D R A C O [ I ] Parte 1/2

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Dicen que con el paso del tiempo el dolor se hace menor, pero para ella aún dolía con la misma intensidad que en el momento en el que vio el cuerpo de su padre cruzar el velo blanco y desaparecer por este. Aún recordaba perfectamente el frío que recorrió por todo su cuerpo, los gritos de Harry, los brazos de Remus envolviéndola y evitando que su cuerpo se desplome en el suelo. Harry corriendo tras Bellatrix, las lágrimas calientes cayendo sin final por sus mejillas. Tonks había corrido hasta ella y había reemplazado los brazos de Remus. Fue entonces cuando grito, grito como si su vida dependiera de ello y Sirius no venía a su rescate, no era Sirius quien la abrazaba, no era él quien le acariciaba el cabello y le susurraba palabras de aliento. No era él quien le decía que todo iba a estar bien. Malory Black había perdido a su padre, después de esperar una vida entera para estar con él.

Luego de la tristeza venía el enojo, la impotencia. Se reprochaba el no haber matado a Bellatrix cuando tuvo la oportunidad. ¿Por qué dudo? Sin duda alguna Bellatrix no dudo en matar a su padre. ¿Por qué ella si dudo? La respuesta que Sirius hubiera dado en aquel momento sería sin duda alguna: "Porque tú eres diferente, Malory."

Cuando volvió a Hogwarts para empacar sus cosas un millón de recuerdos la invadieron. Era raro, su padre había pertenecido a Gryffindor, pero en su primer año cuando el sombrero tuvo que mandarla a una casa, no dudo en que aquella sería Slytherin. Sonreía cada vez que recordaba la risa burlona de Sirius al escuchar la casa de la menor: "¿Slytherin? ¿Te asignaron a Slytherin? Bueno, supongo que es verdad que no todos los que van a esa casa son malos."

Sirius no perdió oportunidad para dejarle saber que ser de aquella casa no la convertía en una mala persona... Pero ahora, él no estaba ahí para recordarle aquello.

Se apresuro en terminar de guardar sus cosas, quería salir de ahí, no creía poder aguantar más miradas tristes y penosas, lo único que quería era subir al tren y volver con Remus, su padrino y, ahora, guardián. Especialmente buscaba evitar a Draco Malfoy.

Desde que fue asignada, Draco Malfloy fue capaz de robar el corazón de la pelinegra y aun que no muchos creían que fuera posible, Malory se ganó el corazón del platinado en menos de lo que canta un gallo.

Unos golpes en la puerta de su habitación hicieron que Malory volteara, encontrándose con el rubio. Draco se adentró un poco con la intención de abrazarla, pero esta solo pudo dedicarle una mirada llena de odio, que sin duda alguna rompió algo dentro del joven Malfloy.

Para Malory era imposible ver a Draco sin ver a Bellatrix o Lucius, y el odio que sentía, en ese momento, era más fuerte que el amor.

—    No. — la voz de la chica salió cortada y en un susurro. Draco la miro confundido y trato de acercarse más a ella, pero Malory se alejó enojada. — Dije no, Draco. Aléjate de mí.

—    Malory, lo sient... — El platinado se vio interrumpido por una histérica Malory que se abalanzó contra el empujándolo.

—    ¡No! ¡No me hables, Draco! — gritó mientras las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos y su voz comenzaba a quebrarse. — No quiero verte, no quiero escuchar de ti o de tu familia, me quitaron todo lo que tenía, y te odio por eso. — Malory tomo sus pertenencias y salió de su habitación sin mirar al chico el cual había quedado con los ojos llenos de lágrimas.

Ni ella ni Harry habían compartido palabra alguna durante el viaje en el tren, Harry entendía perfectamente lo que Malory sentía en ese momento, por lo que solo se sentó junto a ella y dejo que la pelinegra descansara en su hombro.

La primera y débil sonrisa que apareció en el rostro de la pelinegra fue cuando vio a Remus esperándola en la estación. Corrió hasta él y se fundieron en un abrazo, que, para ser honestos, ambos necesitaban.

