Alguien… Alguien me está llevando cargado. Levanto un poco la cabeza y observo como me voy alejando de la sala donde está Matt. Esta armadura… Me está cargando el caballero plateado.
—¿Qué está pasando? – digo mientras estoy siendo cargado.
—Veo que te estas….
Antes de terminar la frase, me desmayo de nuevo; abro los ojos nuevamente y veo que estoy sentado al lado de una mesa. El caballero plateado derrumba el pasillo conectado a la sala donde se encontraba el cadáver de Matt, tapando la entrada de la misma. Empieza a quitarse la armadura; yo solo lo puedo ver de espaldas, tengo tan poca fuerza que no puedo moverme. Mientras se cambia, veo que tiene mi espada y otra muy parecida a la misma; se quita toda la armadura y ahora no se ve tan grande, se coloca una máscara que no puedo ver, lleva la ropa muy suelta a excepción del cinturón, toda su ropa es de lana: una camisa blanca muy suelta de mangas largas, un cinturón rojo muy largo, tanto que la tela le cae por el lado derecho de la pierna, unos pantalones negros bastante sueltos y unas botas de cuero negras; un estilo que nunca vi en mi vida.
Se da vuelta y veo su máscara, tiene una forma de zorro sonriente y unas especies de líneas puntiagudas en rojo.
—Despertaste.
Veo mi cuerpo, dándome cuenta que la poca armadura que tenía me la quitó.
—¿Dónde está mi armadura?, ¿Quién eres?, ¿Cómo entraste?, ¿Dónde están mis compañeros? —pregunto.
Él está a unos diez metros, pestañeo y aparece repentinamente frente a mí, a menos de un metro, es extremadamente veloz; me agarra el cinturón y luego la remera, me levanta, gira alrededor de unos trecientos sesenta grados para tomar impulso y me suelta arrojándome a la sala derecha con una fuerza tan inmensa que logro pasar por el pasillo sin tocar el suelo.
—¡Agh! —grito mientras caigo al suelo.
Veo lo que pareciera la sala principal. El caballero arroja mi espada como si de una lanza se tratase, y con su puño izquierdo golpea el contorno de la sala de la misma manera que lo había hecho antes con la otra; logra derrumbar el pasillo oscureciendo el lugar donde estoy. Rápidamente busco mi pequeña antorcha que había colocado en mi cinturón, la encuentro y enciendo la mecha.
¡Zip!¡Fufs!
—¡Grriiiag! –ruge un monstruo.
—¡Ahhh! —grito.
Es un monstruo muy parecido al primero que me encontré, pero no tengo a mano mi espada; me agarra con sus tentáculos e intenta morderme en lo que interpongo mi brazo izquierdo rápidamente para cubrirme.
¡Chip! – el brazo suena y saca una chispa.
Mi brazo se volvió tan duro como el metal y el choque entre la superficie de la piel y los dientes generó un chispazo. Tomo su cuello con mi mano izquierda y lo aplasto como si fuera una banana en la palma de mi mano. Cae la cabeza decapitada de la criatura y, ya sin movimiento, me quito de encima ese horrible cuerpo, luego prendo la mecha del zippo y busco las antorchas de la sala para prenderlas una por una.
En medio de la sala hay una enorme manivela. Mi espada está clavada en la pared, el pasillo destruido por el caballero plateado, y al inicio de otro pasillo oscuro, en dirección contraria de donde vine, el cadáver del monstruo y la sangre del mismo. Agarro la espada y la golpeo contra mi brazo izquierdo.
¡Chin! ¡Chin!
Mi brazo tiene la densidad de un metal duro; esto es…inhumano. Aquella bestia que derroté colocó sus cenizas en mi brazo, ¿Qué pasaría si…?
Golpeo mi brazo contra la pared.
¡Pum!
Dejo un hueco en la pared. No solo mi brazo tiene densidad metálica, sino que también poseo una fuerza inhumana…
Camino hacia el pasillo oscuro y prendo las antorchas. Al final del mismo no hay nada, solo una pared; no tiene salida. Vuelvo y veo la manivela. Parece hecha de bronce o algún metal similar, es dura y me da la sensación que puede moverse al intentar girarla. La muevo un poco y toda la sala comienza a moverse en la misma dirección, girando sobre su eje; cae polvo y arena del techo, la entrada al pasillo sin salida empieza a moverse junto con la sala, dejándolo atrás. Decido soltar la manivela y todo empieza a moverse a su lugar original, incluyéndola. Por el momento no me quiero arriesgar.
Necesito descansar un poco. Esto es demasiado, hasta para mí. Pasaron demasiadas cosas horribles en muy poco tiempo.
Como parece no haber nadie cerca, ni siquiera ese sujeto, me siento en el piso contra la pared, dejo mi espada a un lado y cierro los ojos un momento para descansar y pensar, aunque sea unos cuantos minutos. Al fin un lugar tranquilo…
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Git
FantasyA mitad de una batalla, un grupo de infantería cae a un abismo y queda atrapado en un laberinto donde extraños sucesos pasan. El grupo se ve obligado a separase, hasta que uno de los infantes se encuentra con un extraño monstro que intenta matarlo.