Sol.— sabés qué, ¡hace lo que quieras!
— grité enojada e impulsivamente tomé al morocho del buzo de manera brusca, sacudiendolo para todas partes.Y ahí estábamos otra vez... Peleando. Después de habernos jurado no hacerlo nunca más, después de que él me juró que iba a cambiar.
Mentiras y mentiras, no iba a hacerlo... Y en el fondo yo lo sabía, sólo que no quería aceptarlo.
— obvio, más vale que voy a hacer lo que quiero, mami— respondió de manera soberbia mientras que a la par reía, como me hacía calentar este wacho y lamentablemente, no en el buen sentido.— Y soltame wachita, ¿que flasheas?
— ya veo que te pasaste por el mismísimo orto todo lo que hablamos el otro día, sos un pelotudo que piensa solo en él mismo. Me lo juraste, mateo, me juraste que ibas a cambiar— lo solté, cruzandome de brazos y mirándolo a los ojos, sintiendo como los míos comenzaban a cristalizarse, quería llorar. Llevaba tantas cosas guardadas en mi interior, en ninguna de las discusiones que vamos teniendo desde hace meses me había permitido llorar o sentirme mal, todas esas emociones, toda esa tristeza reprimida, tenía realmente todo acumulado. Tenía un nudo en la garganta tremendo, se me hacía insoportable seguir de esta forma. Me partía el alma en mil pedazos pelear con él.
la discusión había empezado porque, cuando el morocho prometió que cambiaría, incluyó que también se alejaría de las personas que potenciaban que se pusiera así de gil. Aunque bueno... ya todos sabemos que está en él cambiar y tomar decisiones propias, pero el entorno influye muchísimo en la persona que somos, esas juntas lo único que hacen es envenenarlo aun más, a decir verdad.
Por otro lado, también tengo presente que no puedo imponerle con quién juntarse, lo sé muy bien, pero si va a prometer algo mínimamente que lo cumpla, sino directamente que no prometa nada y listo, que permanezca en la misma mierda de siempre.
No se daba cuenta que esto no se trataba sólo de mí, se estaba destruyendo engañandose a él mismo al no cumplir con sus propias promesas.Ya no sabía que más hacer, la situación tan repetitiva comenzaba a desesperarme.
— Me voy— anunció con indiferencia en sus palabras, acercándose hacia la puerta, esquivando totalmente lo que acababa de decirle y sumado a esto, prácticamente se pasó por el culo el como yo me sentía, no le movió un pelo verme llorar a su lado, y eso era lo que más me lastimaba de todo esto.
— por mí hace lo que quieras
— intenté recuperar mi voz al decirle esto, ya que antes estaba prendiendo de un hilo porque había quebrado en llanto hace nada. Actué como si me chupara un huevo su comportamiento, como si no me importaba lo que decía o hacía, cuando en realidad me dolían sus actitudes y mucho, demasiado.— no te hagas la mala, amor, no te sale. Sabes que te amo muchísimo sol, pero no me pidas que deje a los pibes por vos porqué no pienso hacerlo.
— me habló seco, desde su lugar, sin siquiera acercarse, sin siquiera demostrar una gota de interés por como me encontraba. Finalmente, sin darme espacio a responder, salió de mi casa cerrando la puerta detrás suyo, dejándome sola.La única verdad era que ya no sabía que más hacer con este pibito, no sabía como manejar la situación ni como lograr que él viera las cosas con claridad, que pusiera un poco los pies sobre la tierra, que tuviera dimensión sobre lo que dice y hace.
Pero en este momento no quería buscarle más soluciones al asunto, estaba cansada de querer solucionarle la vida todo el tiempo.
Tenía dos opciones, quedarme llorando como una pelotuda y culparme a mi por todo mientras el se iba sin culpa alguna por ahí, o, juntarme con mi grupo de amigos y fumarme un buen faso para alivianar la presión que sentía en el pecho, debido a la tristeza y ansiedad que el morocho había causado en mi.
Y claramente voy por la segunda, no quería seguir amargandome más, y mucho menos tenía planeado quedarme encerrada acá como una boluda.

ESTÁS LEYENDO
materialista | trueno
Fanficen donde mateo sólo piensa en lo material y sol intenta cambiarlo.