Durante el verano, Remus se dedicó a organizar cuantas actividades podía para mantener la mente de Malory alejada de los sucesos. Y, de hecho, esto funciono perfectamente porque la pelinegra mantuvo su mente despejada la mayor parte de las vacaciones y estas se pasaron más rápido de lo que ella hubiera querido.

— ¿Tienes todo listo? — La voz de Remus la sorprendió cuando terminaba de guardar las ultimas cosas en su baúl. — Tenemos tiempo antes de que salga el tren, y Molly me dijo que estarán en el callejón, visitando la tienda de Fred y George, pensé que te gustaría ir también.

— Si, suena genial. — Dijo con una sonrisa mientras bajaba de la cama el pesado baúl, Remus lo tomo por ella y ambos partieron hacia el callejón Diagon.

Una vez llegaron, los ojos de Malory divagaron por el lugar, estaba vacío, todas las tiendas cerradas, menos una, la de los Weasley, la cual resaltaba por sus colores y la divertida música que salía de esta.

No llegó a la tienda, puesto que, a unos metros de ella, Harry, Hermione y Ron estaban parados frente a Olivander's. Una sonrisa ocupo el rostro de la pelinegra, dejo atrás a Remus, quien sonrió negando para luego volver al Caldero Chorreante para esperar a su ahijada, y corrió hacia sus amigos. Malory salto sobre Ron abrazándolo, este correspondió al abrazo algo asustado antes de darse cuenta que era su amiga, luego de Ron repitió la acción con Harry y Hermione.

—    ¡Los extrañe! — Exclamó Malory, acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja, acción que era característica en ella.

—    Y nosotros a ti. — Hermione hablo emocionada mirando a la pelinegra con una sonrisa.

—    ¿Cómo estás? — Preguntó Harry mirando a su prima, la cual sonrió con nostalgia.

—    Mejor. ¿Y tú?

—    Mejor.

Los cuatro giraron para concentrar su atención en Olivander's nuevamente.

—    No puedo creerlo, todo el mundo compraba sus varitas en Olivander's. — Dijo Hermione con nostalgia.

El grupo de amigos se adentró al lugar, estaba lleno de polvo y escombros. Malory camino hasta la ventana trasera, en donde pudo observar a la persona que menos esperaba ver en aquel momento, pero que, de alguna manera, era a la que más quería ver. Draco Malfloy caminaba junto a Narcissa, su madre y otras dos personas a las cuales la pelinegra rápidamente identifico como mortífagos.

—    ¿Soy yo o Draco y su madre parecen dos personas que no quieren ser seguidas? — La voz de Ron hizo que se exaltara levemente.

—    Vamos, vamos a donde van. — Harry comenzó a caminar hacia Draco y aun que no creía que fuera buena idea, no tuvo tiempo de refutar.

Los cuatro chicos siguieron a los Malfloy y sus acompañantes por el callejón Knockturn hasta llegar a una tienta, Harry, Hermione y Ron, se ocultaron rápidamente al ver que Draco se detenía a mirar alrededor para asegurarse que nadie los siguiera, pero por alguna razón, el cuerpo de Malory no reacciono ante los susurros de Hermione, y se congeló al sentir los ojos del platinado sobre ella.

El corazón de Draco dio un salto y un impulso recorrió su cuerpo, quería correr hacia ella y abrazarla, pero estaba claro que no haría aquello, solo lograría que la mataran. Por lo que tragó en seco y se adentró a la tienda en la cual su madre estaba ya.

Harry tomo a Malory del brazo atrayéndola hacia él, la miro confundido, pero de inmediato la abrazo al ver como los ojos de su prima comenzaban a llenarse de lágrimas. Ella también quería abrazarlo, quería detenerlo, porque dentro suyo sabía lo que Draco estaba haciendo en ese lugar, era prácticamente inconfundible, y tal vez, si ella no se equivocaba, esa fue la última vez que vio a Draco sin ser un Mortífago.

One Shots || Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora