Capítulo 3: Sonrisa

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      Ya es sábado y acordaron a ir a casa de Italo: Angelo Skiro, Andy Uzumi y Arturo Yagami para divertirse, pensar en eso genera una sensación parecida al miedo, es decir, apenas se conocen, y ahora se dirigen a casa de un extraño a medias, pero a pesar de eso, osaron adentrarse a la mansión de este Adonis . Sin embargo, ninguno de ellos, sabían que habría otros acompañantes en aquella velada, pues creían que esta tarde solo se comprendería entre uno y el otro.

Angelo apresurandose a llegar a tiempo, empezó deliberadamente a correr, su aceleración aumentaba a medida que se aproximaba a casa de Italo Hamata. 

Andy Uzumi y Arturo Yagami  se encontraron a medio camino, en la trayectoria comentaron que se dirigían a casa de Italo Hamata, Andy Uzumi, levemente fastidiado por la reciente noticia, dudo de la concretación de sus planes pues había sido arruinado todo ello, es entonces que decidió jugar una alternativa que si resultaba él ganaría en todas.

Al voltear la esquina ambos muchachos vieron una figura conocida de espaldas, Andy Uzumi sonreia, pues ahora sabía que esta tarde se la pasara de la mejor forma, y antes que Angelo Skiro se de cuenta de la presencia de los sujetos que le acosaron algún tiempo atrás, le susurró Andy a Arturo, a lo que ambos salieron corriendo en una dirección distinta a la planificada.

Angelo Skiro  se aproxima a su destino, con la sonrisa inscrita, volteo en la siguiente cuadra  ,cuando de pronto sintió en una de sus pálidas mejillas una sensación húmeda muy familiar ,era de aquella vez donde Andy Uzumi lo arrimo en la habitación de sus padres y frenéticamente ambos se complementaron en una simbiosis erotica y magnífica.

Acaso ese recuerdo exacto, lo vio reflejado cuando observaba con detenimiento como Arturo Yagami y el joven Uzumi unían con pasión sus fauces carnosos, ¿Eso no es … genial?, ¿Eso acaso no es cruel?, ver como alguien que alguna vez amaste , ahora  escogió a otro, ¿Debería dolerle?, pues Angelo Skiro no es precisamente la víctima de esta absurda historia. Pues engañarse a uno mismo para poder satisfacer a un amor no correspondido, es en definitiva peor que solo besar a algún amigo para lograr celos enfermizos de un pasado para nada próspero. Pero el hecho fue dado y Andy Uzumi ganó, logró que su desagradable pasado pudiera sentir algo de lo mucho que sufrió y cual cobarde que es, escape.

Logró que Arturo huya de la situación, apenado y confuso, pensando en que alguna recóndita fantasía pudiese ser realidad. Logro que esa tarde sea suya y obtendría la intimidad que anhelo desde el instante que vio su reflejo en las pupilas de Italo Hamata, y lentamente se eleva una sonrisa, llena de convicción y codicia, en su rostro que se iluminaba por el porvenir prometedor que le aguardaba, él había ganado y estuvo feliz por ello.

T R I N I D A D : Another PerspectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora