Caperucita [XiCheng] [MDZS]

🐾UNO🐾

Érase una vez en un pequeño pueblo un hermoso niño de cabello azabache y fascinante belleza llamado WanYin, era hijo de cazadores y el más querido entre la familia.

Su madre siempre le dijo que no se podía entrar al bosque oscuro, por ningún motivo, tenía prohibido entrar a aquel lugar a menos que un adulto lo acompañara y WanYin siempre hizo caso a las indicación, jamás replicó.

La familia Jiang era conocida por su fama de cazadores, cazaban varias criaturas que trataban de dañar al pueblo, principalmente lobos salvajes, brujas, duendes y hadas oscuras.

La abuela de WanYin una vez le contó, mientras él estaba sentado en su regazo comiendo galletas, que entre la raza de lobos existían unos muy especiales y esos eran los hombres que se podían convertir en lobos.

Al pequeño se le hacía interesante esa historia y anhelaba conocer a un hombre lobo, pero sus sueños se rompieron cuando su abuela le dijo que únicamente había hombres lobo en el bosque oscuro.

"Jamás entres solo al bosque oscuro, WanYin"

Las palabras de su madre giraron en su cabeza, él no podía entrar en ese lugar y por esa razón su sueño de conocer un hombre lobo fue dejado a un lado y conforme pasaron los años lo olvidaría por completo.

Jiang Cheng creció aprendiendo el arte de la caza, principalmente de su querida abuela, a quien amaba demasiado porque ella era una mujer ruda y dura, pero con él siempre fue sumamente dulce y cálida.

WanYin pensó que su vida sería estable para siempre, pues era un cazador y un cazador no tenía de qué preocuparse porque siempre había algo que cazar, pero un cambio repentino puso su mundo de cabeza.

Pues el que fue cazado fue él.

Tenía veintiún años cuando su madre lo llamó con esa voz que la caracterizaba y él no le hizo caso porque conocía a su madre y sabía que seguramente le iba a decir alguna tontería sobre las armas de los cazadores.

Además, estaba a punto de cazar a uno de esos duendes obscuros que asustaban a la gente cuando caminaban a lado del camino y no perdería esa gran oportunidad. Seguramente le darían cuatro monedas de oro por él.