Ella es Emma Green. Todo iba normal en su vida, hasta que un día tiene que dejarlo todo en su país para irse a vivir a New York, EE.UU. ¿Por qué razón? El trabajo de su padre. Todo parece estar normal hasta que sucede el primer encuentro con su Veci...
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Días después de la graduación y de navidad, los chicos y yo hemos compartido más que nunca ya que algunos nos vamos de New York y no se sabe cuando nos volveremos a encontrar. Por supuesto, seguiremos escribiendo y todo eso, pero no es lo mismo.
Los voy a extrañar mucho.
También me siento muy afortunada de que podré ver más seguido a Charlie.
En una semana nos iremos a Cambridge, Massachusetts. Estoy tan emocionada y nerviosa que ya desde ahorita estoy haciendo maletas y ordenando mis cosas.
Toc, toc.
—Adelante—grito.
La puerta se abre dejando ver a mamá con una taza azul en sus manos.
—Te traje un té con limón.
Termino de guardar uno de mis pantalones favoritos en la maleta para agarrar la taza.
—Gracias.
Doy un pequeño sorbo.
—Cuidado que está muy caliente—dice para luego observar en silencio mi habitación.
Coloco la taza en la mesita de noche y me siento en la cama.
—¿Estas bien?—le pregunto.
Ella toma una bocanada de aire y asiente con la cabeza.
—Si, si—traga saliva— es solo que..
Me levanto y camino hacia ella.
—Estaré bien, te lo prometo.
Sus ojos mieles se colocan aguados.
—Yo se que estarás bien.. es solo que harás mucha falta en casa.
La atraigo hacia mí para abrazarla. Su típico olor a crema de coco llega a mis fosas nasales.
Sonrío.
—Lo sé, yo también los extrañaré mucho—cierro mis ojos— cada vez que pueda vendré a visitarlos.
—Se que así será cariño.
Me separo para verla.
—Y todos los días hablaremos por videollamada.
—Claro que si—ella sonríe para secarse las lagrimas con sus manos.— bueno, iré a acostarme—su mano acaricia mi mejilla—. No te duermas tan tarde que mañana es un gran día.
—Está bien.
—Buenas noches—dice una vez que llega a la puerta.
—Que descanses.
Dicho esto da una leve sonrisa y se va cerrando la puerta a sus espaldas.
