Narra Cindy:
Lo vi entrar en mi habitación borracho como siempre, se acercó a mi e intentó quitarme la ropa, yo estaba asustada, era la primera vez que hacía algo así, no había llegado a ese punto nunca.
Cindy: ¡No me toques, sueltame!- Le supliqué mientras pataleaba, en una le di en el estómago y se separó.
???: Pequeña puta te vas a arrepentir- me agarró del brazo y me pegó una cachetada, yo lo empujé y salí corriendo, en el salón no había nadie así que pude imaginar que la había vuelto a encerrar en el sótano.
Narra Caleb:
Bajé a la sala y me acerqué al sofá con el botiquín, Cindy miraba a un punto fijo mientras lágrimas corrían por su cara, no pude ver ningún tipo de expresión en ella, carraspee la garganta para que notara mi presencia pero lo único que conseguí fue asustarla.
Caleb: yo... lo siento- dije sentándome a su lado
Cindy: No te preocupes- ella miró como abría el botiquín y sacaba el algodón poniéndole un poco de alcohol, lo acerqué un poco a su cara y la miré.
Caleb: ¿Te importa si...
Cindy: adelante- dijo antes de que terminara la frase, fui acercando lentamente el algodón a sus labios y di pequeños toques, pare y la miré a los ojos, la agarré por la mejilla que no tenía herida.
Caleb: ¿Quien te ha hecho esto?- Dije mientras ponía un mechón de pelo detrás de su oreja, ella apartó la mirada y cambió la expresión de su cara a una más incómoda- Esta... bien si no me lo quieres decir, pero podría ayudarte- ella me volvió a mirar con los ojos cristalizados.
Cindy: Nadie puede ayudarme- contestó en un susurro, vi como las lágrimas iban bajando, pero ella seguía con la mirada perdida, la envolví entre mis brazos y ella reaccionó- yo... lo siento- se limpió las lágrimas y yo le di una pequeña sonrisa y seguí curándole las heridas.
