Capítulo 1: Conociéndote otra vez

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Un fuerte estruendo proveniente de afuera logró despertarlo, lágrimas gruesas se deslizaban por sus mejillas y su cuerpo sufría leves espasmos.

Había pasado otra vez, ese horroroso sueño que le dejaba una sensación de vacío en el corazón y un dolor insoportable de cabeza. Se trataba de algo recurrente que sucedía en fechas aleatorias, todo comenzaba como el más lindo cuento de hadas, él en los fuertes brazos de una persona cuyo rostro nunca había podido ver, pero que lograba hacerle sentir como si el mundo exterior no existiera. Era algo tan único, delicadas caricias sobre su piel, un calor creciente en su pecho y de pronto... todo a su alrededor cambiaba, ya no existía más ese escenario de noche brillante, ahora solo era un vacío inmenso e intranquilo, él corría con urgencia sin saber hacia dónde hasta que finalmente caía de rodillas sumido en su llanto cuando una voz profunda y amorosa le susurraba palabras de amor, como si se tratase de una despedida.

Entonces despertaba tal y como ahora, cubría su boca con sus manos y sollozaba para que todo ese dolor se drenara. Unos minutos eran suficientes para que los espasmos pararan y pudiera ponerse de pie y caminar con pasos temblorosos hacia su baño, llegaba como podía a la ducha y se sentaba en un banco que acostumbraba dejar ahí desde que los sueños tomaron ese giro doloroso, pues la primera vez no había tenido la fuerza para sostener su cuerpo.

Se tomó todo el tiempo necesario para alejar aquella sensación de pesar y cuando supuso que estaba listo, salió y se vistió con extrema rapidez. Bajó al primer piso y se preparó una taza de café antes de caminar hacia su cómodo sofá para beberla mientras veía las noticias. Afuera había una tormenta y según el sujeto del clima se habían avistado algunos rayos, quizás por eso despertó. Ese tipo comentaba además que, en la medida de lo posible, no abandonaran sus casas, habían pronosticado que pronto algunas calles se inundarían.

Apagó esa cosa, bufando al levantarse y tomando una manzana fresca junto con su billetera antes de salir dando un portazo y asegurándose de que su casa no sería víctima de un robo por algún descuido. Se dirigió lo más rápido que pudo a su auto y una vez adentro encendió la calefacción, agradeciendo que la tuviera porque la temperatura en el exterior había disminuido notablemente.

Lamió sus labios mientras buscaba algún lugar para él en el estacionamiento del centro comercial que quedaba cerca de su trabajo y salió de ahí para correr al denominado café literario que atendía.

Se rindió y cerró el paraguas que lo cubría, ya había perdido alguno mientras intentaba hacer la hazaña de abrir la tienda sujetándolo para no mojarse. Sus ropas se empaparon al instante en que se inclinó para poder abrir el candado de la tienda, sin embargo, todas esas gotas que estaba destinado a recibir, de pronto pararon y con extrañeza se giró y levantó la mirada, encontrándose con una sonrisa adorable casi cubierta por completo por una bufanda de color negro, curvó las esquinas de sus labios en una tímida sonrisa igual, inclinando levemente su cabeza a manera de agradecimiento antes de continuar con su tarea.




Una promesa a la luna [YoonJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora