su traje era completamente negro, así pasaba inadvertido en la noche. Tenía toda clase de cuchillos, espadas, tenía también granadas de humo y cegadoras. Estaba bien armado, por lo que ven. Recorría las calles de Seattle con el seudónimo de Night Shadow asesinando a los criminales y delincuentes que se encontraba a su paso. Su estilo de vida estaba impulsada por su visión de ineptitud de los policías y el poder judicial tan corrupto e inútil. Las calles pueden ser muy peligrosas, sobretodo en la noche. 

Muchas veces las personas se vuelven víctimas de asaltos y violaciones, y, en muchas ocasiones, los polis se lavan las manos diciendo "No hay más que podamos hacer". Eso frustra ampliamente, pero sobretodo cuando lo vives en carne y hueso como le pasó a Nicholas Orwell, pero eso es papa de otro costal.

Jason estuvo leyendo a profundidad el diario de su padre a lo largo de la semana y en este encontró información sobre los asesinos de su familia. Aquel hombre con quemaduras que, por cierto, son obra de su padre, era nombrado como Steven, el otro era Mario. Ambos trabajan para el tal "César", de quién no había foto alguna, y junto a su nombre decía "Confirmar".

Al volver a ver a Steven y Mario, Jason ardió de rabia. Recordó con gran dolor cómo su familia había sido asesinada prácticamente ante sus ojos. Todo lo que quería era venganza, era su única meta. La primera noche como Black Cat no los encontró y eso le causó una inmensa frustración. Y así fue también el domingo, ningún éxito. El lunes estaba lleno de rabia dentro suyo. Decidió ir al colegio para tratar de mantener la cabeza en la realidad, pero no funcionó. 

Llegó con otros aires y todos podían notarlo. El primer día fue un niño débil que temía hasta a su propia sombra. Pero ese día las cosas eran muy diferentes. Ya estuvo cara a cara con la muerte, perdió a su familia y se encontraba ahogado en una inmensa rabia producto de su frustración. Tenía los ojos llenos de furia, la mirada baja, puños presionados en todo momento. Jason se sentía en total desconfianza, acosado con la mirada de todos a su alrededor y consideraba a Valen y Alan como sus únicos amigos. Todos los demás eran enemigos. 

Un patán del curso, el mismo bromista que le puso el pie el primer día, llamado Sam Córdoba, fue quién confirmó a los ojos de Jason que la escuela era un ambiente hostil. Se había metido en el camino de Jason mientras se dirigía a su aula. Jason solo levantó la cabeza clavándole una mirada desafiante mientras presionaba enfadado los dientes y arrugaba la nariz. Sam echó una risa burlona y empezó a llamar la atención de todos en el pasillo. 

- ¡Vengan todos! ¡Acá el nuevo se quiere hacer el loco con su carita de malote! —exclamó— ¿Y si te dejas de hacer el gil? Pelotudo, con dos piñas yo te puedo reventar esa cara de mongólico en un segundo, ¿sabías?

Sam tomó a Jason del cuello de la camiseta y lo levantó del suelo. Todos en el pasillo comenzaron a gritar deseosos de ver un espectáculo de violencia, cosa que sólo sirvió para aumentar las ganas de Sam de golpear a Jason. Buscando intimidar a Jason, le dijo que si se disculpaba y le daba todo su dinero, él le dejaría en paz.

Jason era hijo de un asesino y llevaba una semana entrenando, pensaba que no tenía por qué dejarse abusar de esa manera. Incluso debía ser Jason quién se aprovechara de los más débiles.

- Okey, mother fucker, dejame ir or te golpearé.

Si. El español de Jason era muy malo aún. Pero él minimizaba ese pequeño problema.

- ¿Vos me estás hablando así a mi? ¡Dios mío, sos más pelotudo de lo que parecés! ¿Sabes qué le hago a los mongólicos como vos?

Jason esperaba una frase que hiciera alusión a una paliza, pero Sam no dijo más que "Vení, te voy a enseñar". Echó a Jason de golpe al suelo, le dio una patada al estómago y teniéndolo en el suelo adolorido lo agarró de los cabellos y lo arrastró al patio. Jason trató de aguantar el dolor y de seguir con su aire de rudeza al no emitir muestras de dolor.