Lápiz y papel |zayn & perrie|

→Parte cuarenta y uno

Los hombres vestidos de negro, más conocidos como policías, entraron a aquella casa en busca de la rubia bonita y el morocho candente. Corrieron por todo el lugar como indicaba el operativo, y encontraron a tres hombres en la cocina, con dos platos de comida servida en pequeñas porciones.

Debido a su gran inteligencia, los policías no hicieron ruido y solo los siguieron. El que transportaba la comida no se había percatado de ellos. Bajo por numerosas escaleras, hasta llegar al sótano donde abrió una puerta que tenía varias cerraduras. Cuando salió solo tenía un plato; abrió la puerta siguiente y volvió a salir, esta vez con las manos vacías.

Los policías que habían pasado varios capítulos para encontrar el lugar exacto, no dudaron en noquearlo y desmayarlo con toda su fuerza y rabia.

Dos de ellos, corrieron hacia arriba en busca de los otros hombres, y uno se quedo allí; le quito las llaves al hombre tirado en el piso y abrió las dos puertas.

Por una salió un apuesto muchacho, joven, morocho y con una preciosa sonrisa en su rostro.

Por la otra, salió una rubia delgada, de ojos celestes y una mirada de preocupación al ver el hombre en el piso.

Un profundo silencio inundo el lugar. Hasta que la joven salió corriendo escaleras arriba, emocionada de poder liberarse. Pero ella sabia muy bien que no quería hacerlo. Ella quería abrazar a Zayn, quería pronunciarle algunas palabras. Y su vergüenza ganó.

Zayn Malik también subió las escaleras, pero lo hizo sin ganas. Desilusionado de no haber tenido ninguna palabra de su amiga de lápiz y papel.