El regreso a clases se notaba por doquier en cada rincón de la institución, por donde miraras tenías un grupo de amigos poniéndose al corriente de sus vacaciones, después, más allá, estaban los profesores vigilando los pasillos como siempre.
Un sonido brusco se escuchó por todo el pasillo, acallando a algunos chicos que querían observar la escena que tenían frente a sus ojos. El casillero de Mauricio Macri, el que era conocido por ser el mejor alumno del Instituto, había sido cerrado con fuerza. Lo curioso es que no fue por él, ya que nunca dañaría las instalaciones, sino que había sido una particular pelirroja que estaba mirando los obres celestes del más alto con un odio notable.
ーNo voy a dejar que este año seas el presidente de la clase, Mauricio. ーfue lo primero que le dijo, mientras mantenía su mano en el casillero que ella misma había cerrado segundos antes.
ーBuen día para vos también, Cristina. ーuna sonrisa de oreja a oreja apareció en los labios de Mauricio, sintiéndose con una energía para replicarse totalmente nueva. Con un tono juguetón, añadió: ー¿Acaso dormimos juntos que no saludas?
Cristina observó la sonrisa impropia, y luego escuchó sus palabras siguientes, su rostro se contrajo en una mueca de disgusto. Totalmente asqueada ante lo que había dicho. Ella lo odiaba.
Lo odiaba.
Mauricio Macri sería con el último chico del instituto con el que se acostaría, a pesar de que fuese una persona de bien aspecto y visiblemente higiénico.
ーSos un asqueroso, ¿no te cansas de ser tan gato? ーpreguntó, apoyándose sobre los casilleros, dejando caer su mano a un costado de su cuerpo.
ー¿Y vos no te cansas de ser tan guaranga? Por lo mínimo un saludo te pido, viste. ーreplicó, enarcando ambas cejas a medida que hablabaー. Pero no, preferís venir a hacerte la cocorita y a amenazarme.
Mauricio buscó darse la vuelta para retirarse pero Cristina se apresuró a obligarle a darse la vuelta nuevamente. Se acercó peligrosamente a él, podían sentir las respiraciones del otro, el más alto sonrió al ver la cercanía que ella había establecido.
ーNo te voy a dejar la presidencia de nuevo, cueste lo que me cueste este año vuelvo yo. ーel tono que empleó hizo que el más alto frunciera su ceño dos segundos
ー¿Ah, si? ¿Cómo vas a hacer eso? Si nadie te quiere en la presidencia de nuevo, déjame esto a mi que yo sé cómo funcionan las cosas. Nadie te va a votar.
ーA mí tal vez no me voten... ーla pelirroja se alejó unos cuantos pasos, esta vez estableciendo una amenazante lejaníaー. Pero conozco a alguien que sí, cuidate. Nos vemos, Mauri.
Con una sonrisa fingida, más falsa que suscripción gratuita a Netflix, le pasó por el lado chocando su hombro con el brazo de él.
¿Aquello había sido una amenaza? Sí, y muy directa.
Mauricio quedó anonadado. Conocía a Cristina desde hacía un par de años, sabía cómo era y el porqué quería tanto el puesto de la presidencia, como también sabía la razón de su odio. En su momento ellos habían mantenido una relajante amistad, se apoyaban mutuamente, pero a veces la pisciana tenía ciertas ideas que el acuariano no soportaba.¿Qué tramaba? No lo sabía, salió de su mundo cuando alguien le sacudió el hombro.
ーEh, eh, tierra llamando a Mauri.
Parpadeó un par de veces y fijó su vista en quién tenía adelante. Su mejor amigo estaba parado allí, Sergio Massa.
ー¡Boludo! ーse lanzó a abrazarlo, hacia un montón que no lo veíaー. Te re desapareciste che puto.
Sergio sonrió y correspondió al abrazo, mientras pensaba en qué responderle: ーViste que mi vieja a veces se pone intensa con el temita del celular en vacaciones y me mandó a laburar con mi viejo.
ー¿Vos sabes lo que es agarrar una pala? Jaja.
ーAhora s... ーel timbre que indicaba el inicio de clases sonó con la misma insistencia de todos los años. Con el mismo tono insoportable que ya nadie aguantaba, pero qué se le iba a hacer.
Los pasillos volvieron a estar sin alumnos en menos de dos minutos, nadie quería llegar tarde a la primer clase del regreso, más cuando tocaba elegir el asiento y marcarlo para vos.
Mauricio, por supuesto, como era uno de los populares (todo el mundo amaba al actual presidente de la clase) estaba sentado atrás, en el último asiento de la fila número tres, en el grupito de los del fondo.
Más adelante estaba Cristina, porque a veces careteaba con ser una alumna responsable y demás.La primera clase se trataba de matemáticas, materia que le venía perfecta al chico de orbes celestes ya que quería ser ingeniero cuando fuese más grande.
ーBueno, esta mitad de año quiero que les quede claro que no voy a tolerar a los chistositos. Bastante en mi carrera tuve como para aguantarlos a esta altura.
"Uh, qué bajon, re ortiva la vieja" fue lo que pensó Sergio, enseguida buscó con la mirada a Mauri para que dijera algo.
ーQuedese tranquila, profesora. ーhabló el próximo ingeniero civil, con /esa/ sonrisa que compraba a todosー. Que acá nos portamos muy bien, son buenos alumnos.
Antes de que la mayor pudiese responderle, la puerta del curso fue abierta de par en par, estaba el director con alguien más. Parecía ser un alumno nuevo.
ーDisculpe, Betty. ーdijo el director, con una sonrisa inquietaー. Pero le estaba mostrando las instalaciones al nuevo alumno y nos retrasamos.
ーNo pasa nada, director Menem, pase.
Ambos ingresaron al salón, los cuchicheos empezaron a aparecer en menos de un segundo. Mauricio había perdido el interés y por lo tanto estaba haciendo garabatos inapropiados en la primera hoja cuadriculada que encontró.
ーPresentate, hijo.
Silencio. Todos quedaron en silencio.
ーBueno, hola. ーuna profunda voz llenó el silencio que sus compañeros habían dejado, Mauricio levantó la mirada para clavarla en el nuevoー. Me llamo Alberto Fernández, un gusto de conocerlos, espero que nos llevemos bien. Daré lo mejor de mí para que sea así...
Alberto levantó la mirada hacia el fondo de la clase y se encontró con un par de orbes color cielo que también lo observaban. Se quedó sin habla, a Macri también se le secó la garganta.
Aquel chico le miraba diferente a los demás, como con intriga.Beto se removió en su lugar, al igual que algo en su interior, cosa que lo asemejó con los nervios (a pesar de ser un ariano, también sentía nervios a veces).
ーDale, pibe, bienvenido. Sentate al lado de Mauricio.
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Las elecciones de la vida.
HumorSe acercan las elecciones presidenciales de la clase. Mauri quiere seguir siendo el que esté al mando, y todo parece estar a su favor para que así sea, sin embargo; la postulación de Alberto logra cambiar las cosas. Y no solo para las elecciones, si...